La desaparición del pueblo en España

La desaparición del pueblo en España

Por Alfons Marti.

Una de las más persistentes “rarezas” de la raza humana es tener memoria no para justificar cargos sino porque el presente tiene un origen por el que preguntarse. A nivel político y cultural el pasado explica el presente; solo quienes desean que aceptes cualquier aberración actual, destruyen la realidad de hoy con el método de prohibir al público conocer el pasado reciente, origen de lo que desean imponer hoy. Aunque se diga sin parar que “los ganadores escriben la historia” más exactamente lo que escriben los “vencedores”, es la propaganda para destruir el tejido de las tramas de la Historia. Nada odia más un Estado totalitario que una grabación o una historia concreta. El lema franquista “aquí es diferente” no encaja con la Historia mundial. España tiene una Historia similar a Occidente en todo menos en la solidez de un Estado totalitario desarrollado, aislado y dispuesto a hacer como Stalin y Hitler, “tabula rasa del pasado y consagrarse a la creación del hombre nuevo”, o mujer, como definen al totalitarismo todos los historiadores internacionales.

¿Cómo logró el Movimiento nacional, alzada en armas contra el débil Estado republicano, destruir totalmente el pasado “cambiando a España para siempre”? De niño, en la ciudad vieja Mallorca yo oía siempre a la gente del pueblo decir “en tiempos del Movimiento” y nunca de “la guerra”. En efecto, la gente “antigua” no moldeada por la propaganda sabía como Hannah Arendt o Elías Canetti que en Europa los Estados quebraron a favor de Movimientos totalitarios. Lo de la “Guerra Civil” borra lo importante. Cayó la República de Weimar y la francesa…y la española. Hubo un Movimiento totalitario como en todas partes, aunque con una resistencia militar de una parte del Ejército.

El Estado inquisitorial nazi (Paul Preston) se implantó en seguida en julio 1936 en la “zona nacional”, en Navarra, Mallorca o Canarias. Las masacres empezaron entonces así que lo de “Franco el justiciero”, sugiriendo que se “vengaba” de algo, es absurdo. El Movimiento empieza el plan nazi español: externinar a quienes no “se adhieren al Movimiento” y a largas capas de gente del pueblo por vocación genocida y para gobernar para siempre por el terror. Es la agresión total de la sociedad autodivinizada, contra el pueblo, culminando un proceso histórico europeo. Franco fue veraz confesando a quien servía: “he salvado a la Sociedad”.

Desde el s. XVIII las cortes europeas, con el absolutismo, divinizaron a un rey. Cuna del narcisismo maligno más incurable, el maquiavelismo, el ganar a toda costa, el cortesano quiere ganarse el “favor” del rey para robarle al pueblo. En Versalles los privilegiados viven en intrigas abandonando todo contacto con el pueblo. Se forman camarillas, cuyas normas y “buenos modales” deciden el poder de cada uno. Quien sepa imponer normas y rituales puede matar a medio país y no pasa nada siempre que lo haga argumentando que las víctimas NO cumplen con las normas. La Revolución fue un estallido popular contra esa perversión. Fracasada la Revolución, la corte se amplió a la burguesía depredadora, pero en el siglo XX el totalitarismo, encontró el camino para acabar con el pueblo: un movimiento de masas formado por poderosos funcionarios de la sociedad junto a individuos del populacho, o sea, pobres que solo aspiraban, al precio que sea, a ser “admitidos” entre los “importantes”.

Una mentira es que “los falangistas” eran o “los organizadores de matanzas y aliados de Hitler”. Al revés, como en Alemania, el populacho seguía, aun con fanatismo, las órdenes de arriba de militares, funcionarios y guardias civiles (1) así que cuando hubieron servido a la sociedad, esta se deshizo de los falangistas-populacho dándoles cargos inferiores. Como en Alemania con las camisas pardas, hay algún falangista arrepentido, pero no militares.

Los cortesanos perfil narcisista maligno, enfermedad incurable (2) que ven a pueblo como “inferior ignorante” nunca se arrepentirán. La ideología nazi fue importada a España y “adaptada”. Vallejo-Nájera, doctor nazi de Franco, etiquetó al pueblo copiando a los nazis quienes crearon una jerarquía de razas a exterminar. Vallejo-Nájera llegó “a reclamar que se clasificara a la población en castas” (3) . Los 300 campos de concentración mataron de hambre en un solo año, el 1941 y bajo asesoramiento de la Gestapo, a un 15% de los presos. El Movimiento “avanza como un solo hombre” eliminando a superfluos “ignorantes” y desafectos como chivos expiatorios. Los más de 500 mil presos de 1939 no se encarcelaron para “pagar penas” sino para ser “desaparecer”. Franco gobierna con concentraciones de masas y al terminar la fiesta familiar van a eliminar a la inventada masa enemiga. Franco “conmutaba” penas de muerte para reforzar el terror: si algunos son “conmutados” por voluntad, cualquier persona puede ser fusilada por voluntad. El terror.

El Movimiento crea chivos expiatorios, con lo que algún historiador deduce órdenes “de no hacer prisioneros”. No es exacto. Simplemente, así como los judíos y campesinos eslavos para Hitler eran razas a punto de desaparecer, el movimiento inventa “gen rojo”, muertos en vida. Los maquis eran señalados que escaparon al monte para no ser masacrados pero eso solo acentuó las órdenes de matar a familiares, amigos y vecinos amistosos. En un Estado terrorista un policía te mata si quiere o “se enfada” y nunca es culpa suya. A asesinando en masa era un modo de demostrar lo que es el pueblo para el Estado. El mediador británico Robert Hodgson apuntó desesperado “Franco ha decidido de antemano no canjear prisioneros”. Hay una escena que retrata España más que mil teorías. En un traslado calculado a campos de concentración, como los nazis, Juana Doña una “moribunda” es trasladada en un tren de la muerte:

– “El tren estaba largas horas parado (…) otro niño había muerto en el vagón. Dos guardias civiles asomaron la cabeza; el olor pesado y pestilente de cadáveres les había echado para atrás. Con la nariz tapada preguntaron – ¿Qué lleváis ahí? Apesta – Niños muertos y mierda, contestó una mujer. – Entonces Los guardias civiles de la sociedad totalitaria sentencian:
-!Qué carroña!(4)

Esto es el pueblo para la sociedad: animales muertos, pasto de los buitres porque no llegan a la categoría de animal doméstico. España esperaba locamente la victoria de Hitler para seguir exterminando estilo Vallejo-Nájera. Navarra entera, un campo nazi: llegan los guardias civiles con las listas de una aldea cualquiera y llaman a las cuadrillas falangistas para ir a matar de entrada a 25 campesinos en medio de sus labores (5). Luego concentran a las masas con rituales para luego exigir “brazaletes blancos” a los señalados. Con estos, el populacho sabe que se trata de muertos en vida a quienes se puede apalear, robar o usar de esclavos a gusto. Esclavos sin comida. Entregar la “carroña” al populacho crea complicidad, meta del Estado.

España manejó perfectamente la alianza de sociedad-populacho. Aquí la alianza populacho y sociedad es la más fuerte de Europa. Otra causa de su éxito. En Francia, donde el populacho era escaso, la sociedad llamó a Hitler; en Italia era más copioso, pero nunca en las proporciones españolas. La raza inferior del pueblo es “carroña” en masa pero se les culpa invariablemente de las torturas y muerte como los inquisidores a sus víctimas.

El tópico de “derechas” contra “izquierdas” o de clase económica, inexacto. Como en Europa, los nazis de la inquisición española eran esa alianza de desertores del pueblo pobre y sociedad acomodada y sus víctimas una mezcla de jornaleros, artistas, partidos liberales, socialistas, sindicatos anarquistas… y conservadores republicanos. Lo que prometía el Movimiento era pertenecer a una nueva clase superior de funcionarios divinizados, es decir, la famosa raza de señores de las SS. En 1940, un caso entre miles, un hombre con cierto dinero pero apolítico, se puso enfermo. Pagó una gran cantidad por una operación mal hecha y murió. En el nazismo solo los seguros médicos de miembros del Estado tienen garantías. Arendt observó cómo el totalitarismo ofreció, ante las tensiones de clase, una “respuesta”, la mentira de la Volksgemeinschaft, “based on complicity in crime and ruled by a buraucracy of gangsters” (5) En lugar de matarse entre ellos, furibundos narcisistas, se “aman” pateando a una víctima en común.

¿Los principios del Estado? Uno, la sociedad divinizada. Quien no se adhiera a la gran hidra va contra la sociedad. ¿Religión? En la divinización de la sociedad las normas y el genocidio van de la mano. En Navarra, un cura humano fue asesinado por el Movimiento al mencionar el “no matarás” en su sermón mientras que otro bendecía las sádicas matanzas de campesinos en el cementerio pero ordenaba que no lo hicieran en un determinado lugar del cementerio por no ser “canónico”. Matar está muy bien pero “de buenas maneras”. En España usaban cruces pero los fascistas de Croacia también y a nadie se le ocurre llamarles “defensores de la religión”. Eran nazis y punto.

Dos, el terror. Las matanzas, campos y linchamientos públicos. En España más de 300 campos, Mussolini solo uno. El terror no es solo para “amedrentar” izquierdas. El mensaje es que el Estado te puede matar cuando quiera. Eres “carroña”. Murió más gente “incorrecta” tras la “guerra” y probablemente más de hambre que en el frente. Si se sigue el principio totalitario, las víctimas de la corte son “animales ignorantes que nunca existieron” no merecen ni ser “desaparecidos” como pretendía Baltasar Garzón. El cuerpo de funcionarios de sociedad burocratizada usará las armas de su impunidad ante la “raza inferior bruta desaparecida”.

Tres, robo y acoso al pueblo. Desde 1939 los abogados del Estado (6), hoy florecientes ministros y peces gordos, se dedicaron meticulosamente, a robar tierras, bienes, posesiones. La lista arbitraria de confiscaciones, 60000 al menos. Robar al pueblo es la especialidad de la raza superior del Estado Nuevo desde los 60. Tras el robo sistemático está el elemento nazi: si el pueblo es carroña ,¿cómo van a detener a un funcionario si agrede a un anónimo carroña? Cuatro, la inquisición. O sea, se lincha a la víctima del pueblo cargándole la culpa con falsificaciones continuas. Y tres, el populacho que ríe al ver a los pobres “descender” a la categoría de humillados. Spain.

Hay escándalos, “casos” de bandas de funcionarios investigados en España. Sin embargo, eso solo sucede si se perjudica a la caja de la sociedad, jamás pagará un funcionario del Estado Nuevo por algo cometido en la persona de uno del pueblo. ¿Cómo un ser superior puede ofender a la “carroña”? En abril 2023, observo un programa de tv. Un reportaje, bajo el título “esta casa es una ruina”. Una pareja abatida: les han estafado comprando en una “barriada” una casa que deben derruir por estar en terreno peligroso. Les cuesta 50 mil euros demolerla. Es imposible que un burócrata controlador no lo supiera y no estuviera implicado. Pero en la tv era como si los estafados hubieran comprado la casa a los pájaros. No han sido estafados por nadie. Claro que si son” brutos e ignorantes” se les estafa. Además, se les da la culpa “usted ocupa una construcción ilegal” etc. Por último, la bromita del título es un guiño al populacho para que se ría de las humillaciones a sus vecinos.

España destacaba ya en el s. XVIII no por la pobreza impuesta al pueblo desde la pervertida corte, algo común a otros países, sino por la increíble destrucción de toda sombra de justicia como notó Joseph Townsend (7) quien también alabó al campesino andaluz, “the peasants of no country ara more patients of heat and hunger”, frente a la calumnia de “vagos” divulgada en Europa por parte de los sádicos cortesanos. España era una corte muy depredadora, solo interesada en sacarle los ojos al pueblo, sea en España o Marruecos, al que dispararon a los ojos al no ser rentables. Por ejemplo, se puede leer que “en la ribera navarra los jornaleros pasaron una época agonizante en los años 30” o sea, no servían ya a la sociedad, así que empezó el terror en masa en 1936, con 25 mil “desaparecidos” en la región.

Otra mentira: el mito de “el franquismo fue un regreso a la Edad Media”. Mientras en toda Europa el poder totalitario burocrático genocida, ¿era España diferente? No. El Estado de Franco – y no el “Régimen”, otro eufemismo- se basa en un cáncer incurable de burocracia divina que no deja ni un palmo sin controlar. Lo contrario de la Edad Media. Antes del Alzamiento, la sociedad solo quería explotar Marruecos y sus minas, donde Francisco Franco, especialista en sádicas decapitaciones de nativos y ejecuciones de soldados propios por errores nimios, fue elevado a “genio militar” antes que a patrón del populacho. Sin embargo, enfrentarse a tribus de hambrientos nativos no es prueba de gran coraje militar.

El general Despujols propuso asesinar civiles con bombas tóxicas en mercados de “moros”, prohibidas incluso por los alemanes en la Primera Guerra Mundial. En 1922 el rey Alfonso XIII con un médico luego fascista, el famoso Marañón, fueron a “visitar” Las Hurdes, un pueblo empobrecido por la explotación. Exhibición de narcisismo. El pueblo es un montón de animales sucios “brutos e ignorantes” que habitan en unas simas a las que se “digna” a bajar un ser superior. Parece lógico que la sociedad concentracionaria olvide a un pueblo definido exactamente como los nazis al pueblo campesino del Este, con la Wehrmacht planificando la guerra del Este como plan de eliminar, “war of annihilation” (8). Si son “desafectos” o animales no pasa nada si se les mata. El odio a ser “garbancero” ha llevado al éxito al fascismo. Vizcaíno Casas no solo defendía a los nazis en “Viva Franco” sino que seduce al populacho a quien pide adhesión para no parecer pobres de “la España mísera, garbancera, agraria de 1936 la vimos trasformada en la España rica…” (9)

El mensaje es ¿qué importan unos centenares de miles de “garbanceros” si tú quieres ser un narcisista “nuestro”, de buenos modales y estatus? Obvio, el hambre lo provocó el Estado como calculada política continuista de complicidad. Si en 1936 era echar por el balcón a un torturado señalado ante los aullidos del populacho, en 1946 o 1950 era matar de hambre a niños del pueblo con la política de inflación artificial. Carlos Azcoytia señaló que el pueblo en 1945 recibía menos comida que un preso en el campo de concentración alemán (10). Detrás de los 200 mil muertos de hambre cayendo en las calles de Andalucía o Extremadura entre 1939 y 1952 ante la mirada de todos para probar al pueblo y convertirlo en cómplice, está principio del Estado nazi de pueblo superfluo. Arendt señala que el campo de concentración es la, “institución principal del totalitarismo” y en España el genio inquisitorial ideó crear un campo abierto utilizando el terror para lograr el crimen perfecto: si las víctimas aceptan ser animales forzados a colaborar, ya no hay ni testigos. En un pueblo de Navarra, tiraron al río a un hombre. El maestro, viendo al hombre solo herido, obligó a los niños a echarle piedras desde arriba (11). Complicidad a toda costa.

Quien no sea parte del Estado Nuevo que lo controla todo, es un muerto en vida como lo eran antes los “desafectos”. La observación sagaz de Carlos Azcoitia de que España era un inmenso campo de concentración con el arma de terror del hambre es consecuencia de aplicar este principio· del Movimiento. Los niños muriendo en las en las colas del infernal Auxilio Social no son más que el resultado de planificar un mundo de torturados exhibiendo su dolor insoportable, humillados en fotografías para causarles más impotencia, objeto de mofa, el pueblo, frente a la raza superior de los funcionarios del Estado que organizaron este infierno.

En España se echaban al mar alimentos mientras la gente caía muerta si no pertenecían a hermandades fascistas. Los testigos extranjeros no paran de ver horrorizados a la gente inocente morir. Un militar británico señaló que uno de cuatro españoles se muere literalmente de hambre (12). Las intenciones de la inflación y estraperlo se ven claras. Los niños solo podían salvarse pidiendo un pedazo de pan. Entonces, sus verdugos del Estado decidieron acusarles de nuevo de “brutos” prohibiendo la mendicidad con el resultado de muerte que no es necesario comentar. Antes de morir con los estómagos inflados en plena calle de sus pueblos milenarios los niños del pueblo español fueron rematados prohibiéndoles pedir limosna porque los cortesanos querían “evitar molestias y la mala imagen de la ciudad”) (13).

El talismán del Movimiento, el Caudillo, simboliza la alianza populacho y sociedad. Al ser preguntado por el hambre, el dios de la sociedad dijo “no irán tan mal las cosas, si a mí me ofrecen banquetes donde voy y veo caras de felicidad”. Psicópata narcisista de manual: los millones de muertos que provocan son la garantía de que los ven como a un dios. Un amigo e informante, Antonio Marín de Aroche (Huelva), me contaba las condiciones del campo en 1962 y 63… Miles de trabajadores acudían a unos enormes arrozales cerca de Sevilla. El más “productivo” para la corte. Como en un campo de concentración “familias enteras estaban en barracones, treinta en cada uno”. Sin camas ni retretes, sufrían atracos continuos de delincuentes “auténtica aristocracia en los campos de concentración” (14). Antonio y un amigo auxiliaron a “un hombre echado al canal que no sabía nadar” por rateros y a una mujer asaltada por dos cuatreros “uno la tiró al suelo, otro le robó el bolso”. ¿Policía? La Guardia Civil en tareas de apalear a algún trabajador para que supieran que tomar “una tapa en una barraca al acabar la tarea” costaba caro. Asaltar a un trabajador, no.

Desde 1975 se inventa que las elecciones son un una “victoria democrática”. Falso, desde 1939 era obligatorio votar a los miembros del Estado so pena de morir de hambre: “En 1951 con motivo de las elecciones municipales por prensa y radio se anunció que el que no participase en la votación no le sería renovada la cartilla de racionamiento”. La complicidad a toda costa y usando el terror con todas las formas. No ocultaban las colas el horror, la impotencia de morir de hambre a los 5 años en la calle como “carroña” y lo hacían sabiendo que el terror del hambre llevaría a más habitantes a ingresar como cuervos, criados, serviles adheridos a la raza estatal, único modo de evitar pertenecer a la raza inferior moribunda. La clave de España es la desaparición del pueblo nacida de la “solución totalitaria” moderna, la no intervención aliada, la alianza continua de sociedad concentracionaria con el populacho que mataría a su hermano para no parecer pobre. Y la calumnia al pueblo agredido.

Notas:
1.- “Siempre que se organizaba una patrulla de la muerte estaba presente un militar”, Moreno Gómez, La gran acción represiva de Franco que se quiere ocultar, Hispania Nova, 2015
2.- “They pretend they are God,masters of, and no subjects to reality” Jeremy Sherman, How to humiliate an absolute narcissist, Psychology today, 24 febrer, 2029
3.- Javier Bandrés, Rafael Llavona,  psicothema, 1996.
4.- Citado en Mirta Núñez, El dolor como terapia, revista Ayer, 2005
5.- Hannah Arendt, Approaches to the German problem. Partisan Review, 1945.
6.- “Fue importante el papel en este prodecidimento de incautación por parte de magistrados y abogados del Estado” Ana María Rubia Osorio. El primer franquismo en Marbella, 2015.
7.- Joseph Townsend, A journey through Spain in the years 1786 and 1787. (1791)
8.- Geoffrey Megargee, War of Annihilation: Combat and Genocide on the eastern front.(2007)
9.- Fernando Vizcaíno Casas, Viva Franco, (1980)
10.- Carlos Azcoyitia, Historia del hambre en España tras la guerra civil, Historiacocina.
11.- Navarra 1936, de la esperanza al terror. (1986)
12.- Manuel del Arco Blanco, El secreto del consenso en el Régimen franquista: cultura de la victoria, represión y hambre. Ayer, 2009
13.- Damián González y Manuel Ortriz, Dictadura de la miseria. Ayer, 2017.

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