Kuaderno de bitákora
Tania Pasca Parrilla. LQS. Marzo 2020
Ilustraciones de J. Kalvellido
El diario de una AUXILIAR en un Hospital Públiko bajo la PANDEMIA del KOVI-19… (Y los rekortes)
Antes de continuar me presento… Me llamo Tania Pasca Parrilla, nací en Madrid en 1973, en el año de la crisis del petróleo y del golpe de Estado de Pinochet, nací en las turbulencias de una Doctrina del Shock. Trabajo como auxiliar de enfermería en el Hospital Universitario Doce de Octubre de Madrid. Hasta ahí todo normal. Pero soy una mujer multidisciplinar, multiplicada y multiesférica. Madre en solitario de dos hijas y responsable del cuarto miembro de la familia; un perro de 50 Kgs que se ha convertido en mi mejor aliado y amigo de confianza. Soy además militante del PCE en Fuenlabrada y sin habérmelo propuesto en la vida, no sé cómo he terminado siendo concejala en este mismo Ayuntamiento del Municipio por UP-IU. He colaborado con distintos colectivos feministas, así como en las Mareas Verde y Blanca a los largo de la última década. Para llenar la cabeza de cosas útiles en mis infinitos viajes en el transporte público de Madrid, estudio Trabajo Social por la UNED. Así que con estos ingredientes personales al llegar y estar implicada en la crisis del Coronavirus escribo a diario mis reflexiones a nivel profesional, político y emocional en el Cuaderno de Bitácora, acompañadas de las ilustraciones del dibujante Kalvellido que no dejan a nadie indiferente. Para intentar aportar desde mi experiencia y responsabilidad política, profesional y humana soluciones y ejemplaridad a esta crisis.
A los cuatro años mis padres me llevaron a un mitin a cuyos ponentes no recuerdo, pero lo que no se me olvida es el cántico que gritábamos: “Si sí sí Dolores a Madrid”, y el impacto en mí debió ser grande, porque me sirvió de ejemplo para toda la vida.
¡Venceremos!
Kuaderno de bitákora: Día 1. Sábado 21 de marzo
La trasformación de las plantas de hospitalización médico quirúrgica, en planta COVID-19, no ha sido precisamente fácil. El equipo de enfermería (especialmente TCAE) somos quienes hemos movido armarios, mesillas, camas, atriles, etc., mientras celadorxs trasladaban sin descanso pacientes y sus pertenencias a otro edificio “libre de virus”. Todo a contrarreloj para dar cama a l@s COVID-19 y ajustarnos a la mayor seguridad posible para el personal. Damos rienda suelta al ingenio y a la iniciativa personal para compartirla con las compas. A cada paso, nos damos cuenta de la precariedad material y personal en la que se ha sumido a los hospitales públicos en los últimos años.
Quiero pensar que cuando venga “la paz” saldremos reforzadxs.
Abogo por la intervención de todo el sector sanitario. Hacer público lo que un día se nos robó: limpieza, lencería, hospitales concertados…TODO PARA LA PÚBLICA.
Día 2. Domingo 22 de marzo
Intimando, o intimidando (que diría un amigo) con el virus, me quedo con un par de anécdotas importantes:
Ayer con la comida les hicimos llegar a los pacientes cartas anónimas de gente de la calle que quiere hacerles llegar su ánimo y solidaridad. Al hacerles entrega se me llenaba la garganta de emoción a mi también.
Además un paciente joven me preguntó: “¿…y no nos podemos duchar?” ‘Lo siento, no hay duchas en las habitaciones… hay dos colectivas pero están al otro lado, y no podéis salir”, contesté yo.
Después me enteré que la hija de la grandísima… Adam Smith, está ingresada por Coronavirus en un pseudo hospital público. Grrrr, la adalid de ‘Lo privado es mejor…” Señora Aguirre, créame que me gustaría verla compartiendo habitación y W.C. en el desvencijado 12 de Octubre.
¡Honor, larga vida y gloria a toda la gente humilde que lucha cada día contra el virus y el neoliberalismo!
Día 3. Lunes 23 de marzo
Comienza la primavera.
Reconozco que ayer toqué fondo. Muy pronto para lo que nos queda por delante.
Pero siendo fin de semana, con menos personal aún, haciendo largas esperas y diversas excursiones a Esterilización para recoger EPIs, que no hay a primera hora, en un escenario desconcertante. Ya me pusieron en guardia.
Un Nesquik en mi estómago y a empezar a trabajar con el anhelado salvavidas EPI, hasta las 12:45 con él puesto. El resto de jornada… lo dejo a la imaginación, no había más Equipos de Protección Individual.
Y sí, el monstruo va ganando. Ha colonizado incontables cuerpos mayores, pero también jóvenes y gestantes…
La sensación es de estar en guerra, en una pesadilla y me doy cuenta de que no es una sensación: ES REAL.
La improvisación e inseguridad van haciendo mella en el trabajo en equipo (si alguna vez lo hubo) y surgen conflictos: A falta de EPIs, ¿qué colectivo sacrificamos?
Sí, ayer perdí mi habitual serenidad, y a esta guerra le quedan muchas batallas.
Día 4. Martes 24 de marzo
Leo con dolor que el conservadurismo más rancio, por no decir directamente facha, aprovecha las excepcionales tesituras internacionales de nivel pandemia de emergencia sanitaria, para escupirnos a todas a la cara con análisis superficiales de vulgar contenido político. Se han cometido errores de previsión del Gobierno actual, pero partimos también de una base de fuertes recortes y privatizaciones salvajes del PP, y no seré yo quien defienda al PsoE precisamente, pero lo que tenemos ahora mismo encima de la mesa, o de la cama del hospital para ser exactos, es gente agonizando sola… Como CARMEN, a quien el jueves di la bienvenida y todo el ánimo y cariño del que disponía.
El viernes supimos que CARMEN cumplía 82 años y le cantamos el cumpleaños feliz con un nudo en la garganta.
Ayer falleció…
Sola.
La situación, y voy a ser extremadamente sincera, es absolutamente dramática. Pacientes que en otras circunstancias serían candidatos a estar en UCI, ahora debido a que es físicamente imposible ubicar a tantísimas personas, los facultativos tienen un “criterio de edad” para que accedan a un respirador.
¡No! No es una leyenda creada, es cierto.
A ver, no es ya el Gobierno de España ni el de la Comunidad de Madrid (donde más fallecidos con diferencia hay) quienes hoy gobiernan nuestras vidas: es el MALDITO CORONAVIRUS quien se ha otorgado el poder.
Vamos a luchar contra él con inteligencia, disciplina, coordinadas y con valentía.
Nos va la vida en ello.
Día 5. Miércoles 25 de marzo
(hoy en casa)
Qué felicidad estar en estas cuatro paredes que es mi hogar.
Qué maravilloso silencio. Qué bienestar.
La gente sé que está angustiada por el encierro, que antes de las 20h está aplaudiendo en los balcones, y pienso, ojalá hubiera habido el mismo fervor cuando nos secuestraron los derechos…
Qué íntima alegría siento lavando ropa, abriendo ventanas, suministrando lejía por todos los rincones de mi casa.
Qué alegría compartir con mis hijas impresiones sobre esta guerra, sentirme querida por ellas y protegida (ayer me compraron vitaminas) :p
Y para las ganas de abrazar a alguien tengo la suerte de contar con Malcolm X, que con sus 50 kg tiene abrazo de sobra.
Quiero disfrutar del día libre, aquí, en mi refugio.
¡Venceremos!
Día 6. Jueves 26 de marzo
Día internacional de la Solidaridad con el Personal detenido y desaparecido
De vuelta a trabajar a ese lugar llamado hospital.
Camino hacia la entrada del mastodóntico 12 de Octubre, el cielo turbio que corona la azotea no presagia nada bueno, es el Coranavirus filtrándose y colonizando todo su viejo esqueleto. Al entrar hace calor, hay demasiado silencio y quietud, sin embargo está a rebosar de personas. Quienes trabajamos allí ya tenemos interiorizado un mantra: Mascarilla, guantes, solución hidroalcohólica, mascarilla, guantes, lejía, gorros verdes, calzas, mascarilla, guantes… Parecemos un pobre ejército.
Somos el ejército blanco cautivo y desarmado frente a un implacable y destructor Coloso.
En este marco de incertidumbre, donde cada día varias compañeras cursan baja por Coronavirus, con sus respectivas historias familiares y personales detrás: Giovana, Sagrario, Mónica, Alba…y otras tantas en espera de resultados, viene personal nuevo contratado sin demasiada experiencia, aunque a decir verdad, quién coño la tiene. Yo además no quiero comprometer la salud de compas embarazadas, que por fin están siendo reubicadas en lugares “seguros”, ni de compas de mayor edad, porque ya bastante han currado en su vida con dobles jornadas (por aquello del patriarcado) para tener que lidiar también con esto, y estas inquietudes mías quiero que sean compartidas por el resto, para tener unanimidad de criterio sobre quién se expone más, o se expone menos, aunque para ser optimistas, poco a poco van en aumento la disponibilidad de EPIs.
En este macabro paisaje español, sigo sin digerir las actuales críticas vacías de contenido analítico sobre las medidas adoptadas por el Gobierno. Se está lidiando con una tragedia sin precedentes en la historia reciente, que afecta a todo el planeta y bajo mi punto de vista se están redoblando los esfuerzos a marchas forzadas para paliar la situación con medidas valientes nunca antes adoptadas. Solo falta que abdique el Rey y que la Iglesia renuncie a todos sus privilegios poniéndolos a disposición del Estado (bueno, y que Amancio, Roig y Florentino entreguen las armas).
Mientras trabajo bajo tres capas protectoras con la frente empapada de sudor, tengo aún que neutralizar en mi mente comentarios fascistas, xenófobos y clasistas de algunxs compañerxs para entrar en las habitaciones de las víctimas de Coronavirus con mi mejor YO, porque esto es una guerra y estoy de vuestro lado.
¡Venceremos!
Día 7. Viernes 27 de marzo
Con el terremoto huracanado Coronavirus de intensidad siete en la Escala de Ritcher, se han removido todos los cimientos de la sociedad civil. Hoy, mientras me quitaba un traje mas propio de películas futuristas que de ropa hospitalaria en la esclusa de mi planta, pensé en voz alta: nada volverá a ser igual, y lo que ha de volver, que sea rectificado. La enfermera que se lavaba las manos al lado, me contestó; miedo.
Miedo teníamos hace unos días a los exámenes de oposición, a no sacar la plaza, a que no se convocase concurso-oposición, a no acceder al interino, al eventual, al de suplencias, a la prestación por desempleo, al subsidio… Así ha jugado la Sanidad pública madrileña con el personal durante años en todas sus categorías: Facultativos, Enfermería, Fisioterapeutas… TCAEs, Celadores, Cocina, lavandería… y bueno, directamente el personal de limpieza, es de Ferrovial, y el servicio de lencería fue privatizado en su día por Esperanza Aguirre con desastrosos resultados que dan para un capítulo aparte.
Miles de trabajadoras/es de la sanidad madrileña se han visto precarizados durante años, teniendo que pasar por la exprimidora de la Consejería de Sanidad cada día. Aún recuerdo con la misma rabia de la primera vez, cuando oí hablar por la radio en 2011 a Esperanza Aguirre en su fiebre liberalizadora, del aumento de jornada laboral en la docencia, alegando que vivían demasiado bien los maestros, para a continuación subírnosla a los sanitarios, eso sí, en aras siempre de la “eficacia y la eficiencia”… y la rentabilidad.
En su conquista liberal lo mismo concertaba residencias de mayores, que inauguraba cinco hospitales con nombres monárquicos a la par que regalaba a Quirón otros dos… o intentaba abrir aquel monstruo llamado Eurovegas.
Mientras, paralizaba oposiciones y sus consolidaciones, la sanidad pública de la capital se fue deteriorando a pasos agigantados.
Y con estos mimbres ahora nos enfrentamos a la peor catástrofe sanitaria que hayamos conocido del siglo.
Desde luego el Coronavirus es una bomba que nos ha caído de forma inesperada y letal. Por eso mi pensamiento de esta mañana en voz alta fue:
Lo que haya de volver, que sea rectificado.
¡Venceremos!
#MasSANIDAD
#MenosCORONA
Día 8. Sábado 28
La mañana de hoy comenzó mordiéndonos el monstruo de lleno. Cuento con sutileza, o sin ella:
8:20 am.
El paciente de la cama A de la habitación XXX nos llama porque el compañero de la cama B que está muy malito, se ha quitado el oxígeno. Entro, le acomodo y salgo.
A los 10 minutos la situación era dantesca. La enfermera que había vuelto a entrar en la habitación para la toma de constantes encuentra al paciente de la cama B tendido en el suelo, inconsciente. Ella nos llama a gritos y acudimos dos compañeras a ayudar. Siento dolor y rabia. Dolor porque lo que veo es a un hombre que había claudicado tras haberse enfrentado cara a cara con el virus, y estaba tratando de huir de la habitación en busca de oxígeno y del mundo que le pertenecía por derecho. Y rabia e indignación por él, por el paciente de la cama A y por nosotras. (Ahorro cómo le devolvimos a la cama y al hilo de vida en unos pocos ridículos metros cuadrados).
Mil veces antes de esta crisis denunciamos de todas las formas posibles que ese tipo de habitaciones-zulo, debían ser individuales. Pero en todos estos años de Gobierno Liberal de la Comunidad de Madrid, esas cuestiones no interesaban a nadie.
Conclusión: los pobres deben estar en lugares pobres.
Y llegados a este drama de pandemia, siendo consciente de que todos los sistemas de ayuda están desbordados, ¿es admisible que no se pueda ayudar a una persona a morir con mayor dignidad por falta de espacio físico? Lo digo porque antes del Coronavirus, ya lo habíamos vivido, y nadie cambió nada. Esto es el Gobierno de la Comunidad de Madrid.
14 pm.
Hoy, casi al finalizar mi turno me sacó una sonrisa Luisa, que antes del virus daba clases de sevillanas a sus comadres en un centro de mayores y que en estos días ha mejorado mucho su salud. Me ha prometido que cuando termine la guerra, vendrá a la planta, preguntará por mí y bailaremos juntas unas sevillanas. Jurao.
Como también he sentenciado antes de salir, que cuando acabe la guerra, jamás toleraré que se vuelvan a meter a dos pacientes en habitaciones individuales. Somos pobres, pero esos pobres que al final sostenemos el sistema. Y este sistema hay que revertirlo.
¡Venceremos!
#MasSANIDAD
#MenosCORONA
Día 9. Domingo 29
No sé por qué desde que me he visto de manera involuntaria e improvisada combatiente de esta guerra, mi subconsciente me sorprende a diario con distintos acordes de “One” de Metallica.
En el cercanías, en los pasillos de hospital, sudando vestida de astronauta con los cristales empañados de las gafas de plástico en las habitaciones, unas veces la parte melódica y otras la más cañera. Será que tengo que armonizar los tragos duros de esta tragedia humana, la separación obligada de la gente a quienes amo, la rabia contenida por no poder transmitir con serenidad que ¡AQUÍ Y AHORA SOLO CUENTA LA SALUD! Que todas las medidas y esfuerzos deben tener como prioridad absoluta recuperar la salud y sobrevivir a este holocausto. Y sueño que a posteriori, tras esta terrible realidad, la solidaridad internacional se ponga de moda y se quede para siempre.
No hay otra salida. No hay alternativa.
Ojalá la gente después de este caos, no tolere otra cosa que: UN MUNDO MEJOR.
Hoy, realmente agotada, como lo estamos tod@s, pongo en el haber que las altísimas fiebres de los pacientes han descendido. Puedo contar con alegría que HOY a una paciente que pronamos (poner boca abajo) le subió la saturación de 80% a 100%. Que localizamos un cargador de móvil para un paciente que necesitaba hablar con los suyos, y cuando el móvil empezó a dar señales de vida, el señor lloró de alegría… y yo también a través de las gafas de buzo.
Porque no me imagino estar al otro lado, ser paciente y aislada de manera radical sin el amor de mi familia. Y mucho menos al revés. Tener a alguien que amas atrapado en un hospital presa del coronavirus y no poder hacer nada, solo esperar.
Todo el amor, la solidaridad y mi energía a los que luchan por su vida contra el virus. A ell@s, y sus familias.
¡Venceremos!
Día 10. Lunes 30
Nunca he creído en dios. En esa científica ignorancia me educaron mi madre y mi padre, así que solamente tengo fe en los actos de las personas. A la inmensidad de la Naturaleza es a quien me debo y al lento caminar de la Tierra que sigue girando a pesar de las traiciones del ser humano.
Tengo fe en la investigación, en que se encuentre la combinación exacta de elementos que nos salve de esta y de todas, porque hay que recordar que ébola, malaria y varios virus más andan aún sueltos, y no ya por la falta de medicinas, sino porque no se distribuyen universal y gratuitamente allá donde se necesitan. Que nadie se olvide, yo nunca lo hago. La salud NO PUEDE SER UN NEGOCIO NI ESTAR EN EL MERCADO. Y es aquí cuando sale la famosa palabra como una estocada: Utopía.
Utopía=Realidad
Como soy una persona fiel al ser humano, pero sobretodo soy fiel a mí misma, aún en estas macabras circunstancias, cuando un/una paciente me relata cómo llegó al hospital, qué tormentosos días vivió en Urgencias hasta llegar a ocupar la cama donde se encuentra, o que ya se siente algo mejor… y termina su relato con un ¨gracias a Dios”, le contesto: ¡No, gracias a dios NO, será gracias a la ciencia, gracias a la evolución natural del virus y la capacidad de respuesta de su cuerpo, porque dios está en paradero desconocido, como siempre! Y conste que como he dicho, soy fiel al ser humano, y esto lo digo mientras le pongo al paciente la mesita a su alcance, donde reposa alguna estampa de una virgen o cristo sangrante. (Y ahorro dar a nadie la explicación de porqué ese paciente ya dispone de cama).
Compañer@s: Es cuestión de vida o muerte destinar todos los recursos posibles a las Ciencias de la Salud y de la Naturaleza, y todo lo demás echará a rodar solo. Si ponemos la vida en el centro seremos personas sanas, longevas, VIVAS.
¡Venceremos!
#MasSANIDAD
#MenosCORONA
Día 11. Martes 31
Voy, vamos resignadas, desposeídas y alienadas a nuestra “actividad productiva” cada día, a un lugar que está ya impregnado de dolor y desesperación. Hoy casi al finalizar el turno vi los ojos encharcados de la hija de un paciente que acababa de fallecer, y jamás los podré olvidar. Así es. No tengo buenas sensaciones. Y lo peor es la cifra que me han dado, eso me pasa por preguntar: 121 personas han caído en las últimas 24 horas en mi hospital. La reflexión que escucho de quien me da el dato me duele más aún: “es que este área hospitalaria pertenece a gente muy humilde, que ya de por sí llega en malas condiciones”.
Sé perfectamente y asumo que las próximas semanas no voy a disponer de mi vida (si alguna vez dispuse), porque va en mi contrato, en mi exigua nómina, en mi responsabilidad y en mis ganas de pelear.
Creedme, esto es una guerra y cuando termine, vendrá la postguerra que es lo único que le preocupa a la masa fascista de este país cual alimañas, esa masa fascista que en la anterior crisis solo tuvo energía para salvar a los bancos, y digo masa porque es enorme, esos cobardes descerebrados sacando a pasear sus rebuznos impunemente (y perdón por los burros).
Es terrible lidiar cada día contra el Coranavirus y sus amenazas constantes de muerte, y a la vez con los obstáculos en forma de bulos y propaganda mentirosa del fascismo. ¡Hay que ser miserables! No puedo con tanta infamia. Esta es una guerra contra un poderoso enemigo que no sé si vamos a ganar, ni cuándo. Primero salvemos vidas.
Compañer@s: ¿A qué tenemos miedo después de la guerra? ¿A las instituciones, a las empresas del IBEX, al FMI, a la UE, a la OTAN? ¿A terminar de perder lo poco que teníamos? Todos esos monstruos no deberían ser nada sin nosotr@s. Por tanto ¿No deberíamos tener las trabajadoras la sartén (a falta de hoz y martillo) por el mango? Luchemos organizad@s por ello. Hagamos ondas con estas piedras. La vida es NUESTRA.
Por los caídos y sus familias…toda mi lucha.
¡Venceremos!
#MasSANIDAD
#MenosCORONA
Día 12. Miércoles 1
Especialmente me toca el corazón el drama que se está viviendo en las Residencias de mayores. Conozco muy bien las de la Comunidad de Madrid, donde el 75,9% son privadas. Cuántas veces he manifestado y advertido a lo largo de mi vida profesional como Auxi ¡lo mal que funcionan! Mi historia particular seguro que coincide con la de un montón de profesionales sanitarios de Madrid:
En 2003 me apunto a la bolsa de empleo de Bienestar Social sita en Agustín de Foxá -vaya nombre de calle, por cierto- para las Resis de mi zona Madrid Sur. Me llaman por primera vez para trabajar ¡en 2015! Cada vez que llamé para preguntar por la actualización de esa bolsa de empleo me contestaban con desgana: “es que no estamos llamando”. Claro, eso sucedía porque no había interés en crear empleo público. ¡Qué raro!
¿Qué ocurría entonces, que no había demanda? Noooo. Que las cadenas de residencias privadas se multiplicaron, a la misma velocidad que los centros comerciales. Al fin y al cabo los mayores entraron como mercancía en ley de la oferta y la demanda en el Madrid liberal de Aguirre quién concertó multitud: usuarios de la red pública en residencias privadas cuyas cuotas pagábamos todas solo porque esta llevaba una placa con la bandera estrellada de la Comunidad, no porque contaran con las garantías de un verdadero servicio público. Yo he sido contratada en varias de estas como gerocultora, que a saber qué coño es eso, para asistir a una ratio enorme de personas. Por supuesto sin mucho material disponible, entre ellos guantes, para así compartir -como yo ya decía en aquel entonces- solidariamente todas las infecciones. No quiero pensar qué clase de medidas han tomado los gerentes de estas residencias para frenar el Coronavirus. Sin personal suficiente (cualificado o no), con cientos de demandas por negligencias sin resolver a sus espaldas, y en sus conciencias el deber de salvar el capital, y no precisamente el de Marx. Cómo habrán afrontado este desangre de seres humanos.
En 2013 intenté sacar por mi cuenta un blog sobre Residencias con la intención de que familias y trabajadoras expusieran sus denuncias. Me desanimé porque me pareció un proyecto titánico. Ese Titán de enorme rentabilidad financiera ha desvelado de golpe mis peores presagios.
Actualmente soy empleada pública fija en hospital, pero NUNCA he dejado de denunciar estas atrocidades. Como concejala propusimos una moción para mejorar esta situación. Por supuesto no salió adelante porque fue antes del Gobierno de coalición…
P.D. – Antonia, aunque estás ahí atrapada, ya sabes que eres chiquinina pero huummm. ¡Vive!
Va por vosotrxs, lxs que os levantasteis a pesar de 40 años de dictadura.
¡Venceremos!
#MasSANIDAD
#MenosCORONA
Día 13. Jueves 2
Después de tantos días nadie se acostumbra a pasar calor, falta de aire y de visibilidad con los EPIs, con los EPI-bolsa de basura, y con todo tipo de improvisadas protecciones. Lo que sí hemos hecho es perder el sentido del ridículo y ganado (en casi todas las circunstancias) el sentido de trabajo en equipo entre diversas categorías. El Covid está consiguiendo que pongamos en alza el valor de todas las profesiones. De arriba abajo y de abajo arriba, organizándonos entre nosotras mismas por propia voluntad, sin respaldo gerencial ni institucional. Todas somos necesarias, y que no falte nadie; los positivos entre compañeras sigue aumentando. Sí, el bicho se me va acercando (la joven auxi con quien compartí sala de estar ayer, también ha dado positivo).
Hemos avanzado en cuanto a la sistematización del modus operandi de abordar la jornada, pero a costa del sobreesfuerzo del personal de limpieza, cocina o Tcaes… Quiero recordar que los trajes EPI se están reciclando para ser usados una segunda vez. Entiendo que nadie esperaba que el 100% de l@s trabajador@s de la sanidad tuvieran que usar uno de estos equipos todos los días y varias veces por turno, pero no estoy segura de que la Comunidad de Madrid esté poniendo en primer lugar el interés general por encima del particular…
Hoy quiero dar protagonismo a Celia, que lucha por su vida enchufada a un respirador Bipap. Con ella voy muy despacio, aunque me tiemblen las piernas, y a la vez muy rápido para que no le falte el aire ni un segundo, porque si yo me siento asfixiada bajo el EPI, más lo está ella con el Covid. Otra persona que me ha enternecido es José, que tiene algún tipo de enfermedad mental y que con paciencia pasa allí los días con la cordura que nos va faltando al resto.
Y por último, Julia, que es nuestra pinche de cocina y cuyo colectivo también ha sufrido numerosas bajas a las que hay que sumar la ya escasez de profesionales. El servicio de Cocina es otro gran olvidado en esta guerra. Me consta que en el segundo sótano del hospital, que es donde está, se están deslomando cada jornada con personal nuevo y desentrenado, para cumplir eficazmente con la entrega de dietas para tantísimo enfermo, servidas en material desechable.
Reflexión: Podemos prescindir del tal Spiriman y sus exabruptos que no aportan nada, pero de Julia no. Julia es de las imprescindibles.
Sanidad pública ahora y siempre.
¡Venceremos!
#MasSANIDAD
#MenosCORONA
Día 14. Viernes 3
Disfrutando las horas de confinamiento.
Echo de menos a mis padres, a mis hermanas y hermanos de vida, a mis múltiples sobrinas, y por supuesto te echo de menos a ti que estás tan sumamente lejos.
Paso el día con Livia y Libertad, que al fin y al cabo son mi razón de ser y actuar. Las observo en este escenario del Estado de Alarma, donde veo que van apagando sus ilusiones porque con tanto tiempo libre reflexionan y les da un golpe de realidad. Ellas que van de la risa a la rabia, ellas, que precisamente la vida nunca se lo puso fácil, como digo, van mermando sus ilusiones y proyectos porque saben que nadie lo va tener fácil a la vuelta.
Porque vivimos en la sociedad del individualismo descarnado y los postulados neoliberales del mercado, la competitividad humana, financiera y empresarial, olvidando la solidaridad, la empatía o el apoyo mutuo para afrontar la crisis colectivamente. Porque nos educaron, y sobre todo a la gente de la generación de mis hijas en prepararse para triunfar en la vida: tener carrera universitaria, varios idiomas y siete master. Y paradójicamente las profesiones más necesarias a día de hoy son además de las sanitarias, la de cajera, reponedora, reparto, limpieza… tan denostadas. A ver si de esta crisis aprendemos y apostamos por la equiparación y dignidad salarial. Quiero que cuando salgamos a abrazarnos, salgamos también con la firme convicción que desde una perspectiva comunitaria salimos de esta. Ojalá la reclusión haga temblar los cimientos del conservadurismo liberal, porque la vida es nuestra, de Livia, Libertad, Ojka, Andrea, Alejandra, Claudia, Aitana, Héctor, Indira, Nai…
Hoy aunque no he trabajado, he madrugado para comprar sin tener que hacer cola y para aprovechar el día en hacer todo aquello que tengo en asuntos pendientes domiciliarios. Así quemo uno de mis únicos cinco días libres de abril.
Postdata: Me siento resfriada…
¡Venceremos!
#MasSANIDAD
#MenosCORONA
Día 15. Sábado 4
Por primera vez en muchos días se respira tranquilidad en el 12 de Octubre. Los ventanales de la Urgencia por los que se veía originalmente la sala de espera y ahora improvisada sala de sillones de gente tosiendo con mascarilla, amanecía completamente vacía.
Aunque las plantas de hospitalización están al 100% de ocupación Covid, me da la sensación de que el estado de salud en general es mejor.
Me preocupa que aún en estas circunstancias, quienes estamos sanos necesitamos encontrar un culpable para descargar rabia y respuestas a lo desconocido. Se especula con todo tipo de teorías conspirativas y paranormales. Teoremas que van desde “Esto ya se sabía desde enero y esperaron a que el virus nos matara” a “por qué no nos confinaron quince días antes”, “tienen que rodar cabezas en el Gobierno porque Pablo Iglesias se ha reunido y su mujer tiene Coronavirus, así nos contagiamos todos”, ya el colmo son las erudiciones económicas del tipo “con lo mal que lo han hecho a ver cuándo va a cobrar el ERTE mi prima”, “a los autónomos nos van a llevar a la ruina…”. Como si alguna vez hubieran visto poner en marcha algún verbo del artículo 128 de la CE.
Como tengo oídos y paciencia suficiente para escuchar este tipo de principios armados a base de “bolo-news” a las compañeras de vestuario, a viajeros del tren que hablan por teléfono para todos los públicos con un interlocutor remoto, a compas de grupos de whatsapp, me pregunto en primer lugar por qué hablan en tercera persona del plural para referirse a los culpables del COVID: “ellos”. Como si el recién erigido Gobierno de España se hubiera reunido en el sótano del Congreso en un cónclave secreto con el siniestro plan de liquidar a la población. Y es esa misma clase de persona la que un día apostó por Rajoy, otro por Sánchez o Rivera y ahora seguramente simpatice con Abascal. No soy precisamente yo quien aplaudió la conformación de este Gobierno de coalición porque mis planteamientos son mucho más a la izquierda “radical” (¡feminazi!, que me dirían algunos, vete a Cuba), pero soy consciente de que hay que apoyar y tirar para adelante con las decisiones gubernamentales que se están tomando ante esta dificilísima situación. Es cuestión de vida o muerte. Es la crisis más grave que ha sufrido este país en los últimos tiempos. Ya habrá tiempo de hacer crítica y autocrítica, una vez sanas y salvas.
A mi pregunta, y tú cómo lo harías, qué gestión cambiarías. Respuesta: “Yo no soy gestor/a. O sea, ni idea, pero es lo que me dicen los memes que leo a diario”.
Me encantan los adivinos que te adivinan lo que ya ha pasado.
¡Venceremos!
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Día 16. Domingo 5
Me gusta llegar por la mañana a mi planta, entrar en el cuarto de estar, desear los buenos días, soltar el bolso y sacar un café de la máquina que ahora con la crisis Covid19 son gratis. Enseguida entramos en materia de recuento. Cada vez es más habitual que no falte nadie de la jornada anterior. Que todxs sigan vivxs, o encontraran cama en la UCI. Eso me llena y tranquiliza. Y entonces escucho atentamente y con escepticismo los comentarios y opiniones de compas sobre el estado general del país…
En estos tiempos tan extraños a los que nos hemos visto sometidas, no era suficiente tener la soga al cuello, literalmente, viviendo en estado de reclusión permanente de manera indefinida como garantía de vida, sino que además vemos como nuestras calles poco a poco se han uniformado, y no de pijamas blancos.
No me gustan nada, nunca me han gustado las medidas represivas para que la gente cumpla la ley. No encuentro gracioso que en algunas localidades los cuerpos de seguridad y protección civil estén improvisando a las 20 h un desfile diario de luces y sirenas para sentir el caluroso aplauso del fervor popular. Las reponedoras y cajeras del supermercado no salen tras el cierre ondeando bolsas de plástico, ni desfilando con el toro mecánico de mover palets cantando por megafonía las ofertas con la pegadiza sintonía de Mercadona de fondo para ser aplaudidas por la plebe. Mucho me temo que en este país existe aún y cada vez más, ese inclinar de cabeza, ese rendir pleitesía a la autoridad armada.
Aquí cada palo que aguante su vela, y si la UME tiene que fumigar, desinfectar o recoger cadáveres pues que lo haga, va en su nómina. Después pueden replegar sus botas, como yo me pongo los vaqueros al regresar a casa y el médico guarda el fonendo.
A estas alturas debemos conocer las normas, y pienso que las conocemos todas. No creo por tanto que una persona con TEA, deba llevar una insignia azul para que los espías de balcón se queden tranquilos sabiendo que la criatura puede salir sin tener que avisar a las fuerzas de asalto.
Por eso es deber de la sociedad civil hacer el esfuerzo de revertir el sistema, para que los cuerpos y fuerzas (y es que ya lo de “fuerzas” suena violento) de seguridad del Estado estén al servicio de la población y a su mismo nivel, no por encima de ÉL, ni al servicio de… Ya me entendéis, no quiero ser más explícita que en estos tiempos está la cosa muy mala…
Otra vez.
Salud y Libertad para todas.
¡Venceremos!
#MasSanidad
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Y TAMBIÉN:
#TodosSomosGuillen
#TodasSomosVaneLillo
Día 17. Lunes 6
Voy a trabajar cada jornada y nada es igual de un día para otro. Hoy al comenzar la mañana mis compañeras de la noche me dicen que el paciente de la cama 1 de la habitación XXX ha fallecido.
¡Oh no! Lo siento mucho por ti, parecía que estabas mejor dentro de la gravedad. “Vaya puta mierda” decías cada día viendo las noticias de televisión que tenía tu compañero permanentemente puestas y tú con tu mala leche decías que no soportabas tanta información. En esa minúscula habitación, hoy ha sido tu compañero quien ha tenido que aguantarse por ti, pues no ha podido pasar al aseo hasta las 12 de la mañana porque tendría que hacerlo literalmente “por encima de tu cadáver”. Así es la sanidad madrileña del año 2020. El Coronavirus ha azotado el planeta, pero en el Hospital 12 de Octubre azota en la salud y en la dignidad desde todas las esferas.
Seguimos sin los Equipos de Protección adecuados para todos los turnos y categorías, los que más abundan son los traje-bolsa de basura, con el que espero que Ayuso nos vista en la estatua homenaje que anunció que piensa construir, y seguimos recibiendo órdenes y contraórdenes de los mandos. Si las cosas van funcionando algo mejor es por la coordinación que existe entre la tropa. No sé cuánto va a durar este buen hacer porque entre la falta de días libres y la falta de incentivos económicos, no sé por qué me acuerdo en estos días de la huelga de los estibadores.
Tenía razón el paciente de la cama 1 cuando decía que había demasiada información, sobre todo si ésta es suministrada por infraseres como Ana Rosa Quintana, que lleva años lucrándose culpabilizando a inocentes o haciendo inocente a los culpables, asustando a la población mayor haciéndoles creer que si enferman les va a condenar a muerte el Gobierno Comunista bolivariano.
Y no es cierto:
Desde mi óptica de Auxiliar puedo afirmar que hay más camas disponibles, se dan más altas y hay más disponibilidad en la UCI. El paciente de la cama 1 tenía muchísimas patologías asociadas y tras tres semanas de enfermedad, todo su cuerpo falló.
No es nada fácil luchar contra esta pandemia, pero me da la sensación de que vamos lentamente mejorando.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 18. Martes 7
“De pie, sobre la más alta cima de las seis montañas,
con una larga cuerda en la mano,
sueño con el día que podamos atar al monstruo”
Mao Tse Tung
Yo no hago más que soñar con ese día.
Hoy salgo contenta porque se han dado numerosas altas, entre ellas a Luisa a quien mencioné varios días atrás y con quién me he marcado un breve braceo flamenco tras mi traje de astronauta, lo prometido es deuda. Contenta al comprobar que hay hombres ancianos, y no tan ancianos que se encuentran mejor y están disfrutando de la experiencia de hacerse por primera vez en la vida su propia cama…
Me preocupa que aunque ya se han ido incorporando compañeras, otras muchas sufren complicaciones y otras aunque sanas, empiezan a dejar caer unas lágrimas en las pausas, porque le duelen los fallecidos, porque en sus propias familias también hay infectados, porque tenemos miedo. Hay compañeras que desde que comenzó el confinamiento no han vuelto a ver a sus peques ya que o bien se quedaron a cargo de otro familiar, o están a cargo del otro progenitor, y es muy triste llegar a casa y no ver a quienes más quieres.
Este durísimo episodio histórico me pone en guardia contra quienes quieren destruir los poquitos derechos conquistados, contra quienes caminan al paso de la furia destructora del virus su huracán de banderas de la España aborregada y desarmada mentalmente. Es ahora cuando tenemos que ser implacables contra el Coronavirus y contra la derecha que metió la tijera y el guante “blanco “en la Sanidad Pública. Es ahora cuando hay que salvar y fortalecer la Sanidad, la Educación y las Libertades Públicas, y para siempre.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 19. Miércoles 8
Mientras la pandemia siga su curso, nuestro deber como personas es la de poner todos los recursos humanos y económicos a hacerle frente a esta crisis del coronavirus, al cambio climático, a las hambrunas, a las epidemias de sobra conocidas, y a todas las conductas del neoliberalismo que han llevado al planeta a decir ¡basta!.
Ahora, ¿Qué peregrinos argumentos van a utilizar para defender los privilegios de las élites, de la Iglesia o de la Corona?
¿Qué utilidad tiene una institución como la Monarquía para luchar contra el virus?
¿Qué justificación tiene el dinero destinado a armamento, cuando lo que hay que armar es la SALUD DEL PLANETA de manera emergente y permanente?
En esta inmensa Revolución estamos implicadas toda la clase trabajadora comprometida, cada una desde su pequeño o gran frente, pero debemos actuar.
Hoy, sin pensármelo un minuto me he ofrecido voluntaria a la propuesta que parte del Hospital 12 de Octubre, para participar en un estudio científico sobre la respuesta inmunológica al Covid19 en personal sanitario, y yo convivo con él. Pero piensa qué puedes hacer tú cuando volvamos. ¿Plantarle cara al modelo de vida capitalista? ¿Cambiar costumbres y hábitos de consumo? Ellos no nos lo van a poner fácil, echarán todo su destructivo lodo para seguir liderando el planeta. A mí me van a tener enfrente. Y sí, esto es Política al más alto nivel, nadie se puede quedar al margen.
Hoy al volver del trabajo he esperado una hora y media para poder entrar a un supermercado de barrio, es lo que viene siendo tónica general. Confieso que he entrado algo desesperada porque mi jornada empezó al amanecer y no tenía humor para pensar en qué comprar para todos estos días. Pero el pescadero ha conseguido arrancarme una sonrisa: qué camiseta tan bonita llevas, me dice. Y en ese momento recuerdo que llevo la republicana. Entonces, mientras prepara el pescado comentamos rápidamente la situación del país y termino diciéndole que soy la concejala de UP-IU en Fuenla. Y el señor me dice tras la mascarilla: yo os voté, mi padre fue un camarada que bla bla… y casi lloramos de alegría.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 20. Jueves 9
Jueves santo, según dicen.
Una de las absurdeces de las que podríamos prescindir en la nueva Era post Coronavirus es de la liturgia de los Dogmas. Si nos parece difícil encontrar la cura al virus, ¿no nos va a parecer imposible encontrar a dios?
No soporto esa expresión tan extendida de “no lo comparto pero lo respeto”, así que solo diré que cada cual invoque y rece desde su interior a lo que crea oportuno para que la energía de Esa Cosa en la cree surta el efecto deseado; el centrifugado de la lavadora, la foto del tatarabuelo, el aire del ventilador… No dejo de reconocer que la puesta en escena de una Semana Santa es espectacular, y como bailarina que fui un día admiro esa brillante escenografía en los Silencios, Pasos y teatralidad. ¡Pero me gustaría tanto que la sociedad avanzase también culturalmente! Tener la utópica felicidad de ver a gente consumiendo poesía, pintura, escultura, llenando los teatros de obras clásicas y nuevas creaciones, música clásica, flamenco, rap, y danza, mucha danza para ponerla en el pedestal que merece. La cultura es lo que nos pule como seres humanos y activa una parte del cerebro que genera emociones muy especiales. Creo que quien no tienen la oportunidad de activar su parte artística tiene menos empatía, menos luz, y es ese “ser” de la Revolución Industrial que exclusivamente se dedica a producir, consumir y dormir.
Hay que vivir y sentir la cultura. Para mí eso es VIVIR.
Hoy he pasado el día en mi casa cocinando para hoy y mañana, tendiendo, ordenando armarios, y en un rato entro a trabajar, hoy toca hacer noche*.
P.D. Querido Richard, tú que estás de asistente personal de un usuario con enfermedad mental, probablemente porque su familia no quiere o no puede hacerlo, pero tú sí. Tú que también estás trabajando a turnos sin disfrutar de nada más, encima tienes la “mala suerte” de ¡ser negro! y tener que sufrir a los agentes de los cuerpos y fuerza de inseguridad del Estado que normalmente y en tiempos de paz te paran y piden la documentación cuando vas andando por la calle, en el coche, en el banco de un parque por eso, porque eres negro. Hoy sé que también te han parado en el coche cuando ibas a trabajar, te han registrado el coche a pesar de que les has entregado la documentación y salvoconducto, y todo lo que te han podido reprochar es que no lo lleves impreso en papel: “No tengo impresora” les has contestado, y es verdad, no tienes impresora, vaya delito. Se habrán quedado muy frustrados por no haberte podido echar el guante y ya de paso acusarte de provocar la pandemia porque con ese color, a saber de qué país subdesarrollado vienes. Hey, y ahí llevan razón, porque eres español desde tu nacimiento hace 27 años, de Alcorcón dios mediante.
¡Venceremos!
* Durante los aplausos en mi barrio obrero han puesto a toda leche “Soy el novio de la muerte”, o sea del Coronavirus. Y yo gritando por la terraza:
Soy sanitaria y me enfrento al Coronavirus, ¡joder!
No puedo llorar más.
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 21. Viernes 10
Para mi Merce…
Viernes santo, por lo visto.
Siempre que voy a trabajar de noche me entra una especie de tristeza infantil, pero solo hasta que llego a la planta. Y en esta fase de la guerra contra el Covid es otra la sensación que se suma por ir tan sola caminando hasta mi coche, porque lo normal es que a las nueve de la noche o bien haya estudiantes saliendo de la biblioteca u hombres y mujeres regresando del trabajo, pero ahora no hay nadie, ni un solo coche ni persona en movimiento por la ciudad. A veces pienso, ¿no será todo esto un sueño?
Cuando llego al control de enfermería me enternece muchísimo encontrar a mi compi Merce de 62 años, con cara de cansada, dolor de cadera y espalda, y esos malditos sofocos que aún la acompañan. Y pienso, qué de compañeras resistiendo este combate otro día más. A ella por descontado le impido ponerse el traje de penitente que debemos llevar para entrar en las habitaciones, nos apañamos entre las demás compas para hacer el trabajo más arriesgado sin tener que exponer a las vulnerables. Es una ley no escrita ni dictada por gerencia ni consejería, que aquellas que tengan más riesgo, mantenerlas al margen.
No sé qué les debemos parecer a los pacientes, sobre todo a las más ancianas. Personal a quienes solo ven los ojos cubiertos con enormes pantallas, puertas cerradas, muchísimo silencio y un fuerte olor a lejía. Nosotras ya nos hemos familiarizado con el Coronavirus, y aunque le tememos, también le enfrentamos con el aprendizaje adquirido en estas semanas. Nos sentimos reconfortadas en la sala de estar de enfermería, como si allí no pudiese colarse el bicho, pero tenemos que cenar y descubrirnos las caras, las manos y asumir que igual alguna lo llevamos en el calzado pulcramente desinfectado, en el pelo a pesar de los gorros o en el cuerpo. Es común en todas, no haber olvidado a ninguno de los fallecidos que son muchísimos, ni a los que consiguieron burlar los violentos ataques del virus, ni los que siguen peleando en la UCI.
Es muy extraño trabajar allí de noche en esta Era. Escuchar a algunas compañeras decir que la vida tiene que cambiar a mejor, es algo que me emociona gratamente, y me da energía para volver a ponerme el caluroso traje de penitente.
¡Esta sí que es una Semana Santa en condiciones!
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 22. Sábado 11
En estos días de confinamiento (para los demás), me acuerdo mucho de las personas que no tiene edad o capacidad para entender este mundo de locos que les condena a estar encarcelados. Me pregunto cómo estarán los miles de niños y niñas que ven pasar sus días sin carreras ni juegos, sin relación con sus iguales, sin haber visto físicamente ese monstruo asesino del que tanto hablan, sin embargo, ahí está la gente menuda, soportando la condena o tal vez haciendo partícipes de esa condena a sus abnegados progenitores, quién sabe qué condena es peor. Me pregunto cómo estarán llevando la reclusión las personas con problemas de salud mental, en quienes es con toda seguridad difícil sobrellevar una vida “normal”, más aún cuando es obligado vivir de manera aislada y por tiempo indefinido. Me pregunto cómo estarán esas extensas familias que viven en pocos metros cuadrados por razones económicas, como es el caso de muchos barrios pobres de Madrid, donde debe ser complicado no contagiarse si un solo de sus miembros llega a estar enfermo.
Cuánto por hacer a la vuelta, cuántos descosidos por arreglar. Ojalá que lo que dejemos para siempre en estado de reclusión sea el individualismo, el egoísmo habitual de la vida de las ciudades, y empecemos a preocuparnos por la salud y bienestar de tod@s, y a poder ser desde una perspectiva feminista, ecologista y multiétnica.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 23. Domingo 12
Una de las secuelas físicas que me está dejando la nueva indumentaria hospitalaria, son pequeñas heridas en las orejas a causa de las apretadas mascarillas de los EPI 2. Es alentador que con la iniciativa personal se inventen artilugios o fórmulas para que nos dañen lo menos posible las mascarillas o gafas y se exporten ideas colectivamente para el interés general, lógicamente a ninguna compa se le ocurre vender su idea a cambio de dinero. Dicho así parece sencillo poner en común la creatividad desinteresada para facilitarnos la jornada las unas a las otras. Pero, ¿por qué después parece tan difícil cuando es a otros niveles?
Hace muchísimos años leí con ávido interés “La doctrina del Shock” de Klein o “El Gobierno en el futuro” de Chomsky, y ambos vienen a darnos golpes certeros de terrible realidad, cargadas de un futuro demoledor que es ya el presente de ahora. Ni Gobierno, ni pueblo pueden tolerar que las élites empresariales aprovechen la situación de caos planetario generada por el Coronavirus, para seguir asfixiándonos y fortaleciéndose a todos los niveles a costa de la víctimas. No os quepa duda: NOS VAN A APLASTAR.
Y ésos que nos van a aplastar ya nos recortaron en Sanidad, Educación, Dependencia, Derechos laborales, Libertades públicas… ¿Vamos a seguir tolerándolo? Amig@s, por lo único que debemos apostar a día de hoy es por SALVAR LA VIDA. Después del shock post Coronavirus sobreviviremos solamente poniendo el listón social muy alto:
– Sanidad, educación y seguridad social universal, gratuita y de calidad.
– Recuperación para el Estado de las rentas y usos que produce la explotación de recursos naturales y control de empresas estratégicas de servicios públicos, siendo así satisfechos los derechos fundamentales.
– Legislación laboral que reconozca y mejore los derechos de la clase trabajadora.
No merecemos menos. Como dije al principio, si somos capaces de organizarnos con inteligencia colectivamente, por qué no exigir que: ¡Todo el poder sea para el pueblo!
Por mi madre, y la de tod@s.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 24. Lunes 13
En la víspera de la conmemoración de la II República española
Soy una auxiliar de enfermería Republicana. Eso lo saben mis compañeras del Hospital 12 de Octubre, del Virgen de la Poveda o de aquella Resi tan elitista en la que trabajé en 2003 llamada San Luis de los franceses, en cuyas noches de guardia me leí 1873 I República Española de Fernández-Rúa.
Todos los años los días previos y posteriores (y muchos más del año) al 14 de abril, llevo mis pendientes republicanos a trabajar. Normalmente nadie repara en ellos porque desconocen los colores de la bandera republicana, pero me produce mucha alegría que de vez en cuando alguien se dé cuenta y diga: bonitos pendientes. Este año como vamos desprovistas de cualquier complemento para trabajar, ni una triste crema hidratante llevamos, no podré comentar bajo la alegría de los pendientes, mi habitual proselitismo republicano como parte de la solución y punto de partida para alcanzar la democracia.
Con pendientes o sin ellos mi postura es siempre clara y manifiesto abiertamente mi posición anti monárquica. Entre otras cosas que tienen que ver con mi ámbito profesional, nunca entendí que los hospitales públicos lucieran nombres de la familia real y mucho menos que nadie se escandalizara por ello, por ejemplo en Parla (Madrid) el hospital se llama nada menos que Infanta Cristina, ¿no es ofensivo?
Mi discurso allá donde he ido ha sido visceral, aunque me costase perder simpatías entre la tropa sanitaria, y ahora más que nunca sigo en mis tesis anti Felipe, anti Amancio Ortega, anti Florentino Pérez, anti Roig… Ese mare magnum monárquico-empresarial que se empoderó al calor del Cara al Sol de Franco es a lo que hay que combatir sí o sí.
Porque es esta Patronal quien están dispuesta a arriesgar la vida de los trabajadores en España, antes que arriesgar el Capital de sus empresas. ¿Alguien cree que no tienen bastante solvencia para aguantar la crisis y tener que someter a sus trabajadores a ser contagiados? Y aunque así fuera, si estamos muertos, qué más da. Se amparan en la connivencia del Gobierno, y aquí voy a ser implacable, lo que no es, no es. Yo no soportaría volver a la situación inicial de contagiados y fallecidos. Esto NO ES UN JUEGO, es traspasar la delimitación impuesta por el COVID. Los empresarios no se enteran de que no estamos bajo las leyes del mercado y de la cotización en bolsa, sino bajo las normas biológicas de un virus que no se detiene ante nada, salvo al estricto confinamiento.
Por mis abuelas que les fue arrebatada la República y representan a las abuelas de toda la clase obrera, hoy más que nunca SALUD, REPÚBLICA y NI UN PASO ATRÁS.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 25. Martes 14
Desde que trabajo en el hospital bajo la amenaza del Covid-19, no han sido pocas las veces las que he verbalizado a diestro y siniestro que esta situación desde todos los ángulos se ha convertido en una gran prisión.
Una cárcel para las personas confinadas, hay gente como niñ@s o mayores que no han vuelto a salir de casa en ningún momento. Una cárcel para quienes estamos trabajando, desde que comenzara el Estado de Alarma, exhaustos y sin descanso en sectores indispensables arriesgando la propia salud, sin escapatoria. Una cárcel es la vida de los pacientes de Covid-19, muy enfermos, sin poder recibir visitas de familiares y sin posibilidad alguna de salir si quiera al pasillo a andar, debiendo permanecer en las habitaciones día y noche a puerta cerrada.
En estos días también me acuerdo de la situación que estarán pasando los auténticos presos desde sus celdas. O peor aún, las personas condenadas a vivir en un CIE. De por sí ese mundo penitenciario es totalmente opaco y no solemos tener noticias de lo que ocurre con esas personas tras las rejas. Las prisiones son un fracaso social, es donde hacen aguas las sociedades menos desarrolladas en valores democráticos, feministas y humanos.
Si las Residencias de mayores no han tenido medios para combatir la propagación del virus, qué no estará pasando en las prisiones no solo de España, sino del mundo. Y no me estoy acordando y refiriendo al estado de salud y bienestar de presos como Díaz Ferrán o Urdangarín, los cuales ni siquiera estoy segura de que sigan en prisión, sino a gente como l@s chic@s de Altsasu o a Alfon o a los presos comunes. Sí, también los reclusos tienen derecho a invocar al artículo 43 de la Constitución.
El sufrimiento humano no me es ajeno en ninguna circunstancia ni lugar, y es obvio que el Covid-19 no se va a detener tampoco ante los muros de una prisión. Para elevar a Derechos Humanos y Universales nuestra condición de Sociedad moderna y democrática, hemos de avanzar en materias de educación, integración, dignidad, justicia y libertad.
Para las madres de l@s Chic@s de Altsasu.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 26. Miércoles 15
Puede decirse que la situación hospitalaria va a mejor, aunque hoy me tocó despedir a Juana, cerrarle los ojos para siempre a quien apenas he conocido: “Lo siento Juana, siento mucho ser yo quien esté a aquí contigo y no un ser querido tuyo”, le digo de corazón en voz alta, junto a una compañera auxiliar venida de Orihuela que era el primer día que trabajaba, y me ha mirado con extrañeza, pero a ver, es la enésima vez que me toca vivir semejante situación, le explico con la mirada. He guardado las dos alianzas de Juana en una bolsita para entregarle a la familia, supongo que una de los dos que portaba en el anular era la de su marido. Y a reglón seguido me he preguntado si Juana habría sido feliz en su vida, quiero pensar que sí.
Tengo compañeras que desde el Estado de alarma cuando libran, están deseando volver a trabajar porque no aguantan la tensión que viven en casa con su pareja, han comprobado que ellos no soportan a l@s niñ@s, y los gritos que se diluían con el discurrir de la cotidianidad, ahora se han acentuado, y creen que de este encierro saldrá un divorcio. Sí es así, igual el balance es positivo y el confinamiento no ha hecho más que acelerar el desenlace matrimonial de su muerte anunciada.
Hace poco más de un mes estábamos celebrando el reivindicativo 8 de Marzo (ese mismo Día de la Mujer trabajadora “causante por supuesto, de la pandemia mundial y de la catástrofe económica que se nos avecina”). La lucha feminista había hecho que avanzáramos algo, habíamos conseguido alzar la voz, poner encima de la mesa que el machismo, las violaciones y los asesinatos fueran tema de debate y de agenda política. Pero ahora, dada la emergencia sanitaria en la que se halla sumido el país, las mujeres maltratadas han retrocedido a pasos agigantados, pensemos que ellas sufren el confinamiento bajo el mismo techo que el maltratador día y noche y por orden del Gobierno. Si era difícil salir airosa de un proceso de violencia machista, ahora debe ser como vivir en la mismísima antesala del infierno. Ahogando sus gritos de auxilio, ahogando su miedo, ahogando el dolor. Tras el fin del Estado de alarma, aflorarán cientos de casos, eso, si sobreviven al virus, y al machismo, que para mí es lo mismo, de hecho, al coronavirus lo venceremos, pero a la violencia machista lo dudo mucho más.
Por las silenciadas, las maltratadas y las asesinadas. Hermanas:
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 27. Jueves 16
A la llegada al hospital a las 7:35, vi por el pasillo de la Urgencia la silueta de mi amiga y compañera Gema, a la que hacía tiempo que no me encontraba. Apunto hemos estado de abrazarnos, fruto de la alegría de comprobar que seguimos sanas y nuestras familias también. Me dice que mi Carol, recuperada al fin del Covid, se incorpora esta noche tras haber estado muy malita en la soledad de su casa, sin familia alguna que le reconfortara con amor.
También se incorporan a partir de mañana Alba e Ysabel, que sucumbieron frente al primer encuentro con el coranavirus. Otras tantas siguen convalecientes.
Parece, solo parece, que muy lentamente el virus va replegando su artillería pesada, y las plantas se van vaciando de contagiados porque o bien se han ido de alta o han dejado de ser y estar. La dirección del hospital nos plantea, aunque de manera ambigua e imprecisa (en ningún momento del proceso ha habido precisión), que algunas plantas van a volver a llenarse de los habituales pacientes, que va a venir a desinfectar la UME, pero unas plantas seguirán siendo Covid, y otras no. Tengo la impresión de que se vuelve a subestimar el poder infectivo de este patógeno, creo que este bicho aún no sabe leer y no se va a detener porque retiren el cartel de “planta Covid” y pase a llamarse Traumatología, por ejemplo. Yo desde luego no pienso bajar la guardia, porque si tenemos otra gran incertidumbre entre el personal, es la de si nos vamos a contagiar, si ya lo estamos o lo hemos pasado asintomáticas. Por lo tanto, ¿quién nos dice que no somos vehículo de transmisión para nuevos pacientes no infectados?
Hoy me llega la noticia de que Lola, una compañera de Mallorca, ha vuelto a la vida tras haberse cruzado con el virus. Ha pasado semanas durísimas en la UCI y felizmente ya está en planta. Realmente la totalidad de los aplausos deben ir para personas como Lola. Ella ha sobrevivido. Como sobrevivió a los recortes en sanidad, a la congelación salarial de los funcionarios, a la privatización, a la subida de horario laboral, y a todas las humillaciones que en los años de Gobierno del PP quiso someter a la Marea Blanca, sin olvidar el detonante que supuso la Ley 15/97 para la habilitación de “nuevas formas de gestión” que fue aprobada por PP y PSOE y cuya derogación también pedíamos en las manifestaciones. Ha sobrevivido a pesar de todas esas formas de alimentar la precariedad laboral y ciudadana de uno de los pilares fundamentales que sostienen el mal llamado Estado de Bienestar, que es nada menos que la SANIDAD.
Para Lola, que venció. Y para las que siguen luchando:
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 28. Viernes 17
Y de repente, ocurren una vez más, cosas nunca antes conocidas para l@s trabajador@s del Hospital 12 de Octubre. Ayer trasladaron a otras plantas a los pocos pacientes Covid, supongo que los han reagrupado. La dirección se puso en contacto con el personal de las plantas que pasarán a ser “limpias” para que no fuera nadie a trabajar en el turno de noche. Solo Ana, Conchi, Elena y la supervisora cubrirán el turno de mañana, es decir, cuatro personas de las once o doce que solemos ser, para recoger un poco los bártulos, y nadie de las futuras plantas limpias volverá hasta el martes, así al menos ha sido el comunicado que hemos recibido el personal de nuestra planta. Yo en concreto estaré ubicada este fin de semana en una tranquila planta del hospital que desconozco por completo, y que nunca fue Covid, a la mayoría de las compas les han dado días libres. Yo los disfrutaré a posteriori, y me tomaré este cambio puntual a modo de experiencia. La UME efectivamente ha desinfectado, y como es tan irritante para las mucosas, han tomado la sabia decisión de mandarnos lejos. Ha sido todo tan precipitado, que no sé qué habrá pasado con mi taza, mi lata de Nesquik, mis cápsulas de café, mi bolsa de aseo, mi chaqueta…vamos, como si me pasara la vida allí.
Cuando empezó esta guerra intenté tener serenidad, y así me he mantenido. Pero antes de pasar una semana de contienda, noté que algo no iba bien: no podía dormir por las noches. Las consecuencias de llevar puestos los EPIs o pseudo EPIs horas y horas, sudar a mares, ver cómo caían las compañeras una tras otra, estrés, desinformación, improvisación ante semejante amenaza, y lo peor, ver tanta gente morir, para esto último no hay preparación, nadie puede asumir que donde tu trabajas mueran por Coronavirus en 24 horas 50, 100 ó 150 personas, y todo ese tornado en mi cuerpo y corazón, me impedía descansar por las noches. Pedí ayuda a salud mental del hospital que puso a disposición del personal un número de teléfono, y la atención fue inmediata. Un psicólogo me dio tranquilidad y unas pautas, y posteriormente una psiquiatra me recetó pastillas para dormir. Porque como la psiquiatra dijo, para seguir adelante tengo que descansar. Así que mi enhorabuena al servicio de salud mental del hospital 12 de octubre por la rápida iniciativa y hacer lo posible por cuidar de esa parte del ser humano que suele estar en segundo plano.
PD ¡Ultima hora! las mascarillas FFP2 de la marca Garra Galaxy, o sea, las medio buenas, que hemos estado usando con toda confianza, y reciclando porque duraban 10 horas, han sido retiradas por orden ministerial por no cumplir con los criterios de seguridad establecidos.
¡Ay omá!, seguro que tengo una genética muy buena en lo que a defensas se refiere.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 29. Sábado 18
Nostalgia máxima, y hoy suena Bach en mi cabeza (BWM 1052R).
Cuando esto acabe, no sabré por dónde empezar a dar abrazos. Ni yo, ni nadie.
Tod@s l@s prisioner@s necesitan saber la duración de su condena, por eso, entre otras cosas, estoy en contra de la pena de muerte. Para todo ser humano, es vital saber que por muy grande que sea el castigo, este termina caducando, alcanzamos la meta, la victoria, el descanso. Qué contrasentido es que esa similar angustia recuerdo yo haberla experimentado durante mis dos partos, ¿cuánto quedaba para terminar el sufrimiento? Tres, cuatro, cinco horas… sólo quería saber cuánto quedaba. Ahora nos empieza a pasar eso.
Nunca pensamos que una cosa así sucediera de verdad, incluso era remotamente más posible que hubiera un enfrentamiento armado que cambiara el rumbo de nuestro devenir, que una pandemia a escala planetaria. Estamos pres@s en casa y sin fecha para recuperar la libertad. Qué paradoja que quienes seguimos trabajando, el único contacto humano aunque distante día tras día, desde el comienzo de la guerra contra el Covid, sea el de las compañeras de trabajo.
Aunque sabemos que Rajoy y otros ridículos seres análogos se han saltado el confinamiento, creo que el resto de gente, mi gente (ampliamente hablando), lo está llevando con resignación, obediente sumisión y ejemplaridad, conscientes de que sólo la VALIENTE SOLIDARIDAD, hará que algún día terminen los contagios. Pero es desgarrador el sacrificio de no poder abrazar a l@s nuestr@s. Cuántas familias separadas, padres, madres e hij@s, herman@s, parejas. Conozco casos de parejas separadas por varias provincias y Comunidades: Castilla y León-Andalucía, Málaga-Madrid, Valencia-Tarragona, Soria-Mijas Costa…
Nosotr@s, las de la VALIENTE SOLIDARIDAD (no como los yanquis, que se manifiestan por el fin del confinamiento, aunque al final no quede nadie en pie), cuando esto acabe, quienes escribimos, dibujamos y leemos este Cuaderno de Bitácora, correremos en primer lugar a abrazar a nuestra gente, a tejer redes de apoyo mutuo, a comernos y cambiar este mundo, porque ya hemos comprobado que lo de transformar el sistema que nos envenena, es cuestión de vida o muerte.
Yo, cuando esto acabe, iré en dominó conquistando territorios: reencuentro con padres, hermanas, sobrinas, camaradas, compas, amig@s… Entre tanto prepararé el tan anhelado encuentro contigo, tan lejísimos ahora y tan sumamente cerca cada día. ¡Porque somos Fuertes, Enormes y estamos VIV@S!
Para ti, que al final resultaste ser el amor de mi vida.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 30. Domingo 19
Después de trabajar todo el fin de semana en otra planta que no es la mía habitual, donde me he sentido muy bien acogida por el personal, puedo decir que no sé cómo a lo largo de estos últimos cinco años de currar en la misma planta, descubro que hay ciertas bases que he asentado entre la tropa sanitaria, y que ahora me asombra descubrir que en esta planta que no es la mía, la gente tiene normalizadas cosas que no tolero (aunque me he mantenido prudentemente callada, salvo para decir que necesitamos una huelga en la Sanidad cuando rescindan los nuevos contratos firmados para frenar el Covid, porque a ver cómo nos ponemos a mejorar la calidad y las listas de espera inmensas generadas por el parón de la guerra contra el virus, si vamos a ser l@ mism@s de antes…).
Por ejemplo, en esta planta de hospitalización la sala de estar de enfermería, se haya presidida por un crucifijo y un gran póster de una virgen que igual es la patrona de Madrid y todo, pero en absoluto me parece aceptable que en la era de las tecnologías y mucho menos en la del Covid-19, ese tipo de elementos religiosos puedan tener cabida en una institución pública consagrada a las ciencias de la salud. Mis compas de fatigas diarias, profesionales de la sanidad del 12 de Octubre lo saben muy bien, ya me conocen: que la “procesión” se lleva por dentro y la “profesión” por fuera.
Así como tampoco tolero que en mi presencia, se hagan comentarios racistas, clasistas o estigmatizantes del tipo: “la Panchi de la cama 2…”, “…ahora mucho quejarse el de la 9, que se lo hubiera pensado mejor antes tirarse por la terraza” o ya el colmo y más en tiempos del Coronavirus la expresión que me fascina: “¡Cuidado, tiene VIH!”. Desde supervisión a pinche de cocina saben de mi discurso de clase. Es lo bueno de la coherencia.
Me preocupa mucho que se estén relajando algunas medidas de seguridad hospitalaria, como declarar y abrir “Plantas limpias” sin haberse asegurado de que quienes estamos trabajando ahí, también estemos limpias de Covid. Yo no he usado ningún EPI este fin de semana, porque no nos los han distribuido, directamente. Solo he usado mascarilla quirúrgica, bata y guantes, y he de decir que he tratado con pacientes trasplantados. O viceversa; tratar a pacientes presuntamente sin la enfermedad, pero que finalmente han sido trasladados por neumonía bilateral.
Disminuyen los ingresos por Covid, disminuye la cifra de fallecidos y se va a marchas forzadas hacia la “normalidad”. Este virus, nos tiene desconcertadas.
No me rindo, en ningún sentido.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 31. Lunes 20
Desde que empezó toda esta enorme crisis, no han hecho más que aflorar las miserias y precariedades que sostienen este planeta, esta Europa, este país, y esta Comunidad de Madrid en la que vivo, por ende capital de España y epicentro de desastrosas decisiones políticas cuyas consecuencias sufrimos ahora.
Somos muchas las que a lo largo de estos años, yo, desde que tengo memoria, nos hemos revelado contra el sistema a través de manifestaciones, concentraciones, huelgas y forma de vivir: contra la OTAN, contra el tratado de Maastricht, la globalización, contra las guerras de Irak, los recortes, las corrupciones políticas, los desahucios, la monarquía, el cambio climático, las violencias machistas, el maltrato animal.
Todo un poliedro de reivindicaciones del que ahora me acuerdo cada día. La ciudadanía superviviente al virus se enfrenta económica y mentalmente desarmada a: contratos precarios, intermitentes, economía sumergida, autónomos y pymes sobreviviendo a duras penas al ataque de las multinacionales. Individualismo, desafección y el conformismo de la ciudadanía. A lo que se suman las instituciones y sectores estratégicos públicos que fueron privatizados o vendidos.
La Tierra ha dicho BASTA. Si conseguimos controlar la pandemia y salvar la vida, no creo que tengamos otra oportunidad de revertir la situación. Tomar conciencia y armamento ideológico colectivo para eliminar lo que no necesitamos y apostar firmemente por lo que sí.
En esta guerra contra el coronavirus ha quedado muy claro qué instituciones no han hablado de renunciar a sus privilegios y presupuestos y además permanecen en ofensivo silencio (casi mejor). Podemos prescindir de instituciones como la monarquía, la Iglesia (allá cada una con su fe), armamento (sí, sigo esperando desde la infancia a que nos invada Marruecos) o grandes centros comerciales que abren 24/7.
Podríamos intentar hacer realidad el “descabellado” proyecto de hacer cumplir los Derechos Humanos, empezando por nosotr@s mism@s. Hacer de la necesidad lo prioritario: investigación, sanidad, educación, cultura y respeto a la Tierra y a todos sus elementos. Al ritmo que vamos de destrucción, no nos queda mucho tiempo. No pienso renunciar a luchar por esta Utopía.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 32. Martes 21
Hoy trabajo de noche, en mi planta de siempre.
A resultas de la retirada de las mascarillas FFP2 que usamos entre el 3 y el 16 de abril, quienes la hubieran usado, van a realizarnos presuntamente una PCR. Por lo visto, hasta ahora a lo largo de la presencia del Covid en el hospital han realizado la prueba a unos 3340 trabajadores dando positivo 1058, quedamos otra mitad sin que se nos haya hecho prueba alguna, y que estaría bien que nos hicieran pruebas de Seroprevalencia cuanto antes. Como digo, trabajo esta noche en “planta limpia”, sin saber si yo estoy contagiada.
El hospital 12 de Octubre de Madrid, y seguro que muchos otros en toda España, construidos en las décadas de los 60 y 70, presentan grandísimas deficiencias estructurales y adaptativas a las necesidades de la población. En el caso de mi Hospital, es manifiesto que a lo largo de los años de Gobierno del PP, pusieron más interés en construir hospitales nuevos por toda la comunidad para hacerse la foto electoral, que reforzar y abastecer como se merece un hospital con consolidado prestigio de calidad profesional. Me explico; 47 años de trayectoria científica dan para tener sistematizadas intervenciones, formar equipos de trabajo y acumular sabiduría y experiencia. Entonces, por qué se abandonó la mejora de los grandes hospitales, dejando que los pacientes estén hacinados, en viejas habitaciones sin ducha, con mobiliario inadecuado e incómodo.
¿Por qué el personal valemos tan poco para no merecer tan siquiera taquillas individuales de un tamaño que quepan algo más de un uniforme y un abrigo? ¿Cuántas veces fui a quejarme de no querer compartir esa minúscula taquilla con otra compañera, porque era imposible? Actualmente la tengo solo para mí, pero en pleno vorágine del Covid muchísimas compas seguían compartiendo espacio, y virus. Es muy “gracioso” ver que no han tenido otro remedio que irlas cambiando, y el nuevo modelo sigue siendo para compartir, solo que tiene dos puertas. Dirán que hay muchas trabajadoras y que no hay espacio suficiente, pero también sabrán que en los vestuarios no podemos guardar en absoluto la distancia de seguridad, ni la intimidad. Pero total, solo somos tropa sanitaria, de esa que se han infectado más de mil.
Me parece buena noticia que dentro de unos días puedan volver a salir l@s niñ@s. Contando las horas deben estar esas criaturas que sé que lo harán con la responsabilidad que sus progenitores les han enseñado. Estoy convencida de que disfrutarán del aire libre, del movimiento de las hojas de los árboles y de la sensación de moverse lejos de casa. Tengo ganas de escuchar niñ@s por la calle, que al fin y al cabo es lo que tenemos que mimar.
Es@s peques son el FUTURO.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 33. Miércoles 22
Cómo diría Sabina, quién me ha robado el mes de abril.
Anoche mientras trabajaba, pensé qué horrible sería en estos momentos que se te averíe una tubería en casa, te entre un dolor de muelas o te deje tirada el coche con el que vas a trabajar cada día. Claro, que peor es perder a un ser querido o la propia vida.
Anoche trabajé con dos compañeras recién incorporadas que habían estado de baja por el Covid. También era mi primera noche sin pacientes Coronavirus. Yo sigo usando gorro, bata, mascarilla y triple guante para entrar en las habitaciones. Y la verdad, aunque a todos los pacientes que ingresan se les está realizando la prueba y todos ellos son negativos, no sé por qué una mujer joven ingresada tiene, casualmente, neumonía bilateral, y a otra señora muy mayor, nos la hemos encontrado fallecida a las 6 de la mañana.
Sigo sin entender por qué si ya ha sido ampliamente demostrado que el personal hemos usado mascarillas inadecuadas que eran las que nos habían suministrado por un lado; si no hemos hecho más que cruzarnos cara a cara con el virus por otro, por qué tenemos que estar continuamente haciendo escritos a título personal, o bien de la mano de los sindicatos recogiendo firmas. Especialmente el sindicato MATS ha estado muy combativo, siempre lo está, desde el minuto cero, a nuestro lado, bayoneta en mano frente al Coronavirus y frente a la institución, haciendo casi un suplicatorio diario desde que empezó esto, para hacer valer nuestros derechos en materia de prevención y salud laboral. Según los comunicados internos de última hora, igual algún día nos terminan haciendo las pruebas…
Hemos olvidado ese fenómeno que se produce todos los años, llamado vacaciones. Nadie se ha vuelto a acordar de ellas, ni de puentes ni festivos. Otros años por estas fechas, ya estamos cuadrando quincenas y haciendo planes. De momento a toda la población el virus nos ha robado el mes de abril, y el de marzo, y creo que nos va a seguir robando unos cuantos más. Mientras tanto, fortalezcámonos mentalmente para estar preparad@s para el día de después, que tarde o temprano llegará.
PD Coche, tubería por arreglar, traidora muela…en asuntos pendientes.
Si es que a perro flaco, to se le vuelven pulgas :'(
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 34. Jueves 23
Día del libro.
A más de uno le vendría fenomenal ocupar su tiempo de confinamiento precisamente a LEER algo más que memes y titulares en redes sociales. Sé de mucha gente que más que confinada, está confitada, y solo sueltan cosas almibaradas y pegajosas. Las mismas personas que te dicen que l@s niñ@s a partir de 27 van a salir a chupar las estanterías de los supermercados, o que en China se cocinó el virus en un laboratorio en connivencia con un pangolín (que de toda la vida hemos hablado de los famosos pangolines apareándose con los murciélagos, cuyos vástagos suelen comer los habitantes de Wuhan), son las mismas personas a quienes jamás oirás una crítica al ensañamiento y abuso policial, a la criminal privatización de las residencias de mayores o al desigual acceso a la educación que están teniendo l@s estudiantes de Necesidades Educativas Especiales, o piensan que Isa Serra (si es que la conocen) merece entrar en prisión por haber participado en parar un desahucio, cosa que yo también he hecho, y no les parezco muy criminal. Son la clase de personas que defienden la caridad de Amancio Ortega y la propiedad privada, como si ell@s mism@s fuera terratenientes, y no currit@s de siempre. Esta es la gente que me desespera y le da oxígeno a la ultraderecha, la derechona y la derechita cobarde de este país.
En estos días de bélica vida hospitalaria, pensé en las personas que están pendientes de un trasplante de órganos, esas cuya esperanza de vida estriba en una hipotética muerte cerebral de un sujeto por accidente y poder sobrevivir gracias a la donación. Ahora con todo el mundo encerrado en casa, esa posibilidad ha disminuido drásticamente. Además, los extremos cuidados que necesita un receptor, y los hospitales convertidos en auténticas amenazas para cualquiera, la vida de estos enfermos sí que está siendo golpeada con extrema crudeza, y no quería que esta crónica se olvidara de ell@s.
En estos días de bélica vida hospitalaria, se hacen estudios caseros entre el personal de por qué el virus nos ataca a unas sí y a otras no, por qué los test dan negativos a quienes enferman y a veces con ligeros síntomas dan positivos. Por ejemplo, hace semanas observamos que las personas fumadoras, no estaban siendo especialmente vulnerables a pesar de que es una enfermedad que ataca a las vías respiratorias. Hace dos días salió una noticia diciendo esto mismo que nosotras habíamos observado, aunque también sabemos que tenemos algunos pacientes en la UCI que fumaban…
En cuanto a los test y los falsos negativos, no tenemos idea, y siempre acaba saliendo la expresión: “los test defectuosos”. Pero no, esto no me resulta creíble, porque hay pacientes o compañeras que han enfermado a la vez y hecho test también a la vez, y unas dieron positivo, y otras negativo. Una vez más, este virus nos tiene desconcertadas.
Lo que estás claro es que la vida ha dado un frenazo en seco, y es el momento de sacar el YO reflexivo, solidario y revolucionario, eso, o pedir a Glovo que uno de sus esclavos nos traiga una hamburguesa de murciélago en almíbar y una bandera de España.
PD Al hilo del estudio casero, hoy hemos coincidido cuatro compas con alguna dolencia dental.
¡Ay, omá!
¡Venceremos!
#CondenaInjustaIsaSerra
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 35. Viernes 24, Sábado 25
Revolución de los claveles
Estos días pocos minutos después de los aplausos de las 20 h, se escuchan sirenas de fondo, y no ya de fondo, sino que auténticos desfiles organizados de patrullas de los Cuerpos y fuerzas (brutas) de inseguridad, callejean por los barrios para ser homenajeados con el fervor de las clases humildes, que aplauden desaforados con banderas de España ondeando en los balcones, -no se nos vaya a olvidar en qué país estamos, y por qué tenemos esa bandera y no la tricolor-. Recuerda mucho a Bienvenido Mister Marshall, solo que ahora vivimos en democracia y estamos mejor alimentados e instruídxs, o a ver si va a ser en realidad que ni lo uno ni lo otro, y la gente cree que necesita de la mano dura y el paternalismo policial a partes iguales. Seguramente las mismas personas que les aplauden, son las mismas que alguna vez han sido amonestados por la Guardia Civil en controles de alcoholemia, aparcan en zona para personas con movilidad reducida o forman altercados violentos contra las trabajadoras de la sanidad en las urgencias de un hospital porque no son atendidos con mayor rapidez.
En estos peligrosos tiempos de enfrentarme a diario cara a cara con el COVID-19, quién me iba a decir a mí que una inofensiva y discreta pieza dental me iba a caer en desgracia haciéndome pasar unos trances bien desagradables. ¡No habrá momentos en la vida y ha tenido que ser en la era del coronavirus! Pero ya está solucionado y vuelvo con energía, con rebeldía, e igual salgo esta tarde a aplaudir al balcón, pero con la bandera portuguesa, con la hermandad y el abrazo que merecen nuestros vecinos lusos.
P.D. Volveremos al Avante, volveremos a cantar ¡O povo unido jamais será vencido!
Aunque ya nada sea igual, sino mejor.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 36. Domingo 26
Otros años por estas fechas se están preparando las pancartas para el 1 de Mayo, las maletas, la tercera evaluación escolar, la selectividad…
Este año en cambio, hablamos de Coronavirus, mascarillas, y pruebas de detección. Jamás había leído tanta opinión de expertos de sofá de casa en materia científica, económica y política, y tantas barbaridades y contradicciones. Hace un mes y medio estos expertos se echaban las manos a la cabeza por el cierre de los coles, y hoy se escandalizan por el pequeño desconfinamiento de niñ@s. Creo que es normal que naveguemos en un mar de confusión porque, ¿cuántas veces una gripe –que es lo que se decía al principio- ha paralizado la vida del planeta?
Mi humilde aportación sobre las pruebas de detección:
1- PCR (Reacción en Cadena de Polimerasa), que es la que detecta la presencia del virus y se recoge con frotis faríngeo o nasofaríngeo.
2- Test rápidos:
. Detector de antígenos (proteínas del coronavirus), también se recoge la muestra de faringe o fosas nasales, y se deposita en un dispositivo parecido a un test de embarazo.
. Detector inmunológico, que se detecta con una muestra de sangre como una prueba de glucemia. Este test no es útil como diagnóstico precoz, pues el cuerpo necesita varios días para generar los anticuerpos. Pero como estos anticuerpos pueden detectarse bastantes semanas después de haber contraído la enfermedad, es interesante para saber qué población la ha pasado ya.
En mi hospital ya nos están empezando a hacer la PCR al personal. A mí me la hacen el lunes. Lo cual no quiere decir que si sale negativo, no seamos susceptibles de contraer la enfermedad a posteriori. Es decir, una prueba no es garantía de estar libre de enfermedad, porque de todas todas, tanto si sale positivo como negativo, hemos de seguir guardando la distancia y todas las medidas de seguridad.
Por qué no está generalizado pues, el uso de estas pruebas en España ni otras muchas partes del mundo. No hay una sola explicación: hace solamente unos pocos meses que la enfermedad está entre nosotr@s, ni de lejos pensamos en ello mientras nos comíamos las uvas el 31 de diciembre. Por tanto:
. Debe ser el producto tecnológico con más demanda mundial.
. En España apenas hay industria dedicada a la ciencia y se está trabajando a marchas forzadas, literalmente.
. Se necesitan laboratorios profesionales para realizarlas, que no tenemos uno en cada esquina.
. La ciencia a nivel mundial va improvisando a medida que el virus va dando la cara y sorprendiéndonos cada día.
Todos los recursos científico-sanitarios se deben multiplicar, y si alguien tiene ideas lúcidas de altura científica que aportar, que lo haga. A estas alturas no creo en planes maquiavélicos diseñados por nadie para destruir la humanidad. Simplemente no nos terminamos de creer que un virus sea más list@ que nosotr@s.
Por otra parte, podemos seguir esa gran estrategia de Trump que es la de beber desinfectante, que lo que es segurísimo es que al bicho matar, lo mata (y al huésped de manera radical). Podemos seguir también la estrategia de Vox cuya única aportación es la de pedir ayuda a dios, o la del PP que cree imprescindible vestir de luto. Yo desde luego seguiré manteniendo todos los respetos por la investigación y analizando las causas políticas que la puedan entorpecer.
No podemos olvidar que estamos viviendo en el planeta en Estado de ENSAYO-ERROR.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 37. Lunes 27
Hoy me sometí a la famosa prueba PCR. Me han recogido dos muestras naso-faríngeas, que si bien es muy desagradable, también es muy rápido. Me encuentro a la espera de resultados, pero tranquila porque estoy asintomática.
Lo que me preocupa es la enésima división de opiniones, si cabía aún más, esta vez en cuanto al resultado del desconfinamiento de niñ@s y el comportamiento de progenitores.
En primer lugar, mi reflexión es que partimos de una sociedad educada en el individualismo, en la insolidaridad, la desconfianza en el ser humano, lo que viene siendo el posmodernismo. Por tanto, una sociedad que piensa que las precauciones las tienen que tomar l@s demás, y l@s muert@s son de l@s otr@s, que l@s cargas policiales les quedan lejos, y aún más lejos el Coronavirus. Como ya he manifestado largo y tendido, no creo que la gente deba ser educada desde la represión en ningún caso, solo necesita concienciarse, y lo está haciendo de manera improvisada, como todo que se hace últimamente.
Después de tantos años de desapego humano, igual resulta difícil que se tenga perspectiva comunitaria y verdadera conciencia de pertenencia ciudadana. Hace tres meses a nadie le importaba dónde y en qué atroces circunstancias era confeccionada la ropa que llevaba nuestr@s hij@s, cómo mal vivían nuestr@s vecin@s inmigrantes, qué fatigas pasaban l@s desahuciad@s, y es que eso sigue sin importar, ¿no van a abarrotar los paseos marítimos?
En segundo lugar creo que habrá habido gente concienciada guardando todas las precauciones, y otra que haya pensado que esto es una película de ciencia ficción.
En tercer lugar NADIE en este país está entrenado para vivir en unas circunstancias similares. Lo que está claro, es que hay que ser más escrupuloso porque doy fe de que el Covid se lleva a la gente por delante, y queremos volver a abrazar a l@s nuestr@s con todas las garantías.
El coronavirus nos tiene desconcertadas, por eso salen multitud de opiniones analizando a diario la actitud de países, gobernantes y ciudadanía. Lo importante es que salgamos reforzad@s y transformad@s de esta guerra, sin perder nunca de vista quién es el enemigo: COVID-19.
Hay que recordar que al principio nadie creía que lo de construir un hospital en 10 días como hicieran en China -porque esto era una gripe-, iba a tocar hacerlo aquí también (IFEMA), y la verdad, es mejor no volver a tentar al virus.
No obstante, toda mi alegría por aquell@s que disfrutaron con sus pequeñas mascarillas el regalo de los rayos de sol, el futuro es suyo.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 38. Martes 28
Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo.
La aparición sobrevenida del Coronavirus ha hecho que mucha gente, incluso de lo más conservadora, haya abierto los ojos y visto la precariedad a la que estaban sometidas las instituciones sanitarias y de bienestar social. En concreto en la Comunidad de Madrid, aunque es genérico a otras comunidades la misma receta: Recortes en personal, salarial y derechos laborales.
El pasado año, fue Año de Oposiciones en Sanidad (tras 5 años o más), se ofertaban muchas plazas para todas las categorías y distintos organismos públicos. Pero después de los exámenes los contratos eventuales e interinos siguen en vigor, porque claro, hacer realidad una plaza de Empleo Público en instituciones sanitarias y residencias, se ha dado por sentado que es un fenómeno que pertenece a los Dioses del Olimpo, y acceder a ello se ha convertido en una auténtica Odiosea que al mismo Homero no se le hubiera ocurrido. Como si la necesidad de tener suficiente dotación humana, fuera un lujo innecesario. De hecho los contratos “Covid” van a ser rescindidos próximamente, ¡como si la enfermedad no hubiese paralizado la ya desbordada agenda sanitaria! Las intervenciones programadas, ¿cuánto retraso más van a sufrir? ¿Se ha olvidado acaso la prevención y promoción de la salud?
No voy a ser mal pensada y no diré que igual este Gobierno Neoliberal sigue ahondando en la búsqueda de clientes para la sanidad privada, porque si tienes un desprendimiento de retina, por ejemplo, antes de arriesgarte a que no te den cita en la red pública, acudes a… Sanitas, Quirón o algún otro angelito guardián que como sabéis, no hacen más que velar sin descanso por nuestra salud.
Trabajo en un Hospital madrileño donde el espacio de las habitaciones es tan pequeño, que no hay día en que las trabajadoras no nos golpeemos con el mobiliario. Donde todo lo que el cuerpo humano es capaz de excretar, es compartido sin remedio en esas habitaciones (me ahorro los detalles). Donde si subes la barandilla de una cama, es posible que también subas un sillón, o al revés, bajas barandilla y el paciente debe sortearla para bajarse de la cama, porque choca con el sillón, y donde o se accede a la mesilla, o se accede al wc, hay que elegir.
Solo relato las situaciones cómicas, no las que se crean en una situación de parada cardiaca…
Cómo puede darse y tolerarse este fenómeno en la era del Mobile World Congress, Digital Business World Congress o Fitur. Personalmente nunca he asistido a ninguna de estas ferias, pero sé que giran muchos intereses en torno a ellas. Yo de lo que sí entiendo, es de la Feria que se organiza cada día para tomarle las constantes a un paciente encamado, o levantarle con grúa. Como si fuera una decisión de una estancia muy superior, tal vez de dios, tener recortados los derechos de pacientes y personal, y como ya sabemos, los caminos del Señor son inescrutables, y todo lleva a la privatización.
Estos días de Covid, toda la población hospitalaria, a pesar de entender que nos cayó una bomba nuclear vírica de golpe, hemos estado en riesgo sin las medidas de protección adecuadas, a lo que sumábamos esa dejación reiterada de las autoridades de la Comunidad de Madrid, ese desprecio por el empleado y la institución pública. En definitiva, hemos asistido al relato del Neoliberalismo campando a sus anchas cual coronavirus.
P.D. La PCR salió negativa. Siempre he dicho que el bicho no me coge porque yo corro más que él.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 39. Miércoles 29
Día Internacional de la DANZA
Yo formé parte del mundo de la danza muchísimos años y bueno, pertenezco a una familia de danzarinas, donde bailar es una manera de expresar, sentir y respirar. La danza es vida.
Se habla mucho en estos días de los equipos de fútbol, de la liga, de modificar los entrenamientos, de hacerles test a los muchachos… ¡ains!
Pero, ¿qué hay de las compañías de danza, música y teatro? Una bailarina necesita horas y años de práctica diaria para llegar a interiorizar la magia que transmite. Ahora con el mundo en Standby todo ese esfuerzo está siendo malgastado y la verdad, qué oscuridad tan grande hasta que los escenarios vuelvan a vibrar de estética, armonía, compás y emociones.
Volviendo al diario hospitalario, diré que retomo mi labor con amor y rabia. Amor y rabia por las compañeras que en unos días desaparecerán de nuestra planilla como compas y heroínas que vinieron a enfrentarse al virus a nuestro lado. Rabia porque en las habitaciones se siguen compartiendo minúsculos espacios. Rabia porque la dirección del hospital nos está cambiando las taquillas a otras ligeramente más grandes, pero compartidas para dos; ya anuncio que cuando llegue el cambio de la mía, me planto en gerencia para ver dónde se cambian ell@s, y exigir el mismo trato. Siento rabia por las cosas que no van a cambiar ni que la muerte nos espere en la puerta con la guadaña afilada, pues ¿no tengo a una compañera enfermera que alaba a Albert Rivera como político ejemplar porque dimitió, o a otra que dice no gustarle los festejos taurinos pero los respeta y le gusta el morbo que genera, u otras que comparten vídeos del inefable Carlos Cuesta o directamente animan a la cacerolada-tarada de VOX? Todas ellas con estudios superiores, servidoras y firmes defensoras de la sanidad pública.
Este mundo o lo cambia el capitalismo por interés saltándose sus propias líneas rojas, o nos extinguimos. La gente tiene tan poca capacidad de crítica y reflexión que sigue navegando tranquilamente en el mar que nos va a ahogar. Sí, en realidad más rabia que amor.
Hoy, en el día Internacional de la Danza para escribir este cuaderno he puesto en mis auriculares “Sin muros ni candados” de Dorantes y Renaud Garcia-Fons, y me he reconciliado con la alegría de vivir. Mis músculos se han emocionado al llegarles las vibraciones musicales de esos acordes jazz-flamencos, que encierran tanto amor y rabia, transportándome a momentos pasados vividos, donde bailar era un reto corporal, un entrelazar perfecto de personas unidas por notas musicales, elevando a lo más alto cuerpo y mente.
P.D. Cuando alcancemos “la nueva era libres de coronavirus”, nos debemos un baile, kariño.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 40. Jueves 30
Víspera del Día del día de la Clase Trabajadora: Primero de Mayo
Aunque la normalidad se va instaurando en la vida del hospital, siguen apareciendo en mi planta de Traumatología (hoy día batiburrillo de especialidades), casos sospechosos de Covid, es decir, personas con una fractura y una neumonía. Nosotras ya nos hemos habituado a trabajar como alienígenas de andar por casa: gorro, bata, pantalla y mascarillas, y de esa guisa permanecemos, sin contar la pantalla, toda la jornada. Bastante glamurosas (no tan glamurosas como alguien de la gerencia repartiendo cajas de sándwiches de Rodilla por las plantas del hospital para salir en los medios).
Por otro lado, hoy he escuchado varios análisis político-científicos de pacientes que se pasan el día encerrados en sus habitaciones viendo televisión (gratis desde que comenzara la pandemia) y de dos trabajadoras de la limpieza en los treinta segundos de viaje de ascensor, y en ambos casos hablaban exactamente de lo mismo, donde el diagnóstico de la crisis del coronavirus era idéntico, resumiendo; “está claro que los chinos han diseminado el virus por la atmósfera con la perversa idea de hacerse con el control de la economía mundial”, y esa es la explicación, según estas personas, de que no vean desde que comenzara la crisis, chinos por el barrio. Sin duda, otro gran éxito de Mediaset y Atresmedia.
Antes que auxiliar de enfermería ni concejala, soy mujer trabajadora. Nunca en ningún momento, olvido esta condición. En cualquier ocupación de mi trayectoria laboral, he procurado no solo hacer valer mis derechos sino el de mis compañeras, con más o menos éxito, granjeándome aliadas y adversarias, e incluso algún despido. De ningún modo me ha servido en la vida para conformarme aquella manida expresión de “es lo que hay”.
Aunque soy tímida, afable y mantengo casi siempre la serenidad, alguien un día me habló de la lucha de clases, de la dictadura del proletariado… e hizo más: poner muchos libros a mi disposición. Dejó que me equivocara, cayera y me levantara y comprobara por mí misma que el mundo no es tan grande, que yo tengo cosas que aportar a esta inmensa trinchera del bando de l@s oprimid@s, que las empresas no son nada sin la mano de obra, y que los cambios se logran desde lo colectivo y la lucha organizada con disciplina, análisis y esfuerzo personal. Con esos mimbres crecí, y toda esa serenidad y afabilidad en mí características, se llenan a diario de discurso de clase y rebeldía. Porque he de agradecer que alguien un día me enseñara a ser con toda la cordura, una perfecta loca revolucionaria.
A JM, mi padre.
P.D. El mundo va cambiar de base, los nada de hoy todo han de ser.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 41. Viernes 1
1 de mayo
Esta jornada la trabajo de noche. Parece que es un día libre pero todo se traduce a que cuando la gente se reúne en torno a la mesa para cenar, yo me voy camino de la estación, con la cena en una bolsa de tela (que he decir que la bolsa luce las caras dibujadas de Josefina Samper y Marcos Ana), algún libro de la UNED que finalmente nunca me da tiempo a leer y el salvoconducto para poder desplazarme.
Mañana de vuelta en el tren a pesar de ser sábado, no espero encontrar jóvenes que regresen a sus casas después de haber estado de fiesta como es lo habitual encontrar en los trenes de cercanías los fines de semana. Lo que sí temo encontrar son deportistas en masa, sin mascarillas, exhalando y esputando por doquier. Yo soy muy de confiar en el ser humano, y de que cada cual asuma su responsabilidad. Pero en esta batalla, especialmente en Madrid que ha demostrado sobradamente no solo ser la cuna del fascismo, sino la tumba, pero de las víctimas del Covid, no estoy muy optimista.
Veo con gran indignación el espectáculo de la clausura del hospital de campaña de IFEMA por parte de Ayuso y satélites análogos, cuando precisamente Madrid debería mantener ese lugar tal cual unas semanas más, en precaución. Precisamente Madrid que es donde más contagios y víctimas se han producido, deberíamos ser por PRIMERA VEZ LOS ÚLTIMOS en llegar a la “nueva normalidad”. Y eso que en esto salgo más que perjudicada, pero mejor es tener paciencia y salvaguardar la vida.
Esta primavera 2020 será siempre recordada por el virus que hizo ponerse de rodillas a todo el país, y también recordada por la cantidad ingente de fascista-bulos que fueron lanzados en tromba a sabiendas de que el público al que iban destinados, era muy poco exigente.
España sigue siendo el país de los que se quedaron en la conformidad de la Constitución de 1812, de los de ni de izquierdas ni de derechas, apolítico perdido, sin significarse. O sea, insignificantes, domesticables, domados y dominados (sin lenguaje inclusivo).
Necesito, necesitamos tener un nivel de exigencias de categoría humana muy superior, que den un vuelco al hasta ahora mundo conocido.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 42. Sábado 2
Tuvimos una tranquila noche hospitalaria. Han vuelto las abuelas nonagenarias que a mí me encantan, que a través de sus incipientes demencias mantienen conversaciones de lo más elocuentes del tipo: “Yo soy de Écija, pero vine a Madrid en el 49, así que soy más madrileña que tú […]. Mi marido murió hace muchos años, no creas que le echo de menos, bien tranquila me dejó… Bonita, dile a mi madre que venga a buscarme que yo ya me quiero ir”. Ay, las pobres hablan a unas sanitarias que parecen extraterrestres, pero después de haber vivido otras calamidades en su vida, no parece que les afecte. Esto me reconcilia con la vida, esos ratitos de “normalidad”. Pero ni a mí ni a nadie se le escapa que tenemos un porvenir muy incierto y se me coge un pellizco grande.
Quienes quedemos en pie, ¿cómo haremos frente a la debacle económica?
¿Cómo hacer entender a especuladores o pequeños inversores de viviendas y locales, que estos meses de miseria ellos también deben darlo por perdido, si el mismo BCE ya nos está preparando la “13-14” con el préstamo a la banca privada de lo que pidan, y dándoles encima un 0,25%, para que estos compren deuda pública y nos cobren el 1%? Es demencial y de nuevo un robo a las víctimas de la crisis, esta vez la del Covid-19. Vamos, que fondos económicos haberlos haylos, pero no van a ir a parar a asalariadas, autónomos, desempleadas, estudiantes… Querrán que nos pongamos de rodillas, una vez más.
Una compañera a la que no conocía con la que trabajé anoche, me decía algo que yo misma había sufrido, y que es común al estado de precariedad laboral que hemos naturalizado, decía que hacía años que no veraneaba porque llevaba encadenando contratos cuatro años seguidos. Lo peor es que mientras hablaba ojeaba una revista del corazón, donde aparecía algunos de sus sinvergüenzas habituales, y la muchacha terminó su discurso de Derecho Laboral, diciendo que ojalá ella tuviera una casa como las de la revista, y así podría reírse del mundo entero.
Si Goya tuviera que dibujar la situación del 2 de mayo de 2020, pintaría masas inermes de pobres desgraciad@s besándole los pies a Felipe VI, Abascal y Casado, y sin mascarillas puestas. Y pidiendo, eso sí, ser fusilados con honores por estos prohombres con sentido de Estado (lo cual nunca he sabido qué es).
Mi gente y yo, y todas las que se vayan sumando, seguiremos implacables en este camino de DIGNIDAD y LUCHA, que al final es lo que nos va a quedar.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 43. Domingo 3
No he dormido muy bien. La estrecha convivencia con el Covid (sigo poniendo el artículo en masculino, no sé por qué ahora le dicen la Covid), la falta de respuestas a mis hijas sobre el futuro y la falta de buenas noticias, hace que mi inconsciente me despierte. Por la sensación de estar en un abismo donde la vida depende del comportamiento de los demás, de tus propias líneas de defensa, de las decisiones geopolíticas mundiales y por supuesto de las gamberradas a las que nos quiera someter el virus.
Esto descuadra totalmente mi radicalidad de vida: Mis eternos “Siempres y Nuncas”. Soy de corte radical, con toda la gama de moderación, tolerancia y serenidad posibles, no vaya nadie a pensar que soy de las que queman contenedores, como me dijo un día una celadora del hospital. No los quemo porque me da miedo el fuego, pero araño lo que haga falta para ir a la raíz de los problemas.
Afortunadamente, somos muchas las que siempre hemos peleado por lo que consideramos justo. Las que siempre llegamos hasta el final del laberinto por más complicado que sea. Las que siempre creemos que hay una solución para las causas imposibles. Nunca nos rendimos. Nunca fallamos a la gente que nos importa, que es muchísima. Nunca dejamos a nadie atrás. Lo llamamos utopía.
Cuando yo era muy pequeña, mi padre solía imitarme con mis repetitivos “siempre, siempre, siempre, nunca, nunca, nunca”. Porque para mí las cosas eran o nunca, o siempre. Hoy me siento paralizada y melancólica, me doy cuenta de que el virus nos hace minúsculos y prescindibles. Nunca he sentido tanta desesperanza porque la situación, como a millones de personas, nos está doblegando, dejando sin nada más por hacer. Realmente tengo miedo a que nunca llegue el día de volver a encontrarme con quienes tengo más lejos, mi hermana, mis sobrinas, a ti.
Nunca pensamos que pasaría tantísimo tiempo sin vernos, siempre en cada despedida nos hemos reído y llorado cantando y bailando en la estación “…pronto volveremos con más ilusiones…”, pero esta vez los días se han convertido en un TRANSITORIO ETERNO ESTADO DE PAUSA desesperante.
¡Yo quiero salir de este infierno y maldigo los kilómetros de infección que nos separa!
Para quienes están lejos, porque como sea, cuando quiera que sea, nos vamos a acercar.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 44. Lunes 4
A las siete de la mañana el tren iba algo más lleno de lo habitual, será por aquello de la reapertura de algunos servicios. El caso es que la frecuencia de trenes sigue siendo la misma que hace semanas, así que me da la sensación de tener algún número más en el bombo de contagiar o ser contagiada, y ya desistí de poner reclamaciones en Renfe cercanías, la última vez que lo hice fue el 7 de marzo para decir que sin espacio vital en los vagones, el coronavirus lo cogíamos todas. Pero en el transporte público madrileño de la zona sur, hemos normalizado que eres ganado. (Aunque la consigna oficial de la derecha mediática sobre el origen del contagio ya sabemos que fue la mani del 8M).
Me agradó mucho la convivencia laboral con las compas de hoy, colaboradoras, profesionales de vocación y buena gente, excluyendo al celador misógino, el tercero de la última semana, y varios adjetivos más que me ahorro narrar… Admiro por otra parte, la disciplina de las pacientes de más edad con sus mascarillas puestas día y noche, plenamente concienciadas de la gravedad de la crisis, tanto es así que una abuela me ha dicho: “…así que este era el famoso Coco con el que tanto amenazaban a los niños, no me quito la mascarilla, no”. Y no puede estar más en lo cierto. Aún las visitas a pacientes están restringidas y muy pocos son los casos que disfrutan de este privilegio, como Rosa, que ha podido ver de lejos a su hijo que le lanzaba besos tras la mascarilla. Así que sí, cuando se pueda hay que dar todos los besos y abrazos que han quedado suspendidos en el aire.
Ojalá fuéramos capaces de lanzar tanta ternura al conjunto de la humanidad. Mientras atendía a una paciente en la televisión hablaban del estado de salud de las personas migrantes en asentamientos chabolistas, esos seres a quienes tanto les costó venir a España en una tortuosa carrera de obstáculos se encuentran ahora soportando la enfermedad sin la posibilidad de guardar la distancia, sin acudir a los servicios de salud por miedo a ser detenidos y con la feroz crítica mediática y popular. Se les trata como al ganado, como si los españoles no tuviéramos pasado, presente y futuro emigrante… No sé si este hecho, o el de que ayer comenzara a funcionar el servicio de reparto a domicilio del Burger King, me produce más enfado. Parece ser que el servicio de reparto a domicilio en el Gigante de comida rápida se colapsó la cadena de producción, saliendo a protestar in situ las hordas de ganado español reivindicando su whopper, para recordar que “tenemos derechos”, el que nos otorgó el capitalismo, porque oiga, lo confinado, no quita lo hamburguesado. Y digo yo que para empezar a liberarnos de las cadenas del capitalismo, habrá que empezar a poner de nuestra parte.
Con todo mi amor y respeto hacia vacas y ovejas, ni debemos tolerar ni naturalizar ser tratadas como ganado en el transporte público, ni tratar como ganado a l@s herman@s migrantes, y por supuesto, dejar de ser ganado para ninguna multinacional.
A la memoria de la camarada Susana López, una de las grandes de la lucha obrera y feminista.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 45. Martes 5
Hoy estaba programado Manuel para operar su fractura de cadera, pero a media mañana le hemos trasladado a una planta COVID. Y es que este virus nos engaña continuamente, poniéndonos la zancadilla a profesionales de la salud, ciencia, población y Gobierno. ¿Cómo sentirnos cómodas en esta contaminada esfera política y ambiental?
En esta continua amenaza no solamente a nuestra salud, sino a nuestra enclenque democracia, no entiendo cómo aún no le ha quedado claro al cien por cien de la población quién es el enemigo a nivel mundial en esta guerra, y cuán malheridas resultaremos durante la postguerra. Tampoco entiendo que nadie a estas alturas de la contienda, pueda prestar oído y ser altavoz de la derecha que insulta y azota la inteligencia de l@s humildes, mancha la honra de las víctimas y bombardea a diario la delgada línea de flotación de los servicios públicos. Y lo peor son todos esos Nadie que haciendo gala de su infinita ignorancia dan cobertura y credibilidad a los intereses del Poder Económico, y como sabemos no son uno o dos, sino millones apoyando imprudentemente a quienes nos van a poner la soga al cuello a tod@s.
Aquellos que se oponían al desconfinamiento de niñ@s hace dos semanas, hoy claman por el fin del Estado de alarma porque el Gobierno “está llevándonos a la ruina con millones de desemplead@s” en su empeño caprichoso de mantenernos lo más lejos posible del virus que asola el planeta.
“Este Gobierno es un desastre porque está siempre improvisando”, me dice hoy una compañera (por llamarla de algún modo). “¡Claro, este es un conflicto histórico sin precedentes, estamos en un estado de Ensayo-Error planetario!”, le digo yo sin demasiada paciencia ni pedagogía mientras mis neuronas musicales, que siempre están activadas, me ponen el Korsakov de Boikot.
Sinceramente, yo siempre he sido sumamente crítica con los partidos que han hecho posible este Gobierno. Pero este es un momento trascendental, de esos de remar en la misma dirección para llegar vivas y con músculo democrático a un incierto final del virus.
“De cómo salgamos del hoy va a ser el mañana, y en el mañana están nuestros hijos y nuestros nietos”, nos ha dicho Julio Anguita, que pocas veces ha errado en sus diagnósticos y predicciones políticas. Yo me sumo a este manifiesto lleno de coherencia y dignidad, porque nos va la vida en ello, por Livia, Ojka, Liber, Andrea…y todos los nombres de l@s nuestr@s que queráis sumar a esta red de NECESARIA SOLIDARIDAD.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 46. Miércoles 6
El desbarajuste hospitalario ha sido tan grande que aún seguimos intentando poner orden a los destrozos que originaron los primeros grandes bombardeos. Todavía se amontonan en una dependencia de la planta, bolsas con los enseres personales de pacientes que o bien fueron trasladados a la UCI, o sucumbieron antes el virus. Objetos sin demasiado valor económico que nunca fueron recogidos o reclamados por familiares, porque los de valor eran entregados al personal de seguridad pero no siempre, debido a la imposibilidad física de coordinar y atender tantas vidas en juego. Hoy ha venido precisamente la pareja de un paciente joven que tuvimos ingresado y que fue trasladado a UCI una semana después, la recuerdo perfectamente porque me entregó una mochila con ropa y cosas de aseo personal que yo le hice llegar al paciente. Hoy no se la hemos podido devolver porque se extravió en el trasiego y confusión de las primeras semanas. Yo no sabía si su pareja había sobrevivido y con miedo le he preguntado, y ¡sí, tras treinta y seis días logró escapar! Yo la mochila no se la he podido devolver pero la mejor de mis sonrisas y mi alegría sí se las he transmitido.
A raíz de la crisis se contrató a mucha gente que jamás había trabajado en un hospital para cubrir puestos que no requerían una formación específica, como la de celador, así que he conocido a gente que con ninguna experiencia hospitalaria ha tenido la valentía de ejercer una profesión dura y ahora, arriesgada. Es el caso del celador que hemos tenido hoy colaborando en la planta, que en su profesión anterior (en absoluto relacionada con la salud) su contrato fue rescindido y no dudó en prestar sus servicios en el hospital, contagiándose del coronavirus a los quince días de haber comenzado. Jamás había visto un cadáver pero en quince días le dio tiempo a familiarizarse debido a la penosa tarea de trasladar decenas a diario al mortuorio. Evidentemente es una situación de extrema excepcionalidad. Una pesadilla bélica por la que nadie quiere volver a pasar. Todo esto me contaba este nuevo compañero mientras que en la televisión de una habitación, Pablo Casado en el Congreso hozaba lodos de estiércol. Definitivamente Casado y Abascal, son sicarios de la indecencia humana construyendo avalanchas de desprecio por las víctimas y todas las personas que llevamos meses de contienda.
Me entristecía tanto saber que el celador por un humilde sueldo se había contagiado y vivido una de las experiencias laborales más penosas de su vida, que mi indignación discursiva subía por momentos.
Menos mal que el maestro Marx en su infinito legado a veces nos reconforta:
“Yo soy republicano y bueno, comunista, así que tengo muy claro de qué lado estoy”, me ha confesado el celador al terminar de atender a un paciente.
No está todo perdido.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 47. Jueves 7
Esta mañana recibí por varias vías la noticia de que había muerto por coronavirus el torturador Billy el Niño. En realidad me he sentido defraudada porque ha muerto como cualquiera de los humildes pacientes del hospital. Peor, ¡capaz de haberse muerto en una habitación individual con ducha y todo! En cualquier caso, un canalla que ha muerto sin haber sido juzgado y condenado por sus delitos de lesa humanidad. Lo he comentado varias veces con distintas compañer@s, y pocas se han inmutado porque desconocían la existencia de este deleznable ser. Tampoco me ha extrañado, pues es normal en este país tener un desconocimiento absoluto de la historia de España desde la II República, y especialmente en todo lo concerniente a la dictadura y transición.
Como en teoría lo peor del COVID ha pasado, ya han terminado las donaciones de botellas de agua para pacientes y personal. Y claro, volvemos al problema inicial, que las visitas están restringidas y la salida de las habitaciones también y la alternativa es agua del grifo, que como ya veníamos “denunciando” entre la tropa sanitaria, es un agua poco recomendable porque igual matar no te mata, pero la mayoría de las veces sale además de tibia, amarilla. Pero no hay que preocuparse, esto ya son “banalidades” enquistadas de este hospital. Yo siempre bromeo diciendo que el agua del 12 de Octubre tiene complementos extras en minerales, y no quiero pensar en cuáles.
La mayor parte del personal con quienes comparto la jornada son mujeres y madres. ¡Qué extraño, un trabajo de cuidados tan feminizado…! Todas ellas antes y después de la era COVID-19, gran parte de la tarde la ocupan en hacer tareas escolares con sus peques, y ahora online para mayor dificultad. Yo las admiro y compadezco enormemente, porque una vez más las responsabilidad de los cuidados es cosa de ELLAS, y esta vez con atribuciones de docencia a distancia nada menos. A mí ya esa labor me cae algo más lejos, aunque ya bregué y mucho durante años contra un sistema educativo que ya venía cojeando pero que la LOMCE se encargó de ahondar por las raíces neoliberales haciendo que fuera excluyente, deficitario y desigual para nuestr@s hij@s. Este fue uno de los motivos (tengo mil) que impulsaron mi militancia y posición política, y que mis pasos se dirijan a diario a transformar y curar las heridas que asolan el país.
Y en esta infinita maratón de actividad paso mis días desde hace muchísimos años.
A mí me colma de energía vivir en Estado de Rebeldía Permanente.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 48. Viernes 8
Ayer vía Whatsapp del sindicato MATS recibimos la noticia de que había fallecido en mi hospital un compañero TIGA (Transporte interno y Gestión auxiliar) del Puerta de Hierro de Madrid. Hoy nos hemos concentrado a las puertas del hospital en señal de duelo por la pérdida de un trabajador de los que están en primera línea de fuego. Este compañero trabajaba para una empresa privada al servicio de la sanidad pública, es decir, a todos los efectos empleado público para desempeñar los deberes, pero con menos derechos como el acceso a equipos de protección personal. Puede ser que los usuarios no sepan que en nuestros hospitales públicos campan empresas privadas para desempeñar diferentes actividades absolutamente necesarias, como la de l@s TIGA, limpieza o servicio de lencería.
Esto es a lo que se debía referir Esperanza Aguirre cuando en 2012 reconoció que el PP quería privatizar la sanidad, “porque el sistema de salud pública madrileño era tan bueno que estaba a punto de morir de éxito”. Entre 2010 y 2018 la población madrileña aumentó en casi medio millón de personas y disminuyó el número de profesionales sanitarios en 3300, cerrando más de 2000 camas hospitalarias. Sí, definitivamente un éxito para las cuentas de resultados de las empresas concesionarias.
Me pregunto cómo va aliviar ahora las listas de espera el Gobierno de la Comunidad de Madrid, ¿no se les estará pasando por las cabezas desviar, una vez más, a pacientes a multinacionales o fondos buitre? ¿No potenciarán el uso de seguros privados para que cada cual soluciones su problema de salud como pueda? Recordemos que mercantilizar el bienestar de la sociedad es una especialidad del neoliberalismo.
En el cambio de guardia, Luisa (una compa enfermera de la tarde) y yo, comentamos brevemente el desánimo con el que nos enfrentamos a los nuevos casos que van surgiendo de COVID y a la gran crisis económica que se nos avecina, y enseguida a ambas nos han brotado las lágrimas.
Yo no tengo las coordenadas exactas de cómo mantenernos en pie, pero sí cómo salir menos heridas de cara a la reconstrucción:
Empezando por la derogación del artículo 135 de la Constitución. La banca nacionalizada (Bankia) debe ser vinculada a políticas económicas y sociales. También toca ya rebajar el precio de la luz y nacionalizar las empresas energéticas. Habría que congelar los precios de los consumidores finales, hacer una reforma fiscal y contractual para Pymes dándoles mejores condiciones y protagonismo económico. Es emergente bajar los precios de alquileres, e igualmente emergente subir los impuestos a las grandes fortunas, sucesiones y donaciones, y las grandes transacciones financieras (que esta vez el palo se lo lleven ellos)…
Es decir, en esta crisis dar un golpe de timón hacia la izquierda con todas nuestras fuerzas. ¡Valentía, osadía y rebeldía!
A la memoria del compañero Javier Ruíz Gallardo.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Día 49. Sábado 9
Ninguna experiencia anteriormente vivida es tan intensa como esta en la que estamos suspendid@s. A lo largo de mi carrera profesional he visto situaciones muy duras, pero eran de una en una, y repartidas en el tiempo. De hecho hay personas y circunstancias que nunca he olvidado y que se han quedado anecdóticamente en mi memoria para siempre. Pero esta vez, desde el comienzo de la Era Coronavirus me lo llevo puesto veinticuatro horas al día. A veces me despierto por la noche y recuerdo a tanta gente anónima que atendí y que ahora ya no está… En esas estresantes circunstancias nos encontramos muchas de las trabajadoras que un día nos tocó enfrentarnos ante esta situación. Y pongo mi voz de alarma ante quienes desafían al enemigo intentando saltarse el confinamiento, las fases, la higiene de manos, las mascarillas… Porque de la actuación individual depende la salud del colectivo, y de la paciencia de hoy el porvenir de mañana.
Ayer supe que Celia, una paciente de la que hablé con optimismo en este mismo Cuaderno, había fallecido en la UCI hacía varios días, tenía 68 años. Yo le había dicho que en cuanto estuviera mejor le lavaría el pelo y peinaría bien guapa… Me dolió saber que no había conseguido superar la enfermedad que arrasó sus pulmones.
Para ganar al COVID-19 lo primero es temerle, porque el miedo nos lleva a la prudencia y ésta al respeto. Por eso hoy hablo de Celia, porque cualquiera podíamos haber sido ella.
Por el otro lado, dos pacientes de la planta sospechosas de Coronavirus dieron negativo en la PCR, y creo que esa empieza a ser la tendencia. Pero como dijo el otro día con ironía mi amiga Sara Marx, “si no hacemos bien los deberes ahora, nos quedará para septiembre”.
Saquemos lecturas positivas al después, a la modificación de vida que ha de venir. Hace precisamente ocho años ahora de las movilizaciones de las Mareas, y recuerdo que una de las protestas de la Verde era por el aumento de la ratio que nos trajo la LOMCE, porque para los legisladores de la Ley, hacinar al alumnado era algo perfectamente viable. Hoy está fuera de toda discusión que lo que hace falta es dignificar la Escuela Pública con aumento de espacio, aumento de maestr@s y profesor@s, así como una modificación de los contenidos, formas y materias para educar a la crianza en primer lugar en hábitos saludables, respeto a la Tierra y a los Derechos Humanos.
En todas sus intervenciones Julio Anguita siempre apela a la Carta de la Tierra y a la solemne declaración de los Derechos Humanos.
Él es maestro de profesión y vocación, pues pongámonos a estudiar, nos va la vida en ello.
¡Anguita, resista!
¡Venceremos!
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Día 50. Domingo 10
Último capítulo.
Todo empezó el día que salí de Málaga hacia Madrid, recién decretado el Estado de Alarma. Ese día comprendí que el virus nos había invadido ya, tomé conciencia de que ni el hospital, ni el personal, ni el país, ni el planeta estaban preparados para combatir a este terrible enemigo. Me asusté y deprimí tanto que Kalvellido esa noche por teléfono me dijo: “¡Escríbelo!, describe lo que sientes y yo lo dibujo”.
Y así fue, empujados por la tragedia y la separación kilométrica sin fecha de caducidad que decidimos concebir este hijo que es el Cuaderno de Bitácora (o Bitágoras, porque él siempre le da la vuelta a todo en su particular y genial sentido del humor).
Desde el momento en que se fue transformando planta por planta hasta prácticamente el hospital al completo en zona COVID-19, todo fue un continuo acontecer de convulsas noticias; multitud de contagios y fallecimientos en un gran hospital que no tenía capacidad para albergar tantísimo paciente, compañeras que iban cayendo cada día, escasez escandalosa de material para protegernos, escasez de medicinas, recuerdo una de las primeras noches que no teníamos paracetamol, ni amoxicilina, ni “palomillas” para la extracción de sangre… Nadie nos había dado instrucciones ni preparado en sentido alguno para contener a semejante bestia.
Ha sido y sigue siendo una durísima experiencia no solo para el personal esencial, sino para el conjunto de la sociedad. Por eso no podía separar en estos relatos la parte profesional del análisis político y emocional. Cada noche dibujante y auxiliar de enfermería desde nuestras respectivas fronteras, abordábamos la realidad de todos los frentes que abrió el virus; residencias de mayores, situación de las mujeres maltratadas, pres@s, salud mental, familias separadas, niñ@s confinad@s, pobreza sobrevenida a lo largo y ancho del país… y todo ello bajo la gélida oscuridad del virus y del fascismo español.
Kalvellido y yo quisimos sacar a nuestra criatura desde la honestidad y el amor. Y cada día ambos trabajamos intensamente, cada cual desde su trinchera, para dar a luz nuestro enfoque de la crisis: nuestro hijo el Cuaderno de Bitácora.
Yo tengo que volver a mis responsabilidades: trabajo, familia y hogar, militancia política, responsabilidad institucional, Uned… Y el dibujante tiene que volver a dormir, que este hijo nuestro da mucha lata y trabajito durante 12 horas al día, especialmente por las noches.
Tal vez, si las circunstancias lo piden, saquemos un extra, un Bonus-Track, porque escribir y dibujar nos devuelve la cordura. Durante estas crónicas nos hemos divertido recordando situaciones pasadas, escuchado toneladas de notas musicales, también hemos llorado y llenado de rabia, pero conseguimos expulsar el dolor durante unas horas al compartirlo con lectores anónimos y conocidos. Ha sido una experiencia inolvidable sentirnos arropad@s por Ana, Mercedes, Shina en Lucha, Penélope, Josefa, Juliete, Ibarrola, Melina y tantísimas personas que nos han regalado camaradería y amor.
Kalvellido y yo, somos “dos Comanches contra el mundo” que tuvimos la tremenda suerte de encajar un día a la perfección tras experiencias de vida cuanto menos difíciles. Ahora solo nos queda soñar con el Día en el que podamos atar al monstruo y volvernos a encontrar.
Fue un tremendo placer escribir el Cuaderno de Bitácora desde el frente y despertar cada mañana con una ilustración y una obra de arte a cada cual más ingeniosa, original y sorprendente, y compartirlo con tanta buena gente con la que tenemos pendiente brindis y abrazos.
¡SALUD Y NI UN PASO ATRÁS!
P.D. ¿VENCEREMOS?
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Anexo Extra. Lunes 18
Hoy, cuando ya se ha decretado el fin de los aplausos, he salido a aplaudir con fuerza en mi balcón acompañada de mis hijas y mi perro. Desbordada de alegría y emoción porque los resultados preliminares de las varias serologías realizadas del Estudio clínico que se está llevando a cabo en el Hospital 12 de Octubre del que formo parte, han confirmado que tengo ANTICUERPOS DEL COVID-19. ¡Lo pasé y no me enteré! Tal es la velocidad a la que voy en la vida que el bicho no me ha hecho ni cosquillas. Intuyo que me contagié durante alguna de las innumerables batallas, tal vez el día que entré a auxiliar a un paciente que se sentía ahogado llevando una simple mascarilla.
Hoy siento que he triunfado.
Luché contra el virus y le vencí. Esta tarde, cuando ya se ha decretado que se acabaron los aplausos, más que nunca hemos gritado mis hijas y yo en el balcón: ¡SANIDAD PÚBLICA!
VENCÍ/VENCEREMOS!
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#MenosCorona
– Kuaderno de bitákora
– Aquí puedes descargarte las ilustraciones de J. Kalvellido
– Epitafio
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Gracias por la labor que estáis haciendo. Gente grande y de verdad. Venceremos!
Teodoro
Enganchada igual: ¡nena tú vales mucho! ya te lo habrán dicho mil veces, pues mil +1. Has de seguir en esto de escribir y difundir, mucho por hacer, muchas personas como vds dos (text+ilustración) son muy necesarias. Con que te siguieran sólo los de tu hospital, éso si no eres una temporal-discontínua…). SALUD y DEFENSA DE LAS PERSONAS
Tania, Juan, millones de gracias por estos relatos e ilustraciones llenos de dureza y verdad que convierten las frías cifras de muertos que aparecen en los telediarios en historias cercanas de ancianos y ancianas a los que casi puedes (y quieres) tocar.
Sois un referente de dignidad para muchos de nosotros y un ejemplo de cómo canalizar la rabia que se siente al ver un mundo injusto en voluntad para cambiarlo.
La crudeza de este kuaderno de bitákora ha llenado muchas veces de lágrimas mis ojos… pero aquí sigo enganchado a estas maravillosas pildoras de rabia y esperanza.
Un beso,
Alberto