¿Confías en Artur Mas?
La pregunta: “¿Tú confías en Artur mas?” le fue realizada al líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, por un estudiante de la Universitat Pompeu Fabra durante una charla que el presidente de ERC mantuvo en el Campus Ciutadella de dicha universidad catalana, el pasado 18 de febrero. Después de una hora de conferencia económica que levantó más de un bostezo, a pesar de las indudables cualidades didácticas de Junqueras, historiador y doctor en historia del pensamiento económico, los alumnos pudieron realizar preguntas que animaron el acto. Aquí les resumimos algunas de las ideas expuestas por el dirigente independentista y las interrogaciones de los jóvenes.
El discurso de Junqueras quería tener un perfil de izquierdas, siempre moderada, posibilista, eso sí -y que a algunos nos puede sonar socialdemócrata-, y para ello no dejó de citar: “Hay un divorcio creciente entre la política y el poder”, y para evidenciar que el “poder” lo tienen los de siempre, una obviedad que no necesitaba ninguna clase magistral, Junqueras explicó la anécdota del ex presidente del Brasil, Lula, cuando corrigió a un periodista diciéndole que ellos no habían llegado al poder, sino al gobierno. Estas amenazasdel poder económico que crea las crisis económicas combinando inflación, deflación y recortes salariales, las trajo el líder de ERC a la actualidad de la política catalana, ya que en el fondo de esta reflexión estaba una respuesta, que más tarde concretaría, a los dirigentes de las organizaciones patronales de la CEOE y Foment del Treball, que en estos días han hecho declaraciones desmarcándose del proceso soberanista: “Los que más lecciones dan sobre las bondades de la libre competencia –y que no quieren que los ciudadanos voten- después no la practican”. Aquí Junqueras se refirió al control de unos pocos sobre el mercado, el oligopolio de los bancos y el sector energético, diciendo: “Algunos de aquellos que les gusta llamarse “grandes empresarios” del país y que, en general, gestionan empresas que están fuera del mercado competitivo, porque actúan en mercados de precio regulado por el sector público”. Junqueras recordó que la “inmensa mayoría” de las empresas catalanas no están en el Foment, y apeló a construir grandes consensos para construir un discurso que se pueda explicar al: “90% de los empresarios que sí trabajan”.Para terminar sobre este punto añadió: “Nos hemos pasado veinte años oyendo que lo que había que hacer era liberalizar el mercado energético, y dicho mercado no está liberalizado, está privatizado, pero no liberalizado. Y el mercado de las comunicaciones, en muchos aspectos, tampoco ha estado liberalizado. Muchos otros mercados relevantes para el futuro de nuestra economía, no son mercados regulados por la libre competencia. El sector financiero está más concentrado que nunca, y es más oligopolista que nunca”.
Después de decir que los estados europeos actuales están haciendo muy poco para solucionar los retos económicos, dio un dato significativo: “Las tres últimas crisis económicas del Estado español, y con él Catalunya, han llevado consigo un 20% de paro, cosa que no ha pasado en otras economías del mundo occidental. Sí no ha pasado en otras economías debe ser porque no es inevitable que pase. ¿Algo estaremos haciendo mal? Debemos reflexionar sobre nuestros modelos productivos (…), hemos creado puestos de trabajo en sectores con poco valor añadido, muy por debajo de los niveles de formación de nuestros jóvenes, que tienen que salir del país para adecuar su formación con la realidad del mercado laboral”.
En el turno de preguntas que efectuaron los estudiantes destacó la que citamos al principio, que fue recibida, por lo espontáneo, con risas y aplausos:
¿Confías en Artur Mas?
La respuesta del profesor Junqueras fue: “Confío, quiero confiar y necesito confiar, y los matices que se derivan de estas tres respuestas en una, como la Santísima Trinidad, ilustran la complejidad de la situación, y no quiero añadir más”. Lo que está claro es que para muchos votantes de izquierdas se les hace difícil entender los equilibrios que está haciendo ERC. Por una parte el señor Junqueras fue nombrado oficialmente el jefe de la oposición, y por otra parte, su partido mantiene una coalición parlamentaria con el gobierno de CiU, pactando programas de gobierno en diferentes materias con el presidente Artur Mas, al que ERC ayudó a ser presidente de la Generalitat. Pero el joven, que tiene madera de periodista, repreguntó citando al presidente de Foment, Joaquín Gay de Montellà, que recientemente ha vuelto a insistir en lo que la propia CiU defendía hasta hace poco, el pacto fiscal: “El dirigente de la gran patronal que dijo que siempre había apostado por el pacto fiscal…, de momento la apuesta no la ha ganado ni una vez. Yo no sé si confiaría los intereses de mis empresas a alguien que nunca gana ninguna apuesta, y que además de no ganarlas, persiste en una apuesta que no tiene ninguna perspectiva de ganar”, dijo Junqueras.
¿Y si no se celebrara el referendo?
El momento en que el dirigente de ERC recibió más aplausos fue cuando, respondiendo a otro alumno que la había preguntado qué pasaría si no se celebraba la consulta y teníamos que ir a unas elecciones plebiscitarias, señaló Junqueras: “No especularé sobre escenarios alternativos, cuando el mejor escenario que tenemos es el del referendo, y si especulo debilito el referendo. Si entrara en ese campo de especulación, aquí, los compañeros de la prensa, harían un titular de demisiones cósmicas sobre mis dudas, y yo no pongo en duda nada, y menos el referendo, que lo habrá e irán a votar Dios y su madre. La pregunta más interesante no es qué pasará si no podemos votar, sino qué hará el Estado para impedir que votemos, porque según lo que hagan, nos estarán regalando la victoria a la vista de todo el mundo. Tenemos que intentar tener la máxima tranquilidad de espíritu, porque habrá campañas de todo tipo. El referendo es insustituible y no nos resistiremos a no votar”.
Junqueras también respondió a preguntas sobre los “mecanismos de interpretación” de los resultados de la doble pregunta que se hará a los ciudadanos. Dijo que serán “mecanismos de sentido común”, y vaticinó que el sí-sí obtendría más del “60% de los votos” si todos los convencidos van a votar, y añadió: “Los que piensan votar sí-no, que es muy legítimo y respetable, se las hará muy difícil cuando vean que el decir no a la segunda pregunta no les garantiza ninguna esperanza en que mejoren las relaciones entre la sociedad catalana y la española. Para convencer a los indecisos tenemos un aliado magnífico, el Estado español”.
¿Una Catalunya fuera de la UE?
El líder independentista también salió al paso de las declaraciones del actual presidente de la Comisión Europea, el señor José Manuel Durao Barroso, que dijo que sería muy difícil que una Catalunya independiente entrara en la Unión Europea: “El señor Barroso tiene poca credibilidad, ya que apoyó la guerra de Irak y dijo que había armas de destrucción masiva”. El ejecutivo comunitario ya matizó las palabras de su presidente diciendo que las futuras consecuencias legales de la independencia de Escocia o Catalunya se expresarán cuando algún miembro lo pida, y se plantee un escenario preciso. Pero Junqueras desplegó toda una batería de argumentos para disipar el miedo a una Catalunya independiente fuera de la UE: “Nosotros ya somos ciudadanos de la UE, y no hay ningún mecanismo jurídico establecido en los tratados constitucionales de la UE, para excluir de la ciudadanía europea, a aquellos que ya son ciudadanos. Nosotros cumplimos todas las condiciones que se exigirían para la entrada de un nuevo miembro, nosotros ya lo somos, y cumplimos todas las condiciones, sería un contrasentido jurídico que nos impidieran la entrada cuando cumplimos estas exigencias. El único argumento en el que se basaba Barroso era en el veto del Estado español, pero habría que ver si los otros miembros de la UE aceptarían un veto que pusiera en cuestión la europeidad de una Catalunya independiente. El Estado español no quiere reconocer a Kosovo, pero en cambio Kosovo es beneficiaria de todas las libertades fundamentales de la UE, en una decisión adoptada por las instituciones al margen de cualquier votación. España no pudo votar, no le dejaron ni votar, ni nadie le preguntó al Estado español si quería ejercer un veto sobre la libre circulación de personas, capital, de bienes y de servicios de los kosovares”.
Pero a los argumentos políticos, Junqueras añadió los económicos:
“El 70% de las exportaciones de España hacia Europa pasan por Catalunya, sería extraño que quisieran dificultar este tránsito. Al margen de lo que quiera el gobierno español, que es muy legítimo y lo respetamos, hay otras opiniones que son significativas en el mundo, y entre esas opiniones están las de muchas grandes empresas que tienen sede en Catalunya y que tienen interés en que la economía catalana siga siendo tan abierta como es o más. Se me ocurren algunos nombres de dirigentes de empresas que, a lo mejor, cuando llamen a ciertos dirigentes políticos europeos serán más sensibles que cuando los llama el presidente del gobierno español”. Después de hablar de la deuda de las administraciones públicas españolas y catalanas, Junqueras arrancó unas risas de la concurrencia cuando hizo un silencio dramático después de decir: “La deuda de la Generalitat está nominada con el titulo de deuda del Reino de España, no de la Generalitat de Catalunya”.
Usted, señor Oriol, ¿a qué intereses representa?
A punto de finalizar el acto, un joven rompió el ambiente cómodo y verdaderamente propicio en que se desarrolló el debate con el presidente de ERC. El estudiante sacó a colación la visita que hizo Oriol Junqueras a las instalaciones de la fábrica textil Mango, presidida por Isaac Andic, con el que Junqueras se fotografió, subiendo la imagen al muro de su Facebook, con el pie de foto siguiente: “Apostar por la industria propia es una prioridad”. El joven que interpeló a Junqueras le preguntó: “¿Es este el modelo productivo de ERC para la Catalunya del futuro? Usted, señor Oriol, ¿a qué intereses representa?”, le recordó que Mango no quiso indemnizar a las víctimas de Bangladesh, donde el derrumbe de un edificio de empresas textiles produjo 1.100 muertos, hombres, mujeres y niños. Mango, a través de la empresa Phaton Tac, fabricaba prendas allí. El pasado diciembre, tras la presión popular, cuatro empresas textiles que operaban en el edificio siniestrado decidieron financiar un fondo de 40 millones para indemnizar a las víctimas. Mango se desvinculó del acuerdo aduciendo que la empresa contratada aún no había empezado a fabricar sus prendas, cosa que el The New York Times desmontó en un reportaje donde se incluían varias entrevistas con los trabajadores, que dijeron que ya estaban confeccionando prendas para Mango. Junqueras, visiblemente molesto, le dijo: “Vente conmigo un día a visitar a los trabajadores de Mango y les dices todo eso, que son asesinos, cómplices de no sé qué, y agresivos con el medio ambiente…, ven, te lo digo en serio”. Aquí el señor Junqueras hizo un poco de trampa, ya que el joven, lógicamente, no se refería a los trabajadores, sino a los dirigentes de la empresa, pero siguió el líder de ERC:“Mango es una empresa, como tantas de nuestro país, que es posible que hagan cosas mal, pero para ello hay tribunales que los deben juzgar llegado el caso, pero es evidente que es una empresa que genera riqueza en nuestro país, entre otras formas mediante la contratación de miles de personas que trabajan en muchos ámbitos de esta compañía. Es muy importante que tengamos empresas que importen, y tenemos que ser muy exigentes en el comportamientos de estas empresas en el mundo, siempre que podamos…”. Luego se salió por la tangente explicando cómo los trabajadores de muchas multinacionales participan en los consejos de administración y lo necesario que son estas compañías para acabar con el paro y mejorar la economía, una obviedad que no respondía a la pregunta del joven, que resumiendo era si ERC en casos flagrantes como el citado, pondrían por encima los intereses económicos a los de las personas. Un servidor salió de allí con la duda.
* Javier Coria. Publicado en la Revista Rambla
– Imagen de Francesc Sans