Feliz Saturnalia…

Feliz Saturnalia…

Feliz Saturnalia… Feliz Festival del Sol Invictus… que Mitra y todos los dioses os protejan de vosotros mismos y del resto de mortales, pues el mal y las envidias y celos aumentan en tiempos de crisis y todo es confusión y odio

Feliz 1984 y bienvenidos al Reino del Gran Hermano, donde los mentirosos compulsivos gobiernan con mano dura, gracias a que el miedo, la mentira, la calumnia, el disparate, el terrorismo de Estado y la delincuencia oficial son la moda y el nuevo Dios verdadero que todos los cobardes y miserables adoran.

Feliz 1984 para todos los que no quieren ser dueños de sus miradas, para todos los que han regalado su corazón a buitres y poltronas oficiales…
Vivimos tiempos duros gracias a nuestra profunda cobardía y nuestra incapacidad para decir NO a los indeseables. Vivimos tiempos duros por la sencilla razón de que hemos renunciado a ser dueños de nuestro propio presente.

Adjunto el Manual de Mitra, un dios muy antiguo y muy actual. Sin duda, Mitra es una divinidad muy terrenal y, por tanto, misteriosa, y que tiene muchas conexiones con un tal Jesús, ese hebreo rebelde y experto en reflexiones, que no parece ser muy venerado entre los católicos de pacotilla que pululan por mi tierra y que se disfrazan de mercaderes orondos para adorarle los domingos.

Estoy convencido que muy pocos se atreverán a dedicar unos minutos a reflexionar sobre sus actos y sobre su forma obscena de hablar, mirar y vivir en el mundo. No tengo confianza alguna en el ser humano ni creo en su bondad. Son demasiados años sufriendo las injusticias, atropellos y maldades de unos semejantes, empeñados en negar lo evidente y en sembrar de calumnias, infundíos y disparates… para así lograr su propio beneficio y dañar al que dicen ser amigo, compañero…

Únicamente un perfecto imbécil, un perfecto tarado puede seguir pensado que el hombre es bueno y bondadoso por naturaleza. Si uno observa y vive dentro del mundo real, dentro de su propio presente, lo único que puede vivir y conocer es a un sinfín de personajes irresponsables, cínicos, mentirosos, depravados, egoístas, amorales… repletos de celos, avariciosos, profundamente envidiosos y siempre dispuestos a justificar todo tipo de decisiones indecentes, injustas e innecesarias… Uno vive rodeado de gentes, de personajes casi muertos y totalmente incapaces de amarse y de dar amar al resto de seres… Esa es la dura y cruda realidad y hay pocas, muy pocas personas que se salgan de ese retrato angustioso y miserable. Eso es, los citados personajes amorales, que triunfan siempre, disponen de una buena máscara y sabrán presentarse de mil formas y maneras. Los travestís y la mediocridad suelen ocupar el Poder y los puestos de mando.

Feliz 1984 y qué la crisis y la cobardía imperante no os impida sentir el abrazo que os doy desde la distancia. Un abrazo realmente sincero, pero que preferirá dar en persona y en directo.

Sabed que nada bueno, nada amable y digno se puede esperar de aquellos mortales, de aquellos seres que permanecen en silencio cuando se comete una injusticia, cuando se comete un atropello. Si escuchas una mentira o una calumnia y no la denuncias, eres igual de criminal y de miserable que el autor original de ese delito. Y los tiempos actuales son tiempos obscenos y repletos de basura y putrefacción, donde los delincuentes tienen todo el tiempo del mundo parra cometer sus fechorías. El diablo residir para siempre en tus ojos y en tu boca si no eres capaz de negarte a ser cómplice de tanto dolor, de tanta mentira, de tanta corrupción…

Lo dicho: no son buenos tiempos para la celebración. Deca Pasolini que las fiestas y los ritos eran un recurso del Poder para evitar que las tensiones y las frustraciones sociales, provocasen revoluciones y revueltas. Las fiestas y celebraciones permiten dar la falsa ilusión de que todos somos “iguales”… Cierto. Comparto la opinan del poeta y cineasta, tan heterodoxo y políticamente incorrecto como yo. Las fiestas de la Navidad dan una falsa y absurda ilusión de que hay que esperar milagros y creer ciegamente en una bondad humana que nunca ha existido ni existir.

Yo creo que la única fiesta que debemos celebrar a la grande es el hecho de vivir día a día, siendo fieles a nosotros mismos, cueste lo que cueste. Y para ello, hay que alejarse de las vanidades y avaricias de un sistema, de un modo de vida dominante, profundamente alejado de la divinidad, totalmente alejado de la Vida. Yo me siento tan parte, tan lleno de Dios, que no necesito religión alguna ni ritual que seguir.

La única fiesta digna de vivirla hasta la extenuación es la de vivir dentro de uno mismo y dentro de todo lo que es bueno, amable, libre, limpio, luminoso…

Salud y que el Sol ilumine vuestros das con toda la pasión y fuerza que vuestros corazones necesiten.

* Aprendiz de ciudadano

Manual de Mitra

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