Jerarquía católica, santificar y Yom Ha Shoa
La jerarquía católica usurpa el día del holocausto para santificar a sus dos Papas, humillando a los judíos
La Iglesia cristiana, y concretamente la católica históricamente ha sabido muy bien como humillar, ofender y destruir a los judíos.
Desde identificar a los judíos como “asesinos de Cristo”, a uno de los episodios más esclarecedores en este sentido y relativamente reciente, que fue la fundación en Auschwitz (el mayor campo de exterminio judío ), en 1984 de un convento de monjas carmelitas, en donde plantaron una cruz de seis metros de altura. Supuso un ejemplo de ilícita apropiación política por parte de la iglesia católica de un lugar que era sentido como propio por las víctimas judías del Holocausto, allí asesinadas.
Todo esto ocurrió con el conocimiento del Papa polaco, Juan Pablo II, reconocido por su anticomunismo y uno de los dos Papas que acaban de ser santificados por el Papa Francisco en el Vaticano. El otro ha sido el “Papa bueno”, Juan XXIII.
La fecha elegida para la canonización de los dos Papas, fue ya elegida por el Papa Francisco el 30 de septiembre del 2013, y se eligió el día 27 de abril del 2014.
¿Pero qué tiene de especial ese día?
Pues que es el elegido, por los judíos para conmemorar el Yom HaShoah, día del recuerdo por los seis millones de judíos europeos y otros colectivos que fueron asesinados en el Holocausto por los nazis y sus colaboradores en la II Guerra Mundial.
Fue dicha fecha inaugurada en 1953 por ley en Israel y tiene lugar entre abril y mayo, con motivo del comienzo del levantamiento del Gueto de Varsovia y la resistencia judía a la deportación.
Pues justamente, en este año 2014, caía en el día 27 de abril, comenzando los homenajes en Israel, en Yad Vashem, Museo del Holocausto , y en otros muchos países organizados por sus comunidades judías. Justo el mismo día de la santificación de los dos Papas en el Vaticano.
Es una práctica tradicional, desde hace más de 15 años, que miles de israelíes y judíos de todo el mundo viajen ese fin de semana a Polonia para participar en la “Marcha de la Vida”, que imita, a la inversa, el recorrido que hacían los internos en su camino a las cámaras de gas de Auschwitz , desde los barracones del campo de Birkenau.
Pues este año, también y el mismo día, miles de pelegrinos polacos se trasladaron al Vaticano con motivo de la canonización de su Papa polaco, Juan Pablo II.
¡Qué casualidad¡ Unos van y otros vienen de Polonia, país por cierto de los pocos, que todavía no ha reconocido, mediante ley, su deber de restitución de los bienes robados a los tres millones de judíos polacos asesinados, incluida la casa de mi familia en Pulawy.
De nuevo constatamos que la Iglesia católica, con su prepotencia, se apropia del espacio reservado a las víctimas judías del Holocausto, impidiendo que pueda visualizarse sus homenajes, al haber superpuesto el gran montaje mediático que ha sido la santificación de dos Papas , por otros dos, al mucho más modesto, pero auténtico Yom Hashoah judío.
En esa misma línea antijudía, fue la elección de 68 lugares que se identificaron con el galardón “sello patrimonio europeo” (versión intergubernamental), creado por la UE, sin que en ninguno apareciera dedicado a la aportación a la cultura e historia europea de los judíos. Finalmente, se solvento este antisemitismo de la Unión Europea, otorgando en el 2014 un galardón (versión Comunitaria) al campo de agrupamiento Westerbrok en Holanda, desde donde partían los judíos al exterminio en los fatídicos trenes.
Aquí, en España, concretamente en Madrid, hubo un Acto en Memoria (1) del Holocausto en el Parque Juan Carlos I, el pasado 27 de Abril, con asistencia de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella para resaltarnos de nuevo el papel de los diplomáticos franquistas que salvaron a los judíos, como José Rojas Moreno, conde de Casas Rojas, bisabuelo del Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, diplomático cómplice del Holocausto desde su puesto de director del Departamento de Políticas y Tratados del Ministerio de Asuntos Exteriores en 1939.
Exactamente hace un año escribí sobre el mismo acto que tuvo lugar (2), pero en esa ocasión Ana Botella añadió que antes del verano habría un monumento a los diplomáticos salvadores en el Centro Sefarad–Israel. Que yo sepa por ahora no existe dicho monumento, monumento que por cierto se intentó, sin resultado, colocar en el año 2009 dentro del propio Ministerio de Asuntos Exteriores, cuando era ministro Moratinos. Está claro que es un tema prioritario para los gobiernos, tanto del PP, como del PSOE (quizás tenga algo que ver con la futura ley de nacionalización española a los sefarditas, actualmente en tramitación).
La Fundación ultraconservadora judía Raul Wallenberg, por su parte también viene intentando, desde el año 2000 que se le nombre al Papa Juan XXIII, Monseñor Roncalli, “Justo de las Naciones” por Yad Vashem. Quizás ahora que es ya santo, les sea más fácil conseguirlo, aunque su actuación a favor de los judíos, como arzobispo del Papa Pio XII, deja bastante que desear, si nos atenemos a lo que dice el libro “La Iglesia católica y el Holocausto” de Daniel Jonah Goldhagen.
Yo por mi lado, hice mi personal homenaje a mis familiares judíos polacos víctimas del Holocausto y especialmente a Cesia, héroe médico del Hospital del Gueto de Varsovia, que se publicó la revista judía progresista de Barcelona “Mozaika”, en dos capítulos (3).
Estoy firmemente convencida de que la fecha elegida para la canonización de los dos Papas el 27 de abril del 2014 no ha sido casual, sino una muestra más de que la Iglesia católica sigue sin reparar moralmente a los judíos por el inmenso daño que les hizo, sino todo lo contrario, los castiga y humilla.
Quizás el no haber podido conseguir que el Papa Juan XXIII sea nombrado “Justo de las Naciones” por Israel, o el no llevar a buen término su propuesta de que sean nombrados justos a 3 diplomáticos franquistas españoles también en Yad Vashem, motivaran esta venganza por parte de la Jerarquía católica, haciendo coincidir las fechas de ambas conmemoraciones: la de los verdugos y las de las víctimas.
Notas:
2.- La cristianización de la Shoah: homenajes a los diplomáticos católicos y franquistas