Los genocidios minerales
Digamos que no es nada original, pero sí es fenómeno persistente a través del tiempo y de las fronteras. Nos referimos al colonialismo. El sistema desarrollista, aún hundido en una crisis profunda como la actual, necesita materias primas para que las acciones del capital coticen en Bolsa. Necesita seguir quemando humanismo para que la máquina siga girando. Para que todo continúe marchando, aunque se sepa bien adónde, por qué y para qué; pero sí a favor de quiénes.
Como por casualidad, hoy igual que ayer, las guerras más inhumanas tienen una relación directa con los negocios empresariales. Petróleo equivale a decir Iraq. Congo es decir el coltán de la telefonía móvil: los ciudadanos tenemos necesidad irreprimible de hablar por el celular; los dedos de los ricos precisan de diamantes…Malí quiere decir fastuosos yacimientos de uranio, oro, fosfatos…Los soldados franceses están actuando en Malí recibiendo órdenes de su gobierno.Casualmente, Francia es el país más nuclearizado de la UE; su electricidad depende casi totalmente de la energía nuclear. Ningún secreto; viajando por Normandía, acudí a una Oficina de Turismo para recabar información. Entre los folletos a todo color había un díptico que invitaba a visitar una central atómica. Sólo había que pedir día y hora. Igual que si fuera un yacimiento prehistórico.
Así pues, manda la geoestrategia del capital y la rivalidad por poseer las fuentes primarias de energía. El conglomerado judeocristiano por un lado, China o los integrismos musulmanes actuando por otro. Y en medio, en calidad de víctimas propiciatorias, millones de refugiados, torturados, muertos y explotados… en nombre de Dios y el lujo,
Occidente lanza su tecnología guerrera de la avaricia para masacrar a la oposición a sus interesados designios y colocar gobiernos fantoches para saquear barato. Pero lo más curioso es que aún persisten en revestir el latrocinio general de intervención humanitaria y otras retóricas “justas”.