Los No Lugares y un canto desgarrado
Las Alquerías del Moro y la Torre, dos importantes arquitecturas de nuestra historia rural, agonizan en un No Lugar engullidas entre la nada y los intersticios metropolitanos de nuestra desmemoriada Valencia.
Su anunciada muerte ha sido pregonada por doquier, proclamada su ruina en radio y televisión, sobre ellas se ha escrito cantidad de artículos y consta en libros publicados por organismos de cierto caché cultural. Están reseñadas en listados y catálogos que implican obligado seguimiento de su estado, a la vez que control municipal y autonómico. Pero parece que no es suficiente para aquellos que deben velar por nuestro patrimonio, pues no hay mas sordo que el que no quiere oír.
La necesidad de una restauración lógica, ajustada, del conjunto arquitectónico rural más importante de los siglos XIV al XVI de la huerta de Valencia, junto a una espléndida casa del siglo XVIII con sus huertos jardín, es una repetición que aunque cansina es necesario recordar. Y si bien ahora la cantinela es que no hay dinero, hemos pasado una etapa de derrochones como nadie: ¡Pero ni así! No se escuchó, ni se valoraron trabajos, ni consejos. Ahora ya es tarde para algunas cosas, el jardín se ha perdido irremediablemente. Y esa pérdida hay que sumarla en el debe de quien corresponda. Tan solo queda en el recuerdo, en las fotos, en los planos levantados y despreciados por aquellos que debieran velar por nuestro patrimonio.
Me pregunto, ¿porqué? No creo que sea desprecio…¿Ignorancia, quizás? ¡Sería muy duro pensarlo! ¿Posiblemente desidia? ¿Excesivo trabajo?…..No creo que sea por las grandes labores de planificación cultural, como la debida al museo de la Huerta, una cosa a medio construir que me encontré un día en un recóndito lugar; en otro No Lugar donde se levantaba de nueva planta una arquitectura imposible en el paisaje… ¿No se les ocurrió pensar a nuestros responsables que con ese dinero había más que suficiente para restaurar las dos alquerías históricas y en ellas colocar dignamente el Museo de la Huerta? ¡Quizás es mucho pedir! Lo comprendo….. Posiblemente estaban velando por nuestros intereses en las Cajas valencianas……Y es que son tiempos de expolio, de saqueo, como el ocurrido en esas alquerías, abandonadas a su suerte y asaltadas una y mil veces por no se sabe quien, diría por indigentes, pero no solo por ellos han sido expoliadas.
Hace unos días, en un diario local, leí un canto desgarrado firmado por la asociación de vecinos de la zona en cuestión; un escrito de unas personas que no desean perder su identidad ni sus recuerdos. Es el canto callado de miles de ciudadanos de esta Valencia hundida por unos más que por otros; ciudadanos que tienen memoria y también la decencia de reclamar lo que debería ya haberse resuelto hace años, pues decenios lleva este problema sin solución positiva y adecuada. Y si al final no se consigue, si ya no hay memoria para estas alquerías, al menos quede la vergüenza y los nombres escritos para siempre de organismos y personas que por dejación abandonaron a su suerte los restos de nuestra historia rural.
* Miguel del Rey, es arquitecto y Catedrático de Universidad