Feijóo se lía con la España real

Feijóo se lía con la España real

Por Arturo del Villar.

En su desesperada búsqueda de votos con el fin de alcanzar los necesarios para ser investido presidente del Gobierno del reino de España, el que de momento lo es solamente del que se dice Partido Popular sin serlo, y por ello le faltan votos, Alberto Núñez Feijóo ha visitado Santa Cruz de Tenerife este 6 de setiembre, para entrevistarse con Fernando Clavijo, presidente del Gobierno canario por serlo del humilde partido Coalición Canaria, ya que todos los votos cuentan para conseguir la investidura

El aspirante Feijóo no desaprovechó la oportunidad de hacer unas declaraciones para continuar exponiendo su ideario político a la opinión pública, y dijo algunos pensamientos de los habituales en él, para disfrute de sus seguidores incondicionales y escándalo de los demás. Se refirió a un tema de tensa actualidad, las declaraciones del presidente en el exilio del Consell per la República Catalana, Carles Puigdemont, sobre las relaciones entre Catalunya y España, y aseguró alguna verdad a su pesar:

“Es inaceptable aceptar una amnistía previa a la investidura […] porque eso implica aceptar la quiebra del Estado de Derecho, y que España no es una democracia desde 1978.”

No lo es desde antes, desde 1939, cuando vencieron en la guerra organizada por ellos mismos los militares monárquicos sublevados contra el Gobierno constitucional de la República, gracias a la colaboración de la Alemania nazi, la Italia fascista, el Portugal salazarista y el presunto Estado Vaticano, cuatro potencias nazifascistas enemigas de la libertad de los pueblos por defender sus ideas totalitarias en política, economía y religión.

Comenzó entonces el período más negro de la triste historia de España, bajo la dictadura fascista, que solamente quienes la sufrimos podemos valorarla en sus criminales actuaciones durante 36 angustiosos años de esclavitud y miedo. Para perpetuar ese régimen de terror, el dictadorísimo todopoderoso instauró en 1969 la llamada “monarquía del 18 de julio”, por el día de su traición, y designó sucesor suyo a título de rey a Juan Carlos de Borbón y Borbón, después de jurar lealtad a su exigua persona y fidelidad a sus leyes ilegales, sin que los amordazados españoles pudiéramos opinar.

Muerto por vejez el dictadorísimo, le sucedió el designado por él, inaugurando así la monarquía fascista. Los países que superaron una dictadura, como la Italia de Mussolini y la Grecia de los coroneles, organizaron a su fin un referéndum para que el pueblo decidiese la forma de Estado preferida, y por ello esos dos países son repúblicas desde entonces.

En España no se ha tolerado consultar al pueblo su opinión sobre las disposiciones tomadas por el dictadorísimo en virtud de su poder omnímodo, basado en la represión popular ante las armas de los militares, los guardias civiles y los policías. Ni se celebró referéndum ni se enjuició a ninguno de los colaboradores del dictadorísimo en esos 36 aciagos años.

El sucesor designado a título de rey sucedió al dictadorísimo, y todos sus colaboradores continuaron en sus cargos. En 1978 unos políticos herederos de la dictadura fascista elaboraron una Constitución adecuada para el sucesor a título de rey. Ahora Feijóo descubre que “España no es una democracia desde 1978”, cosa que tenía la obligación de saber, puesto que el partido político que preside fue fundado por uno de los más fieles colaboradores del dictadorísimo, con muertos en su historia a causa de la represión policial cotidiana.

Aquí no se celebró un referéndum, como es obligado tras una dictadura, porque el dictadorísimo había convertido a España en una colonia del Imperio estadounidense, con el fin de asegurarse su propia continuidad en las armas de los marines gringos, garantes del orden favorable a sus intereses. Al Imperio le conviene estratégicamente asegurarse la estabilidad en la entrada del Mediterráneo con un régimen propicio, de modo que protege la monarquía fascista en beneficio propio. En este tiempo se han incrementado las concesiones de la dictadura a la Flota gringa, porque el régimen político que las autoriza es el mismo con distinto nombre entonces y ahora.

Pues claro está que en España se produjo una quiebra del Estado de Derecho en 1939, de la que no nos hemos recuperado, y que por eso la monarquía del 18 de julio nos impide vivir en democracia.

– Ilustración de Acacio Puig.

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