La caída del muro de Berlín: un pretexto de uso propagandístico en la España del 10 N
Acacio Puig*. LQS. Noviembre 2019
Si “quien calla, otorga” como dice nuestro viejo refrán, “quien oculta e instrumentaliza… miente” diremos nosotros
El aniversario de la caída del Muro de Berlín ha sido objeto de un uso propagandístico que debiera escandalizar a cualquier demócrata consecuente. En cualquier caso, nos escandaliza a nostr@s los comunistas, una corriente transversal en lo social y lo político es decir, comunistas en profundo y amplio sentido y que abarca a quienes defendemos el horizonte de Igualdad, Libertad y solidaridad entre los pueblos, más allá de etiquetas organizativas.
El uso y abuso mediático en España de esas conmemoraciones y su utilización bastarda aquí, en el curso de la jornada de reflexión del 9 y en el propio 10 N, fue palpable en los medios de comunicación masiva. Y así lo hizo también, por ejemplo RNE -Radio Nacional de España- poco antes de las cuatro de la tarde del día 10, durante horario de votaciones, emitiendo la entrevista al embajador de España en Berlín R.M. Vázquez.
En conjunto, un marasmo de opiniones que poco tiene que ver con la recuperación de la historia, nada que ver con la pedagogía progresista, pero sí mucho con la propaganda en beneficio de las tres derechas y la socialdemocracia de nuestro país, grupos que se delimitan permanentemente frente a la idea del comunismo y la han venido esgrimiendo –tosca o sutilmente- durante esta larguísima campaña electoral que venía desarrollándose desde antes de fracasar la segunda investidura de Sánchez
Si “quien calla, otorga” como dice nuestro viejo refrán, “quien oculta e instrumentaliza… miente” diremos nosotros. Ciertamente el chapoteo en noticias falsas, medias verdades, propaganda subliminal y propaganda de distorsión oportunista, forman parte de nuestro desaborío presente político. Sobre el linaje de ello y sus consecuencias sobran análisis, desde los realizados antaño por la Escuela de Fráncfort (Adorno, Marcuse y otros) hasta los actuales de Chomsky, Ramonet y tantísimos más.
Callar…otorga, por eso no callamos quienes contra viento y marea defendimos -también respecto a la extinta RDA- un proyecto comunista tan igualitario como plenamente libre, tan autogestionario como internacionalista, sintetizado y nominado desde el pasado siglo como proyecto de Democracia Socialista (que no socialdemócrata).
Pero al mismo tiempo ocultar e instrumentalizar, mediante la perversa lógica del abuso de “dos pesos-dos medidas”, apoyado en la apropiación monopolista de los grandes medios de comunicación, constituye una desfachatez criminal porque busca el embrutecimiento de la ciudadanía para el logro de beneficios espurios. Eso ha sido perceptible en gran medida cuando quienes glosan y celebran la caída del Muro de Berlín guardan silencio, ante otros Muros; por ejemplo el Muro con que el Estado de Israel condena a Palestina al apartheid, la desestructuración geográfica, exilio, confinamiento en Campos de Refugiados… y la muerte. Desde luego la muerte porque se contabilizan más asesinatos –muchos más- en el entorno del Muro levantado por el Sionismo bajo indecente pretexto de “proteger la única democracia de Oriente Medio”, que los que contabilizó el Muro de protección de la mal llamada RDA (que no fue ni democrática ni en absoluto socialista).
Si pensamos en el Muro Mediterráneo y las políticas anti-emigración y anti-asilo que defienden desde los ultraderechistas europeos hasta “el liberal” presidente francés Macron, encontraremos otro trágico Muro que se opone a quienes huyen del continente africano expulsados por la miseria, la catástrofe climática y la resaca económico-militar producto de las depredadoras políticas coloniales implementadas en el pasado y hoy mismo.
Podríamos hablar también del Muro policial creado por Trump para cerrar el acceso a Estados Unidos de los pobres del patio trasero yanqui… o del Muro ideológico y represivo con que la República Popular China machaca las ansias democratizadoras que exhiben allí las movilizaciones que cuestionan el férreo régimen de partido único y vía “socialista”… al capitalismo.
Así escriben SU historia los amos del mundo. Sin escrúpulos, sin respeto a la verdad, ocultado y falseando lo acorde a los intereses de las nuevas tiranías del siglo. Y así colocan en los momentos oportunos sus medias verdades con máximo apoyo mediático, medias verdades tan rentables para los de arriba como desmoralizadoras y desconcertantes para las mujeres y hombres del “abajo”… que resiste y combate.
Al orden del día vuelven así las palabras del brillante reaccionario francés Chateaubriand: “Debemos preservar la obra política que es fruto de la Revolución (digamos nosotros la democracia neo franquista)… pero debemos erradicar la Revolución (el pluripartidismo, la libertad de información, la exigua separación de poderes…) de dicha obra”.
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