La indignación no es suficiente
El 15 de Mayo pasado nos echamos a la calle con indignación. Un año después, esta claro que este noble sentimiento ya no es suficiente.
Las cosas han cambiado para peor. Los políticos de los partidos mayoritarios nos llevan con indolencia a la ruina y desastre. El sistema se agota y la “casta política” solo pueden ofrecer al pueblo más paro, más dolor y más recortes de derechos sociales.
Este es el dramático resultado de un bi-partidismo que ha entregado la soberanía a intereses extranjeros, a la Banca Internacional, a los mercados Financieros y a los burócratas de la Unión Europea.
Nuestros supuestos representantes ya no gobiernan, sus decisiones están dictadas por los mercados financieros y la Europa del capital.
Al entregar nuestra soberanía económica han perdido toda legitimidad. Ya no nos representan, porque, con sus actos, han roto el pacto social y por lo tanto han deslegitimado la Constitución de 1978.
Hay una solución a la crisis
Claro que sí. Hay solución a esta crisis- estafa y está solución está en nuestras manos.
Formamos parte de ese 99% al que empobrecen los poderosos y la clase política que les sirve.
Somos la gran mayoría que no aceptamos el espectáculo de una casta política que se somete sin chistar a la violación de nuestra soberanía económica, cargando todo el peso de la crisis en el pueblo.
Es hora de exigir que se vayan todos. Es hora de pensar en un nueva Constitución que blinde los derechos sociales de los ciudadanos.
¿Como hacerlo democráticamente?
Hay que ejercer el poder que nos otorga el Art. 1.2de la actual Constitución que reconoce que la soberanía reside en el pueblo y no en los partidos políticos de turno.
La tarea, aparentemente, es simple pero será larga y requiere esfuerzo y organización. Hemos tomado la decisión. Vamos a ejercer la soberanía popular para que nunca más los poderes económicos se impongan sobre los intereses del pueblo.
El camino recorrido desde el 15M nos ha enseñado que debemos auto-organizarnos, sin esperar a que nadie nos dé los planos de cómo construir nuestra propia casa.
Nuestra hoja de ruta
Ha llegado el momento de abrir un proceso democrático constituyente desde abajo y con los de abajo.
El primer paso será la participación en la organización de las Asambleas de Ciudadanos Constituyentes para promover la discusión de una Nueva Constitución.
La segunda etapa llegará cuando tengamos la fuerza suficiente para exigir el cambio de fondo llamando a una Asamblea Constituyente Estatal.
Cada paso deberá ser escrupulosamente democrático. Al igual que en el caso de Islandia la Asamblea Constituyente deberá recoger la discusión hecha por las bases, redactar una nueva Constitución y someterlo a un Referéndum de todo el pueblo.
Constituir significa crear. Y en Constituyentes nadie sobra Todos somos necesarios.
Ven a pensar, proponer imaginar y crear futuro.
¡Súmate ahora!