La cooperación entre China y España una oportunidad de relevancia internacional
Por Pedro Barragán*
La colaboración entre China y España ha experimentado a lo largo de los años avances significativos. Esta cooperación se ha convertido cada vez más en un punto destacado de la asociación estratégica integral entre China y la Unión Europea.
La transformación verde puede aportar importantes beneficios a España aprovechando las capacidades tecnológicas chinas
La construcción conjunta de esta cooperación, de raíces propias y con relevancia internacional, viene abarcando un conjunto de áreas de colaboración donde predominan los ámbitos culturales y comerciales y donde cada vez adquieren más importancia todos los relacionados con la cooperación climática y los esfuerzos de paz internacional.
El cambio climático es hoy uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta toda la humanidad. Tanto China como España conceden gran importancia a la cooperación climática y son líderes en el desarrollo de energías renovables. Las dos partes tienen una base sólida para cooperar en este campo. Y esta cooperación en la transformación verde puede aportar importantes beneficios a España aprovechando las capacidades tecnológicas chinas en la investigación y desarrollo de nuevas energías. España, que ya es un país puntero en la industria automovilística europea, puede ampliar estas capacidades internacionales incorporando la economía digital y la transformación verde que su colaboración con China puede aportarle. La cooperación en materia de cambio climático entre China y España es hoy un elemento destacado de la aportación que ambos países pueden realizar para construir una Comunidad Compartida para la humanidad.
La cooperación cultural entre China y España a lo largo del tiempo ha sido rica y diversa, marcada por intercambios que datan de siglos atrás. Aunque geográficamente distantes, ambos países han encontrado puntos de conexión a través de la historia, el comercio y las artes. Durante la antigüedad y la Edad Media, China y España estaban conectadas indirectamente a través de las antiguas rutas comerciales de la Ruta de la Seda. En los siglos posteriores, el comercio de bienes como la seda, la porcelana y el té, o la influencia de la estética china en la decoración de interiores, han mantenido la relación cultural entre ambos. Los avatares políticos de los dos países en el siglo XX limitaron su relación, pero la restauración de las relaciones diplomáticas en 1973 abrió una nueva época de relación cultural, incluyendo exposiciones de arte, festivales de cine, conciertos de música, intercambios académicos y programas de intercambio estudiantil. El chino y el español son los dos idiomas más hablados del mundo y los Institutos Confucio y Cervantes han desempeñado un papel importante en la promoción de los dos idiomas y las dos culturas tanto en China como en España. Queda pendiente continuar con la promoción del turismo entre ambos países e incrementar la organización de eventos culturales conjuntos que promuevan la comprensión mutua.
En el ámbito geopolítico nos encontramos en un momento especial en el que la Unión Europea se está alineando progresivamente con Estados Unidos en su guerra comercial contra China para tratar de bloquear el progreso económico de este país. Y es en este marco que se han recrudecido las “investigaciones” (investigación antisubvenciones sobre los vehículos eléctricos chinos) de la UE y EEUU contra las importaciones de China. Según la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, los coches eléctricos chinos son una amenaza a la seguridad nacional. En realidad son simples medidas proteccionistas que para justificarse se disfrazan con cuestiones ideológicas y que en el caso de los coches eléctricos no les preocupa poner en riesgo los objetivos de descarbonización del planeta si con ello logran afectar a la industria china. Adicionalmente y con la justificación de la nueva teoría del “exceso de capacidad” se está haciendo extensivo este proteccionismo al resto de la industria verde y en concreto a los paneles solares y los molinos eólicos. España ha sido siempre un país dentro de la Unión Europea con capacidad autónoma para tomar sus decisiones y no dejarse influenciar por los intereses norteamericanos, ha sido también uno de los primeros países de la UE en abrir su industria automotriz a las empresas chinas y esta cooperación no sólo enriquece y desarrolla la asociación estratégica integral bilateral, sino que también promueve directamente la gobernanza ambiental, el comercio y la inversión de ambas partes, beneficiando al mundo entero.
La defensa del multilateralismo por parte de ambos países permite atisbar la posibilidad de coordinar las posiciones en foros internacionales como las Naciones Unidas, el G20 y la Organización Mundial del Comercio para abordar desafíos globales como la paz y la seguridad, el desarrollo sostenible y los derechos humanos. Específicamente, ambos países se han manifestado con rotundidad en la necesidad de abordar la Paz en el conflicto entre Israel y Palestina y en el reconocimiento del estado palestino.
En resumen, la cooperación entre China y España es una oportunidad de relevancia internacional para la construcción conjunta de una comunidad compartida para la humanidad que puede abarcar una amplia gama de áreas de cooperación, desde lo cultural hasta lo económico y tecnológico, la colaboración medioambiental y el mundo diplomático. Mediante una colaboración estrecha y mutuamente beneficiosa en estas áreas, ambos países pueden contribuir de manera significativa al desarrollo global, a la paz y a la prosperidad general.
* Pedro Barragán es economista. Miembro de Cátedra China, temática que deja reflejada en su blog personal. Es editor de la web Archivo de la Transición.
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