La iglesia no solo inmatricula monumentos, sino que impone «su» historia
Por Agencia Mp3*
Tras seis años sin realizar el examen de acceso —la última vez fue en 2017―, finalmente el Cabildo comunicó el 3 de mayo que por fin convocaba el examen, justo un mes después, ampliando el temario ―de un solo libro a seis―. “La convocatoria se hizo en pleno mes de mayo, coincidiendo con las Cruces de mayo, uno de los momentos de mayor afluencia turística en la ciudad, lo que nos dejaba muy poco tiempo para prepararlo”, explica uno de los denunciantes
Un grupo de informadores turísticos ha denunciado ante la Consejería de Turismo graves anomalías en la última prueba selectiva
La mezquita-catedral de Córdoba, cuya titularidad ostenta la Iglesia católica (Gracias a la trampa-robo de las inmatriculaciones), es el único monumento inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz que exige de manera unilateral a los guías turísticos una acreditación específica expedida por el propio Obispado.
“La Iglesia católica mantiene desde hace años un privilegio para implantar su control ideológico sobre los informadores turísticos de la Mezquita Catedral de Córdoba a través de un examen especial que no se pide en ningún otro monumento inscrito en el Catálogo general del Patrimonio Histórico Andaluz”, ha denunciado a través de una nota de prensa la Plataforma Mezquita Catedral, Patrimonio de Todxs, que reclama “poner fin a este privilegio incompatible con la propia ley andaluza”. El colectivo ha enviado un escrito a la Junta de Andalucía reclamando la supresión de cualquier prueba selectiva o interferencia de la Iglesia católica en la labor de los guías oficiales.
“El Obispado de Córdoba mantiene un férreo control ideológico desde hace décadas sobre los guías de turismo favoreciendo el dominio de un relato sesgado y manipulador sobre la historia de un monumento, del que se empeñan en borrar su identidad andalusí e islámica, tal como denunció un centenar de expertos de 36 universidades y 10 países en un manifiesto hecho público en noviembre de 2015. Durante años, la Iglesia prohibió a los guías y a los vigilantes nombrar la palabra Mezquita para referirse al monumento, que solo podían llamarla Catedral. Ahora, el Cabildo Catedralicio los examina con una prueba que prioriza los contenidos católicos frente a los andalusíes”
Primero inmatriculaciones, después control sobre los rendimientos económicos de los bienes inmatriculados, luego control ideológico sobre la historia de esos bienes… ¿Cabe aún algo más?
– El santo robo del patrimonio público: Inmatriculaciones
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