¡Gracias Willy! Pablo González también te las daría

Por Iñaki AlRui*

Martes de primavera, Carrera de San Jerónimo cargada en la mañana de gentes que suben y bajan, políticos que entran y salen. El presi comparece, la opo responde, el Congreso la (NO) casa de todos, discusiones irreconciliables, chistes compartidos en pasillos, paripés políticos rutinarios.

A 2.876 kilómetros del Parlamento español, Pablo González no se entera de nada de lo que ocurre en su país, no es que no quiera, es que no puede, no le dejan. Ayer martes Pablo cumplía su 773 día detenido, secuestro (político) en la cárcel de Radom, Polonia. Pablo apenas sabe lo que más le gustaba saber, el estado del mundo, pero el régimen de aislamiento al que está sometido se lo impide. En el Parlamento español, salvo contadas ocasiones, no interesa está violación de los Derechos Humanos para un ciudadano de la España que representa.

El tiempo inexorablemente pasa, pero sin necesidad de acudir a la Teoría de la Relatividad, el tiempo para Pablo y su familia es totalmente distinto del tiempo de las legislaturas parlamentarias.

Algunos, servidor incluido, pensamos que con las declaraciones oídas y la proliferación de denuncias mediáticas vistas al calor de los dos años de prisión de Pablo, 28 de febrero, se estaba moviendo algo y para bien. Pero el tiempo pasa y el paripé del gobierno continua.

Carrera de San Jerónimo, políticos que suben y bajan, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares “el Farsante”, abandona el Parlamento rodeado de su comitiva, tal vez los bufones del siglo XXI, asesores, assitants, guardaespaldas y zancadilladores. Un reportero de los que pisa calle interpela al ministro para preguntarle por Pablo González, el ministro no responde, no mira, mantiene obstinadamente la mirada al frente con la sonrisa de Mr. Burns congelada en la cara, una sonrisa de lagarto perfectamente diseñada y ensayada para que nadie le pueda fotografiar con cara de desprecio. “El Farsante” tiene su estilo propio para que parezca que hace sin hacer nada, para declarar en los medios o sede parlamentaria palabras huecas, posee el don de la manipulación, el embuste, la hipocresía, es un gran político español, muy español. El reportero insiste, pero no hay respuestas.

🎤🙋🏽 Cuarta vez que me topo con el ministro @jmalbares @MAECgob, cuarta vez que le pregunto por el periodista preso @FreePabloGonz y cuarta vez que no repara en mi presencia…

📌 Os juro que soy fácil de ver 👻
👮🏽‍♀️ Su guardaespaldas me intenta hacer la zancadilla‼️
¡Qué poco… pic.twitter.com/YXPhxRAze3

— WillyVeleta (@VeletaWilly) April 10, 2024

Gracias Willy, gracias porque a pesar de los silencios mediáticos y políticos, el nombre de Pablo ayer volvió a sonar por la Carrera de San Jerónimo. Y gracias por hacer ese periodismo directo, limpio y sincero a pie de calle, al calor de la gente y a espaldas del pesebre mediático gubernamental.

Pablo González te las hubiera dado, y si la censura carcelaria le permitiera enterarse de cosas como esta, te las daría. Mientras tanto el tiempo pasa, en Madrid ya es primavera, en Radom sigue instalado un eterno invierno.

* Miembro del Colectivo LoQueSomos. Otras notas del autor
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