La metralla del 11-M
Por Eulogio Paz Fernández*
1º. Metralla en espacios cerrados
En todos los estudios se constata que las lesiones por metralla predominan en explosiones al aire libre, no en espacios cerrados como vagones de tren. Por ejemplo, Mass Casualty Terrorist Bombings: A Comparison of Outcomes by Bombing Type, de los doctores Arnold, Halpern, Tsai y Smithline, estudia 29 ataques terroristas con bomba, 8.364 víctimas, de las que 903 fueron muertes inmediatas y en sus conclusiones señalan lo siguiente:
“En las explosiones producidas en espacios cerrados, existe una incidencia superior de neumotórax, lesión pulmonar por explosión, ruptura de la membrana timpánica, así como quemaduras y lesiones hepáticas o del bazo. En las explosiones en lugares abiertos, la lesión predominante son las lesiones en los tejidos blandos causadas por la metralla”.
Es lo mismo que escribe Eulogio Paz, por puro sentido común, en su artículo El 11-M y los “restos de metralla”.
2º. La metralla se busca en heridos
En los cadáveres analizados en Ifema no tenía sentido buscar metralla, ni siquiera una causa de la muerte; lo que se exigía con toda urgencia era identificar a aquellas personas. La metralla se buscó, para extraerla, en los heridos, arrojando un porcentaje del 38%. Esta obviedad es parecida a cuando se empeñaron en buscar “causa de la muerte” para los terroristas suicidas de Leganés. Se llegó a leer a algún desquiciado pidiendo que midieran la temperatura de los hígados, tras una explosión a 3.000ºC, para demostrar que ya estaban muertos antes y que los llevaran allí en el carrito del helado para pelanas congelados. De hecho, así lo declaró la propia Carmen Baladía (6-7-2004):
“…para el médico-forense el objetivo primordial, irrenunciable, es la identificación de los cadáveres. (…) Los médicos-forenses sabemos que si se falla en ese proceso, las consecuencias van a ser casi irreparables. (…) A mí me preocupaba muchísimo la identificación. Vuelvo a repetir que para todos los forenses la identificación de los cadáveres es algo fundamental (…) la identificación, que, como he dicho al principio, es el fin primordial en una situación de estas características…”
Para verlo contamos, por ejemplo, con la experiencia asistencial del 11-M en el Hospital Gregorio Marañón. J. Navia, E. García de Lucas, J. E. Guerrero, L. Fernández-Quero. Departamento de Anestesia, Reanimación y Cuidados Intensivos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid:
Lesiones más frecuentes
Las lesiones que presentaban los heridos, con sus porcentajes sobre el total de pacientes atendidos hasta las 14 horas, están representadas en las tablas II y III, todas ellas fáciles de entender por el efecto mecánico y térmico de la onda expansiva de la explosión que provocaron lesiones primarias. Las debidas a la proyección de esquirlas y metralla (acribillamiento) y las más importantes secundarias a la onda expansiva, tanto a nivel general como a nivel pulmonar con producción de hemorragias intraalveolares, hipoxemia, enfisema, neumotórax y cortocircuitos alveolocapilares.
Lesiones más relevantes atendidas del 11-M (Gregorio Marañón):
Quemaduras de primer y segundo grado 45 (20%)
Fracturas (diversas localizaciones) 44 (20%)
Heridas difusas por metralla 89 (38%)
Traumatismos craneales 29 (12%)
Lesiones por onda expansiva 97 (42%)
Rotura de tímpanos 99 (42%)
Daños de vísceras abdominales 12 (5%)
Lesiones encontradas en 243 pacientes evaluados entre los 312 atendidos en el HGUGM de Madrid el 11-M: 270.
Peral J, Turégano F, Sanz M et al. Crit. Care Med. 2005; 33:S107-12.
Lesiones pacientes evaluados pacientes críticos
Total (n = 243) (n = 27)
Metralla (partes blandas): 89 (36%) 23 (85%)
Metralla en Cabeza-cuello 53 (21%)
Metralla en Tronco 11 (4%)
Metralla en Extremidades 25 (10%)
Entre los testimonios, innumerables, está el del primer médico que llegó a la masacre islamista, que publicó El Mundo, el doctor Carlos Blanco:
Transeúntes manchados de metralla: “…cientos peregrinando por las vías con la cara llena de metralla (…) yo seguía muy aturdido porque no oía nada por el oído derecho y algo pero muy poco por el izquierdo, me dolía la cabeza y una mano la tenía hinchada llena de metralla, al respirar me dolía el pecho (…) todavía tengo algo de metralla en el brazo y en la cabeza y dolores de cabeza por el golpe del techo. (…) Afortunadamente, muchos de los heridos sólo tenían heridas en las partes blandas, debidas a la metralla”.
…Y los de las propias víctimas, como José Luis Sánchez, de la AVT, que acudió a Ifema en busca de su mujer pues no aparecía en las listas de heridos:
“Me acerqué a ella y le quité un clavo incrustado que tenía en la cara. ¿A mí me van a decir los de la teoría de la conspiración que no había metralla en los trenes?”.
O el militar Javier Gismero, en la concentración de la AVT el 10 de junio de 2006:
“Mi nombre es Javier Gismero y soy una de las más de las 1.500 víctimas que resultaron heridas en los atentados del 11 de Marzo de 2004. El atentado, además de un 80% de sordera y de haber sembrado todo mi cuerpo con pedazos de metralla, además de truncar mi carrera profesional como militar, además de todo eso, me ha dejado otras cicatrices. Cicatrices aún hoy abiertas y que difícilmente curarán”.
Por último, los propios heridos por metralla que constan en la sentencia, demuestran que igual que hace cuatro años, Carmen Baladía miente y Luis del Pino, como siempre, también.
En definitiva, tal y como consta en el Auto de procesamiento, página 120: Informe pericial sobre material susceptible de ser empleado como metralla en los atentados del 11 de marzo de 2004 de la Unidad Central de desactivación de explosivos y NRBQ, 7 de diciembre de 2005, se encontraron hasta 14 elementos distintos entre “clavos y tornillos de diferentes tipos y tamaños, que formaban parte de los artefactos con la función de metralla”, y que fueron “recuperados en las proximidades de los puntos donde se produjeron las explosiones”. Dos páginas después explica que se hallaron “en cada uno de los focos” y que son idénticos a los encontrados en la mochila de Vallecas o mochila 13.
PD. A los del negocio conspiranoico estas cosas podrán parecer jueguecitos sin consecuencias, pero no es así. Sus delirios incitan a otros, incluyendo gran cantidad de enfermos mentales que pululan por la red dando lecciones de inmoralidad. Algunos de sus discípulos llegan al extremo de publicar en blogs la peor pornografía conspiranoica, buscando subir las visitas a sus páginas mediante fotos de cuerpos desmembrados. Ejemplos recientes son los blogs Verdadera izquierda y En estado de guerra, aireando fotos que nunca sacarían si esos cuerpos destrozados fueran de sus padres, de una hija o un hermano. El Mundo y Libertad Digital son responsables, autores intelectuales de la indignidad con las víctimas directas, principales avalistas de la injusticia con el resto de españoles.
* Padre de Daniel Paz Manjón, asesinado a la edad de 20 años por terroristas islamistas el 11 de marzo de 2004 en un vagón del tren de cercanías en la estación de El Pozo de Madrid. Autor de “11-M Cartas al director” y “11-M Palabras para Daniel y cartas al director”. Ambos libros se pueden descargar gratuitamente en múltiples direcciones de internet, entre las que están:
11-M Palabras para Daniel y cartas al director.
11-M Cartas al director.
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