La toma de Elgeta por las FAS
Elgeta es una pequeña aldea rural gipuzkoana del Alto Deba, con poco más de mil habitantes. El pasado día 24 sus vecinos recordaban el 75 aniversario de su bombardeo, simultáneo al de Gernika, y la consiguiente ocupación militar del pueblo. El texto de la convocatoria municipal se explica con suficiente claridad: “la toma de Elgeta por las tropas fascistas, que fusilaron tanto a milicianos como a civiles y violaron a jóvenes y mujeres (…)”.
Pero hubo un pasmo. Por una curiosa coincidencia, ese mismo día 24, el ejército español aprovechó para hacer maniobras militares en Elgeta. La alarma de los vecinos no fue poca y la Memoria Histórica se sobresaltó. Tras atravesar el túnel de 75 años, resulta que el tiempo se había detenido en aquel aciago 1937 de marras.
La pregunta de rigor es ¿qué está pasando entre bastidores y en Madrid? El alcalde de Elgeta, Oxel Erostarbe (Aralar) ha presentado una queja oficial y ha expresado la inquietud de los ciudadanos, que se han visto afrentados de nuevo por las mismas Fuerzas Armadas que lo perpetraron tres cuartos de siglo antes, tras vencer la resistencia de la legalidad republicana.
¿Acaso estamos gobernados por un gobierno civil con autonomía o realmente los que mueven los hilos de nuestro destino son los poderes tácticos vigilante, en concreto el glorioso ejército nacional español, dimanante del que venció en la Cruzada del 36?
Ocurre que, en el Estado español, nadie se fía en el fondo de nadie; todo son fangos y arenas movedizas en política; estamos rodeados de simbolismos siniestros. El 75 Aniversario ha coincidido con el hecho de que el gobierno de Rajoy se ha sacudido la modorra política y ha emprendido acciones para desbloquear el espinoso y estratégico asunto del País Vasco; la situación que se ha derivado tras el alto el fuego de ETA. Manera de explorar soluciones para los presos y alcanzar una pacificación definitiva en Euskadi. La Asociación de Víctimas del Terrorismo y afines ya han puesto el grito en el cielo. Esto era de esperar, es lo normal. Pero no lo otro
La «provocación» del Ejército en Elgeta 75 años después