¿Nueva crisis de los misiles?

¿Nueva crisis de los misiles?

El presidente estadounidense Barack Obama inició su mandato aparcando el proyecto del Escudo de Misiles Antibalísticos (NDM) de su predecesor George W. Bush. Con ello convirtió a Rusia, en un primer momento, en colaborador necesario en la salvaguarda de la paz y estabilidad mundiales, procediendo a la sustitución de la doctrina geopolítica del unilateralismo de Bush por la del multilateralismo, rubricado con la Ratificación del Nuevo Tratado START II, firmado por Medvédev y Obama en abril de 2010 y aprobado posteriormente por el parlamento ruso y por el Congreso y Senado estadounidenses.

La paternidad de dicha doctrina cabría atribuirla al ingeniero geopolítico Zbigniew Brzezinski, cerebro gris de la Comisión Trilateral así como Consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter entre 1977 y 1981 y en la actualidad asesor del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de la Universidad Johns Hopkins de Washington D.C.

Así, en una entrevista a Gerald Posner en The Daily Beast (18 de septiembre de 2009), Brzezinski advierte sobre las consecuencias desastrosas de “una colisión estadounidense-iraní”, de la que Estados Unidos y China saldrían seriamente afectados mientras Rusia emergería como el gran triunfador, pues el previsible cierre del Estrecho de Ormuz en el Golfo Pérsico (por donde se lleva a cabo el transporte de petróleo destinado al noreste asiático -China, Japón y Corea del Sur-, Europa y Estados Unidos), elevaría el precio del oro negro a niveles estratosféricos y tendría severas repercusiones en la economía global, pasando a ser la UE totalmente crudo-dependiente de Rusia.

Sin embargo, tras la intervención de la OTAN en Libia, se habría producido una inusual coincidencia de China y Rusia en forma de veto en la ONU, con lo que podríamos asistir al nacimiento de una alianza ruso-china impulsada por Putin, que se plasmaría con la aparición en el escenario geopolítico mundial de la Unión Euroasiática como alternativa económica y militar al bloque hegemónico occidental.

El pulso Obama-Pentágono

La retirada de Robert Gates como secretario de Defensa y la salida del consejero para la Seguridad Nacional, James Jones (encargado de consensuar las divergentes posturas entre la Casa Blanca y el Pentágono sobre Afganistán), han dejado en evidencia las diferencias irreconciliables entre el Pentágono y el Comandante en Jefe, el presidente Obama.

Así, Obama se habría visto obligado a dar el visto bueno al Programa Phoenix (dirigido por Cheney para asesinar a dirigentes de al-Qaeda, iniciado en 2001, después de los ataques del 11-S y mantenido en secreto ante el Congreso de EE.UU.), con el éxito mediático de la muerte de Bin Laden (a manos de un comando de élite) y designar al director de la CIA, Leon Panetta, como nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos (reemplazando a Robert Gates) y al comandante en jefe de la ISAF en Afganistán, el general David Petraeus, para suceder a Panetta al frente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). 

En septiembre de 2009 el presidente Obama (siguiendo la recomendación del secretario de Defensa y de la Junta de Jefes de Estado) aprobaba la implementación del nuevo sistema europeo de defensa antimisiles (European Phased Adaptative Approach (EPAA), que en realidad se trata de un escudo antimisil global en el que los misiles interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir blancos en un espacio común (gracias a los datos transmitidos por todos los radares y sistemas de reconocimiento optoelectrónico).

“La implementación del proyecto se realizará a través del sistema defensivo Aegis BMD, integrado en el sistema global de defensa de misiles balísticos BMDS y España emplazará en la base naval de Rota cuatro destructores estadounidenses con sistemas de misiles interceptores SM-3 y el sistema de combate Aegis Phased Adaptative Approach”, citando a Teresa de Fortuny y Xavier Bohigas en su artículo “Escudo antimisiles en la base de Rota”.

Desencuentros EE.UU.-Rusia

Rusia y la OTAN acordaron cooperar en la creación del escudo antimisiles para Europa, en noviembre de 2010 en la cumbre bilateral de Lisboa, pues para Moscú es vital que la OTAN ofrezca garantías reales de que ese sistema no apuntará a Rusia y así disponer de un documento jurídicamente vinculante al respecto.

En una entrevista a la agencia rusa “Ria Novosti”, Víctor Mizin, director adjunto del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Estatal de las Relaciones Internacionales de Rusia, afirma que “nadie puede dar garantías que los elementos del sistema global de defensa antimisiles de la OTAN no sean desplegados cerca de la frontera con Rusia. Hoy en día estos sistemas no pueden molestarnos porque, de hecho, son simplemente los sistemas de defensa antiaérea, pero en un futuro pueden emplearse para la lucha contra las ojivas de misiles rusos, especialmente si los buques con misiles interceptores se emplazan en el Océano Glacial Ártico”, advierte Mizin.

“Según los cálculos del Estado Mayor General de Rusia, a partir de 2015 el escudo antimisil europeo ya impactará negativamente el potencial de Rusia en el ámbito de disuasión nuclear, es decir,podrá interceptar una parte de los misiles balísticos rusos”, explicó a “Ria Novosti” el director de la revista rusa “Defensa Nacional”, Igor Korótchenko, quien asimismo afirmó que “Moscú exige que los misiles interceptores emplazados en tierra sean alejados de la frontera de Rusia a la distancia de su radio de acción”, con lo que la OTAN no podrá interceptar blancos sobre el territorio de Rusia sino tan sólo en el espacio aéreo de los países miembros de la Alianza Atlántica.

Sin embargo, las campañas electorales tanto en Rusia como en EE.UU. complican aún más la situación pues “el presidente estadounidense es incapaz de emprender algo en el ámbito de la política interior y exterior y el escudo antimisiles es un lado fuerte de los republicanos”, destaca Mizin.

Advertencia de Putin

Durante el encuentro con miembros del Club de Debates Valdái, el primer ministro de Rusia, Vladímir Putin, advirtió a EE.UU. “que el despliegue del sistema estadounidense de defensa antimisiles (DAM) en Europa podría complicar las relaciones entre Moscú y Washington”, según comunicó a la citada agencia rusa Alexander Rahr, director del Centro Berthold Beinz del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores.

Desde el principio de su mandato presidencial en 2000, la obsesión de Putin ha sido la renovación de sus obsoletos arsenales armamentísticos, con el reto de lograr en 2020 la equiparación de su potencial militar con el de EE.UU., para lo que cuenta con una dotación presupuestaria anual del 20% del PIB, aprovechando los sucesivos superávit conseguidos gracias a los espectaculares aumentos del precio del crudo que pasaron de 10 dólares en 1998 a más de 100 en 2008).

Así, destinará 880 mil millones de rublos (unos 29 mil millones de dólares) para la defensa en 2012, lo que representa un aumento de 1,5 veces respecto a 2010, que comprende el contrato entre el Mindef y la empresa Astilleros Unidos Sevmarch para la construcción de siete submarinos nucleares de cuarta generación Borei y Yasen, (destinados a portar los novísimos cohetes balísticos intercontinentales de ojivas nucleares múltiples Bulavá y que serán la espina dorsal de la estrategia nuclear rusa para la próxima década).

¿Hacia la crisis de los misiles?

El politólogo Vladímir Abrámov, en un artículo publicado en “Nezavisimaya Gazeta”, expresa que la provincia de Kaliningrado (enclave ruso situado entre Polonia y Lituania) vuelve a desempeñar el papel de “pistola en la sien de Europa” como hace dos décadas.

El embajador ruso ante la OTAN, Dmitri Rogozin, considera casi inminente el despliegue de misiles sobre plataforma móvil Iskander-M en Kaliningrado y el despliegue de tres regimientos en Kozlesk encargados del manejo de los mismos, como respuesta al escudo antimisil que EE.UU. y la OTAN planean desplegar cerca de sus fronteras y que, según “Ria Novosti”, “hacia 2020 será capaz de controlar la parte europea de su territorio hasta la cordillera de los Urales”.

Colaboración con Cuba

Por otra parte, la firma por parte de Medvédev del Pacto por la Amistad y Cooperación con Raúl Castro, será una importante inyección económica que contribuirá a sanear la maltrecha economía de la isla tras ser arrasada por sucesivos huracanes y ver mermados considerablemente sus ingresos por turismo debido al bloqueo de EE.UU. y a la crisis global (estimada en 60.000 millones de dólares). En el supuesto de deteriorarse las relaciones entre EE.UU. y Rusia podríamos asistir a la firma de un nuevo tratado de colaboración militar de Cuba con Rusia (rememorando el Pacto Secreto firmado en 1960 en Moscú entre Raúl Castro y Jruschov).

Dicho acuerdo incluiría la instalación de una base de radares en la abandonada base militar de Lourdes para escuchar cómodamente los susurros de Washington, así como la instalación de bases dotadas con misiles Iskander y con aviones estratégicos con armas nucleares (los temibles TU-160 conocidos en Occidente como BlackJak) y podría terminar reeditando la Crisisde los Misiles de Cuba y la posterior firma con Jruschov del Acuerdo de Suspensión de Pruebas Nucleares de 1962.

* Los restos del naufragio

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