La galga de Bukowski
Se dice que las esposas de Charles Buwoski, Bárbara, Linda Lee, y su amante Frances lo único que le recriminaban mucho era que, insolente, ventoseaba como un Burro, como queriendo castigarlas por culpas muy graves o lo mismo.
El cuento es que he asistido con unos amigos de San Francisco, California, a una función de Poesía, Música y Narración, con título “Rasgada Noche Loca a Pasos”, en el teatro de Poetas “Luces de Ciudad” donde un actor “el Hijo de Satanás”, va a pedir prestada una galga para cazar una liebre muy grande que ha visto, como un elefante.
– Achica, compadre, le dice una actriz mozota. Y escucha, prosigue, que voy a recitar:
Muerte de un Idiota”.
Saltando en aposentos, y diciéndose para sí, en voz alta: “No hay peor cuña que la del mismo palo; donde no valen cuñas aprovechan uñas”, el actor se encuentra con el dueño de la galga, y le dice: