Las víctimas incómodas
Mesa de Catalunya*. LQ. Septiembre 2020
Hace años constatamos que incluso dentro de este mundo que se denomina de recuperación de la memoria, había unas víctimas de las que no se hablaba y a las que no se reivindicaba porque no resultaban políticamente correctas debido a sus militancias
Hace más de once años que nuestra Mesa de Catalunya comenzó su camino de verdad, justicia y reparación y lo hizo con la firme determinación de defender los derechos de todas las víctimas del franquismo y la transición, sin discriminarlas en función de sus militancias políticas, sin clasificarlas en categorías en las que unas fuesen más que otras, sin distinciones y sin juzgar sus luchas. El espíritu transversal antifascista de nuestra Mesa ha sido una exigencia durante estos años de reivindicación en las plazas de Cataluña. Víctimas, familiares y entidades, más allá de sus ideas han pedido justicia juntas, sujetando la misma pancarta y con la determinación de no olvidar jamás tanto dolor y tanto sufrimiento.
Desde el primer minuto hemos huido de barricadas y trincheras monocolor, porque no somos un partido ni nos debemos a ninguno de ellos. Hemos sido plurales como síntoma de fortaleza y no combatimos bajo una única bandera, pues tenemos muchas, tantas como víctimas representadas en estos estandartes tan llenos de significado para ellas, hasta el punto de sacrificarlo todo con sus colores en el corazón. Estas banderas nos acompañan en nuestras concentraciones y para nosotros constituyen una sola, que nos anima a seguir batallando por sus memorias pisoteadas.
Hace años constatamos que incluso dentro de este mundo que se denomina de recuperación de la memoria, había unas víctimas de las que no se hablaba y a las que no se reivindicaba porque no resultaban políticamente correctas debido a sus militancias. Tampoco se hablaba mucho de la represión sufrida por las mujeres o por los colectivos LGTBI, aunque en este caso era debido a que se consideraba que eran irrelevantes y porque el olvido, que se lo traga todo, es más voraz con las invisibles que no escriben la historia. Nosotros siempre las tuvimos presentes y no porque seamos mejores, sino porque nuestro carácter inclusivo hizo posible que se sumaran a nuestras exigencias públicas de justicia, personas y entidades que nos ayudaron a tener una perspectiva más global del horror del fascismo en la dictadura y la transición. Nos enseñaron que había muchas más víctimas de las que creíamos y nos mostraron todo el gran abanico de terror represivo que habían sufrido tanto dentro como fuera del Estado español.
Por eso, este mes dedicamos nuestra concentración a todas las víctimas antifascistas incómodas, aquellas que sufrieron persecución, detenciones, torturas, prisión, muerte y exilio por luchar contra la dictadura con todos los instrumentos que tenían a su alcance
Muchas de estas víctimas ahora son ya conocidas, reconocidas y reivindicadas con normalidad aunque quede camino por recorrer, pero quedan colectivos de víctimas que continúan sufriendo discriminación, fruto del desconocimiento y la estigmatización, como los guerrilleros antifranquistas que no quisieron rendirse y fueron tildados de delincuentes tras haber sido asesinados en cacerías organizadas por la Guardia Civil, que muchas veces se fotografiaba con sus piezas humanas sin vida. Pero aún hay víctimas más incómodas y marginadas como las que reivindicamos este septiembre, como es el caso de los fusilados el 27 de septiembre de 1975, Xosé Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez Bravo Solla y Ramón García Sanz, militantes del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) y de Jon Paredes Manot y Angel Otaegi Etxeberria, militantes de ETA (Euskadi ta Askatasuna). Los últimos en morir ante un pelotón de fusilamiento, pero no los últimos muertos del franquismo, porque éste sobrevivió al dictador Franco y continuó matando.
Una muestra es el caso de Gustau Adolf Muñoz de Bustillo Gallego, asesinado el 11 de septiembre de 1978, por la espalda, por una bala de la Policía Nacional en el transcurso de una manifestación, cuando solo tenía 16 años y soñaba con cambiar el mundo desde su militancia en el PCE (internacional). Una víctima incómoda porque pone en cuestión la sagrada transición. Y no queremos olvidar el caso de Cipriano Martos Jiménez, militante del PCE (m-l) y del FRAP, que murió después de agonizar durante tres semanas, quemado por dentro tras haber sido torturado salvajemente en el cuartel de la Guardia Civil de Reus, donde le hicieron beber el contenido de un cóctel Molotov. Continuamos trabajando por sus memorias y sus derechos como deuda y como deber, porque más allá de las siglas bajo las que sufrieron represión y muerte, son, tristemente, víctimas del franquismo y la transición. Nosotros no podemos caer en la trampa de la autocensura contribuyendo a compartimentarlas en categorías de más y menos dignas, pues todas son víctimas de crímenes de Estado por acción, colaboración u omisión –crímenes catalogados como imprescriptibles–, y todas tienen derechos por los que debemos velar.
Por eso, este mes dedicamos nuestra concentración a todas las víctimas antifascistas incómodas, aquellas que sufrieron persecución, detenciones, torturas, prisión, muerte y exilio por luchar contra la dictadura con todos los instrumentos que tenían a su alcance. Desde los guerrilleros de las sierras o de las ciudades, a los grupos armados que plantaron cara al franquismo bajo diferentes siglas comunistas, anarquistas e independentistas, o los partidos, sindicatos y entidades que no agacharon la cabeza ante la transición monárquica de la ley del embudo y reivindicaron la ruptura democrática que nos debíamos. Por todas estas víctimas continuaremos trabajando, para que sean reconocidas como tales, porque es nuestra tarea como Mesa defensora de los derechos humanos. Y porque con este presente de represión y leyes mordaza, donde mañana te puede tocar a ti que sean vulnerados tus derechos, tenemos la obligación de no desfallecer en nuestro trabajo por un futuro en el que la democracia y el fascismo no convivan con total normalidad como pasa ahora, porque a esto se le llama mentira institucional, injusticia del reino y cargarse el estado de derecho.
No queremos acabar sin dirigirnos a la señora Calvo, que ha salido tan ufana en los medios para presumir del anteproyecto de Ley de Memoria Democrática aprobada por el Consejo de Ministros como si fuera una ley ya aprobada por el Congreso de los Diputados, refrendada por el Senado y dotada de presupuesto. Aún queda mucho camino. Queremos decirle a la Vicepresidenta, que los Consejos de Guerra de Jon Paredes Manot “Txiki”, fusilado en Collserola cuando tenía 21 años y el del President Lluís Companys i Jover, el único presidente de Europa asesinado por los fascistas, ya fueron anulados por ley por el Parlament de Catalunya en 2017 y por unanimidad, un día que víctimas, familiares y entidades no olvidaremos nunca por la emoción de la aprobación de una ley de reparación jurídica tan reivindicada. Y no olvidamos tampoco que fue posible gracias al gran trabajo de nuestro compañero Pep Cruanyes. También le queremos hacer saber que la creación de una nueva fiscalía para investigar los crímenes del franquismo y la transición, que no para poder juzgarlos, es una broma de mal gusto, ya que usted declaró que la ley de Amnistía de 1977 era el pilar de nuestra democracia y que era intocable y punto. Y podríamos decir muchas más cosas, pero acabaremos denunciando que no se puede poner como día de homenaje a las víctimas del franquismo el mismo día que se aprueba la Constitución monárquica por las Cortes, porque estas víctimas eran republicanas o anarquistas, no tenían rey y además eran antifascistas y no pueden verse representadas por un día donde el atado y bien atado acabó de atarse, el 31 de octubre de 1978. Esperemos que el texto definitivo que llegue a ser aprobado y publicado en el BOE, responda a todas las demandas de las entidades de memoria y derechos humanos que luchamos por las víctimas del franquismo y la transición. No queremos otra 52/2007.
La Mesa de Catalunya d’Entitats Memorialistes continuará siendo constructivamente incómoda.
Traducción al castellano para LoQueSomos por Leticia Palacios
Nota original: CENT DINOVENA CONCENTRACIÓ VERITAT, JUSTÍCIA I REPARACIÓ. LES VÍCTIMES INCÒMODES
* Mesa de Catalunya d’Entitats Memorialistes
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