Madrid 2020: ¡Hagan caja señores!

Pasear por las calles y plazas de Madrid empieza a dejar una sensación de decadencia y abandono, pasados los fuegos fatuos de la locura de la construcción, de los sueños faraónicos, la realidad se deja ver tal como es, con un futuro hipotecado e irreversiblemente negro en mucho tiempo.

Se respira contaminación, las calles están llenas de porquería que se acumula desde hace meses, el mal olor en estos meses de canícula de algunos lugares es insoportable, el asfalto de las carreteras está agrietado y con unos baches que parecen fosos, cientos de edificios en los que se empieza a ver su falta de mantenimiento, la espera de un bus puede sorprender en tiempo (y no gratamente) a más de un@, la cantidad de locales de pequeños negocios cerrados, que no han podido sobrevivir a esta locura. La ciudad de Madrid se resiente y empieza a hacer aguas.

Aquí, alguien ha construido una ciudad por encima de sus posibilidades, hipotecando nuestro futuro a unos intereses que no somos capaces de pagar, transformando la ciudad a sus caprichos para ahora no poder mantenerlo.

Madrid, epicentro de la corrupción a todos los niveles que existe de empresarios, políticos (*), banqueros, sindicatos (*)… al que debemos sumar en su deterioro, una privatización de los servicios públicos galopante “De Madrid, al cielo” toca cambiarlo por un “De Madrid, al infierno”. Y si no teníamos bastante con el premio de la tómbola de feria de Eurovegas en Alcorcón, ahora también tenemos muchas posibilidades de ser Ciudad Olímpica.

Todo apunta a que la ciudad tiene más posibilidades que nunca, en este tercer intento, de conseguir la candidatura olímpica, en medio de la crisis internacional muchas ciudades, Roma entre ellas, han optado por no presentar en esta ocasión candidatura.

Cuando algún gobierno, administración o similar hacen una campaña mediática, hay dos cosas que quedan claras, una que te lo meten hasta en la “sopa”, otra que no puedes opinar de manera contraria a esa campaña, porque ellos ya han decidido tú opinión, eso sí, sin contar contigo. La propaganda y la publicidad realizan su trabajo ejecutor de convencimiento.

En esta ciudad en los últimos años todos los proyectos han sido faraónicos, se han olvidado que un parque se puede hacer plantando todos los años una docena de árboles, que el deporte se construye desde la base, con polideportivos de barrio, eso sí, que funcionen y que estén atendidos. Pero eso apartaría de nuestros administradores los millonarios presupuestos que se permiten gestionar, a cuenta de habernos hipotecado de por vida a los ciudadanos.

Madrid cuenta ya con una garrafal deuda que arrastra de las dos aventuras anteriores, las aspiraciones para 2012 y 2016.

Madrid 2020 ¿es un sueño o un nuevo capricho especulador?

Un sueño vendido bajo la dudosa filosofía del olimpismo actual. Los JJOO, no son más que una mera competición de profesionales, avalada por marcas comerciales (las que explotan salvajemente al llamado tercer mundo, esos talleres que nos impresionan cuando los vemos en los Telediarios) un despliegue publicitario de consumo de las grandes multinacionales, un negocio puro y duro. El deporte en su origen fue considerado un transmisor de cultura, siendo un firme reflejo de la sociedad, pero en nuestros días, el deporte es una herramienta más del mercado capitalista (salvaje).

La realidad de los Juegos Olímpicos es la misma que la de los deportes de competición o profesionalizados, son la viva imagen de la globalizada sociedad actual: dopaje, violencia, explotación comercial, fanatismo, competencia agresiva, intolerancia… las Olimpiadas están en manos de las multinacionales, con su inseparable patrocinio. Las grandes multinacionales, ansiosas de poder y dinero, logran llegar fácilmente al ciudadan@ ofreciendo conceptos tan éticos como la concordia universal, el afecto, la amistad, la igualdad, la honradez.

Todo es una cuestión de forma, ya que en el fondo lo único que se buscan es llegar al bolsillo del parroquiano para que compre ese perfil del súper-atleta (el culto a la falsa imagen tan de moda) que representa la marca: ropa, zapatillas, refrescos, etc. Estamos en un gran sainete sobre el olimpismo. Asistimos a una imagen de los JJOO, completamente falsa, por mucho que todos los medios de comunicación (voceros de la banca y las multinacionales) nos bombardeen diariamente con la campaña olímpica, al fin y al cabo en este país la palabra deporte se cambia simplemente por la de fútbol.

Verdades o mentiras

Una de las armas más poderosas que utilizan para el ciego apoyo patriotero a estos eventos, es la manipulación, gran herramienta de los dirigentes políticos, que con el apoyo de la armada mediática, es muy difícil no sucumbir.

La primera propuesta que baña el proyecto de maravilloso es “trabajo” palabra mágica en este país con una tasa de desempleo del 26,8% (1), no es de extrañar que ante promesas así, capitule gran parte de la población, aunque las promesas pinten muy falsas.

Con los JJOO no habrá muchos más puestos de trabajo, y los que se creen serán precarios y marcadamente temporales, la duración exacta de las olimpiadas. Trabajos para aumentar las infraestructuras del capricho especulativo, que no de los ciudadanos, y los trabajos de servicio a los que tan acostumbrados estamos, trabajos fiados a todas las sucesivas reformas y leyes laborales: contratos de horas, de un día… Eso si, de los primeros en cantar las “loas” de unas olimpiadas están los dos burócratas sindicales que han firmado el protocolo de colaboración con la ultraderechista alcaldesa (2) Y después una nueva larga travesía del desierto, como ya fue Barcelona 92.

¿Infraestructuras? bajo la excusa de ser ciudad olímpica el pueblo de Madrid, lleva ya un largo tiempo pagando una alto coste, no es algo de ahora, si nos remontamos a 2005, con la primera loca campaña de Madrid 2012, se talaron 12.000 arboles, muchos de ellos centenarios, a cambio de las denominadas infraestructuras viarias, un autentico bosque masacrado que tardaremos mucho tiempo en recuperar. Las construcciones supuestamente olímpicas ¿de que han servido a l@s madrileñ@s en este tiempo?

Por ejemplo la “Caja Mágica” inaugurada en 2008 en pleno barrio obrero de San Fermín, costó 294 millones, más del doble de lo previsto. Ahora, el Ayuntamiento admite que su explotación es ruinosa: “No logra alcanzar la cuota de mercado que le correspondería, se encuentra en un lugar inconveniente y su mantenimiento es carísimo” (3). Pero no solo es un problema de mala gestión y planificación, para más INRI las instalaciones no las pueden utilizar en el barrio, están cerradas a cal y canto, después de haber prometido escuela de tenis, pistas de alquiler… ¿cuál será el futuro de esta instalación? contéstate, la respuesta la dejo fácil.

A escasos metros de esta “Caja Mágica” esta el segundo tramo del Parque Lineal del Manzanares, una zona verdaderamente hermosa que mantiene tramos de la autentica ribera del rio, un lugar ideal para hacer con bici o simplemente paseando, y eso a pesar de ser un lugar abandonado completamente de las manos de la administración, sin ningún mantenimiento y con cero inversión. Estamos en el popular barrio del Butarque, en Villaverde Bajo, uno de esos sitios donde no llegan nunca las “infraestructuras”, esta zona solo será premiada si nos conceden la cita olímpica, entonces si tienen previsto construir el “Canal de remo”, que costaría 94 millones de euros a los que habría que sumarle 98 millones más en infraestructura de transporte dedicados a crear los accesos a la zona, pues carece de ellos, como de casi todo. La única instalación deportiva del barrio es un campo de futbol, construido por los propios vecinos. Pero que quede claro, si no hay olimpiadas, no hay inversión, los vecinos no se merecen esa delicadeza de sus regidores. Por cierto y después de la cita olímpica ¿qué seria del canal de remo?

Otro ejemplo de infraestructura, infrautilizada es el estadio de “La Peineta”, miles de metros cuadrados que no dan ningún servicio al ciudadano, ninguna promoción de deporte de base, un estadio que además por un extraño concierto servirá al final solo como campo de futbol de un club profesional, bueno eso es lo que se dice, porque a día de hoy lo único que es real es la cantidad de dinero que dilapida en mantenimiento esta instalación que no da ni espectáculo, algo que también reconocen nuestros “regidores”.

Un caso contrario de infraestructuras seria el Club de Campo, con listas de espera para asociarse, unas instalaciones gestionadas por una empresa mixta de la que es mayoritaria el Ayuntamiento capitalino, pero donde las tarifas son el revelador de selección para que se quede en un autentico Club de privilegiados empresarios y banqueros, un club donde el pueblo de Madrid no puede hacer deporte.

Infraestructuras sin construir trasmiten todavía mas interrogantes, como la Villa Olímpica, ¿cual seria su uso posterior a los Juegos? ¿apartamentos para desahuciad@s? en una cuidad marcada por la especulación irracional, donde solo necesitamos tomar como ejemplo un caso reciente como el de Ofelia Nieto (4), donde el Ayuntamiento está usando todas su rancias inventivas con fines especulativos. Y es que en Madrid, no faltan miles de ejemplos de cómo gestiona el Ayuntamiento la vivienda municipal (5) sin ningún escrúpulo ético y ni si quiera político.

Pero además de la falsedad de creación de “trabajos” y de infraestructuras interesadas, está la palabra mágica de la invocación de los “beneficios”. El negocio estará en manos de todos los patrocinadores, esos hombres de negocios que sacan dinero de una guerra, de unas olimpiadas y hasta de la caridad.

Multinacionales, grandes corporaciones que al rebufo de las costosas inversiones estatales, saben hacer caja por encima de todo.

Viajemos en el tiempo al año 1976, a Canadá, XXI Olimpiada en la ciudad de Montreal, que quedaría empeñada para décadas. Los 1.600 millones de deuda que ocasionó el evento no se terminaron de pagar hasta 2006, 30 años después. El flamante estadio olímpico de Montreal -que había costado el doble de lo presupuestado- fue reconvertido en un campo de béisbol porque nadie más lo quería. La factura de los juegos la terminaron pagando los contribuyentes canadienses que, curiosamente, ya habían pagado previamente la organización. Desde entonces los números rojos han sido una constante para los países organizadores y por ende para sus contribuyentes.

El anterior es un ejemplo claro que se puede tomar como medida de cómo han evolucionado los datos económicos de los juegos hasta hoy, donde un estudio de la Saïd Business School (6), afirma que en los últimos 50 años los Juegos Olímpicos han tenido, de promedio, unadesviación presupuestaria de un 179%.

Un caso cercano es el de Barcelona 92, en el que se aprovechó para hacer inversiones en una serie de infraestructuras, algunas justificadas, otras no. Estas olimpiadas se suelen poner como ejemplo de rentabilización. Una de las causas del supuesto éxito económico es que las obras deportivas supusieron solo el 9,1% del total de inversiones relacionadas con los juegos, el 61,5% de las inversiones olímpicas se produjo en obra civil, las obras olímpicas fueron promovidas en su 36,8% por iniciativa privada (7).

Lo que parecen obviar los datos y estudios económicos sobre Barcelona 92, es la tremenda crisis en la que se sumergió España en el año 1993, con una elevadísima deuda publica que arrastraba al Estado a la quiebra por el desfase de inversión en obras y proyectos de “magnos” acontecimientos. La iniciativa privada una vez más fue la gran beneficiada, no solo en el mercadeo de ventas directas en las Olimpiadas, si no en el reparto posterior de infraestructuras públicas.

Otro aspecto a tener en cuenta sería el costo social que pagaron l@s habitantes de algunas zonas de Barcelona con la transformación de la ciudad,

una Barcelona icono para el exterior, que abandono a sus vecinos de barrios populares.

Las cifras estatales de inversión para este evento son variables, pero sus ceros causan mucho respeto, Atlanta 96 costó unos 2.000 millones de dólares, Sydney 2000 cerca de 5.000 millones, Atenas 2004 entre 15.000 y 30.000 millones (todavía no esta claro!!!) Pekín 2008 se estima que alrededor de 30.000 millones , Londres 14.200 millones…

¿Son los gestores de la ciudad de Madrid lo bastante fiables para gestionar estas cifras? Los gestores de esta ciudad que esta hipotecada con una deuda que ronda los 21.000 millones de euros, el 11,7% del producto interior bruto.

Las grandes corporaciones privadas serán las grandes privilegiadas durante las competiciones, lo que no se ve va por detrás y tiene más que ver con la economía que con el deporte, ni siquiera el pequeño comercio se beneficia de estos eventos, pues para comercializar el “merchandising” se necesitan pagar costosos permisos y licencias, aparte de que los actos son exclusivos de localizadas zonas, para unos barrios mucho, para otros nada.

Este evento, que tiene como objetivo tradicional unir a las naciones de todo el planeta bajo el espíritu deportivo, lo único que hay en realidad es una mera marioneta de las grandes corporaciones, un festival de vanidades en los que se han convertido estos eventos tan poco deportivos y éticos.

¡Madrid no es una marca comercial o especulativa! somos ciudadadan@s (8).