La cita es en Bilbao
La izquierda abertzale debe mirar la realidad, dicen los ciegos; la izquierda abertzale debe dar explicaciones, declaran los mudos; la izquierda abertzale debe oír nuestras exigencias, afirman los sordos. Y así ha de ser hasta que la izquierda abertzale se decida a dar pasos, insisten los cojos.
No voy a seguir con esta apología de las surtidas discapacidades que acumula el Estado español pero hasta soy generoso cuando presumo que, así sea cojeando o de reojo, haya asumido alguna tímida iniciativa, haya adoptado alguna discreta medida en el sentido de contribuir a la imprescindible normalización de la vida en el País Vasco.
Ni siquiera el cumplimiento de sus propias leyes penitenciarias.
Muy al contrario, ante los reveses electorales de sus más genuinos representantes, todo lo que se le ocurre al Estado español es institucionalizar el fraude; ante el descrédito alcanzado por sus políticas económicas y sociales, lo único que pretende es exacerbar la represión; ante el clamor popular que demanda respuestas que hagan posible la resolución del conflicto vasco, todo lo que propone es el silencio, en la vana pretensión de que su inmovilismo siga consumiendo el tiempo y termine cerrando las puertas a un proceso de paz que sigue teniendo en la izquierda abertzale al único interlocutor.
Por ello hay citas a las que no les cabe el absentismo ni ausencias que podamos permitirnos; por ello hay días en que mirar para otro lado, más que una opción es un delito; y por ello, también, el próximo sábado todos los caminos, todas las miradas, convergen en Bilbao.
* Publicado en Cronopiando