La defensa de las clases trabajadoras pasa por el enfrentamiento con el capital
Diego Farpón. LQS. Octubre 2020
El populismo burgués ha señalado en no pocas ocasiones que el problema de la economía mundial es el lugar en el cual se toman las decisiones, así, Pablo Iglesias señalaba hace unos meses: “el trabajo de un Gobierno decente es poner límites a los poderosos y a la globalización. Establecer mecanismos que permitan proteger a las mayorías sociales de tu país de las decisiones que puedan tomar China y Donald Trump” (1).
El Gobierno -así, en abstracto, ni de la burguesía ni de las clases trabajadoras-, tiene que poner límites (!) y proteger a las mayorías sociales de las decisiones que toman quienes dominan la economía mundial: China y los Estados Unidos de América. De esta manera, toda responsabilidad del modo de producción capitalista desaparece: el problema no es el capitalismo, sino sus centros de poder, que están en Washington y en Pekín. El Gobierno, que no observa un mal en el capitalismo sólo tiene, consecuentemente, que poner algunos límites para evitar lo más dañino del modo de producción que rige nuestras vidas.
Hace unos días, en esta misma línea se expresaba la consejera de Empresa y Conocimiento de la Generalitat de Cataluña, Àngels Chacón, cuando señalaba, ante el cierre de Nissan, que “la multinacional toma decisiones en Japón, pero nuestra preocupación pasa por garantizar la competitividad de la planta”, así como que “es una empresa que se está reestructurando a nivel de dirección y se está replanteando alianzas. Son temas internos. La decisión se toma a muchos kilómetros de aquí y con dinámicas ajenas” (2).
El problema no es, pues, ni el modo de producción capitalista ni las dinámicas del mismo, sino, otra vez, que las decisiones se toman lejos, esta vez en Japón, con una dinámica ajena.
¡Pero, ¡qué mala suerte! Hoy es un grupo vasco el que declara el cierre de dos de sus fábricas ¿Qué dirán, ante esto, los defensores -explícitos o implícitos- del modo de producción capitalista? ¿A quién echarán la culpa en esta ocasión? ¿Una mala directiva? ¿Una decisión errónea tomada con la mejor intención?
El modo de producción capitalista y sus dinámicas -precarización, deslocalizaciones y cierres, entre otras- agudizadas por la crisis tienen ya largo recorrido, y no son, al contrario, un problema de quienes trabajan en el Reino de España, sino una lógica internacional, como corresponde a un modo de producción planetario.
“El martes, LAB anunció que Gestamp había comunicado a los sindicatos su intención de cerrar las filiales Matricería Deusto y la ingeniería de troqueles GTS, sitas en Zamudio, lo que afectaría de manera directa a 230 trabajadores” (3).
El capital no tiene más patria que el beneficio, y su teórica nacionalidad es algo que nada importa: “nos volvemos a encontrar ante otra gran empresa industrial vasca, que vuelve a despreciar a la clase trabajadora vasca. Interpelamos al Gobierno vasco y en concreto a su Consejería de Industria para que no se ponga de perfil (como lamentablemente es habitual), impidiendo el cierre y los despidos”, piden desde ELA.
La realidad material, una vez más, destruyendo los discursos de quienes pretenden, de una u otra forma, domesticar o reformar el capitalismo. Mientras, el Gobierno vasco ya se ha posicionado, sin ninguna duda, del lado del capital: “Tapia [Consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco] coincide con la tesis esgrimida por Gestamp para intentar justificar su decisión” (4).
Notas:
1.- https://www.eldiario.es/politica/iglesias-bipartito-psoe-poderosos-garantizar_1_1203019.html
2.- https://www.motorpasion.com/industria/no-esta-todo-perdido-nissan-barcelona-hay-que-demostrar-que-cerrar-caro-que-hacerla-competitiva-generalitat
3.- https://www.deia.eus/economia/2020/09/29/gestamp-comunica-cierre-empresas-zamudio/1068063.html
4.- https://www.deia.eus/economia/2020/09/30/gestamp-preve-cierres-bizkaia-zamudio/1068284.html
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