Gran Bretaña: Detenciones de manifestantes ¡No es mi rey!

Gran Bretaña: Detenciones de manifestantes ¡No es mi rey!

Por Selodi Gasan Adie. LQSomos.

“Nadie debería ser detenido por el mero hecho de expresar sus opiniones republicanas. Es extraordinario -y chocante- que haya que decir esto”, dijo la diputada laborista Zarah Sultana tras los incidentes ocurridos en Edimburgo, Londres y Oxford

Las detenciones de manifestantes antimonárquicos en Reino Unido genera preocupaciones por la Libertad de Expresión

Isabel II falleció el pasado jueves y su hijo Carlos III de 73 años, subió al trono de Gran Bretaña, lo que ha provocado fuertes reacciones por políticos y activistas en todo UK y en las antiguas colonias británicas, así como de otros grupos políticos para poner fin a la monarquía británica.

Desde la proclamación del nuevo jefe de Estado, se han realizado varios arrestos de manifestantes en Londres, Escocia y Oxford. Entre ellos, un joven de 22 años que, durante la procesión celebrada en Edimburgo el pasado lunes —en la que el féretro de Isabel II fue trasladado a la catedral de St. Giles, acompañado por sus cuatro hijos—, gritó al príncipe Andrés: “Eres un viejo enfermo”. El hijo favorito de Isabel II lleva apartado de la vida pública desde 2019 por un escándalo de abusos sexuales… El príncipe violó a una chica de 17 años en Londres y participó en una orgía con 9 niñas menores de edad en la isla privada de Jeffrey Epstein ¿Solo abusos?.


El joven ha sido puesto en libertad con el compromiso de comparecer ante el tribunal en una fecha posterior, informó un portavoz de la policía de Escocia.

Otros arrestos se produjeron en eventos de homenaje tras la muerte de la reina y la proclamación del rey Carlos III como nuevo monarca británico.

El domingo, una mujer de 22 años fue acusada de haber contribuido al quebrantamiento de la paz y fue arrestada durante la proclamación de acceso al trono de Carlos III frente a la Catedral de St. Giles en Edimburgo. Más tarde fue liberada y tendrá que comparecer en el Tribunal del Sheriff de la ciudad escocesa próximamente.

Ese mismo día, Symon Hill, de 45 años, fue arrestado bajo sospecha de que cometió un delito de orden público después de que gritara “¿Quién lo eligió?” durante un acto en torno a la proclamación del rey en Oxford. La policía local informó que el hombre luego fue liberado y estaba colaborando con los agentes “voluntariamente”.

El mismo lunes, el abogado y activista Paul Powlesland decidió ir a la plaza que hay frente a Westminster, donde el nuevo monarca estaba dando un discurso, con una hoja de papel en blanco. Un agente de policía se acercó hacia él y le pidió sus datos. Le confirmó que si escribía “No es mi rey”, le arrestaría bajo la nueva Ley de Orden Público, bajo el argumento de que alguien podría sentirse ofendido.


Activistas por las libertades civiles han expresado, sin embargo, su alarma y “profunda preocupación” por la respuesta de la policía contra los manifestantes antimonárquicos, ya que estaría aplicando de manera muy generosa unos nuevos y más amplios poderes para reducir a los manifestantes.

Ruth Smeeth, directora ejecutiva de Index on Censorship, una organización británica que aboga por la libertad de expresión, aseguró que los arrestos eran “profundamente preocupantes”.
“Debemos evitar que este evento se use, por accidente o diseño, para erosionar de alguna manera la libertad de expresión que los ciudadanos de este país disfrutar”, agregó.

Por su parte, Silkie Carlo, directora de la asociación Big Brother Watch, señaló que los agentes de policía tenían el “deber de proteger el derecho de las personas a protestar tanto como el de facilitar el derecho de las personas a expresar su apoyo, pesar o presentar sus respetos”.

Jodie Beck, oficial de políticas y campañas de Liberty, dijo que era “muy preocupante ver a la policía haciendo valer sus amplios poderes de una manera tan dura y punitiva… La protesta no es un regalo del Estado, es un derecho fundamental”, añadió.

Las limitaciones al derecho a protestar en Inglaterra y Gales se establecieron en la Ley de Orden Público de 1986 y han sido reforzadas con la polémica Ley de Policía, Crimen, Sentencias y Tribunales, aprobada este año en Westminster. Una normativa que da a los agentes aún más poderes para perseguir y controlar las manifestaciones. Una ley diseñada para evitar que los manifestantes ocupen espacios públicos, cuelguen sus emblemas en puentes o empleen otras tácticas de protesta para hacerse ver y escuchar (¿Libertad de Expresión?). Tanto Escocia como Irlanda del Norte tienen su propia legislación con delitos contra el orden público.

Aunque lo anterior choca de frente con los derechos de que las personas tienen a la manifestación pacífica en Reino Unido. Si bien no existe un derecho específico en la ley, está consagrado en los derechos a la libertad de expresión y la libertad de reunión, protegidos respectivamente por los artículos 10 y 11 de la Convención europea de Derechos Humanos, que fue incorporada directamente a la legislación nacional británica por la Ley de Derechos Humanos.

#AbolishTheMonarchy #RepublicsAreBetter

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