‘Marca España’ que cultiva pobreza
Intermón Oxfam publica un informe que denuncia las malas prácticas y violación de derechos por parte de grandes empresas españolas en países extranjeros.
Son vistas como el gran ejemplo del desarrollo empresarial y el emprendimiento en una época en la que España sufre su peor crisis económica. El Gobierno ha puesto todo su empeño en promocionar, apoyar y motivar a las compañías que operan en el exterior y ha creado el Alto Comisionado de Marca España con el objetivo de mejorar la imagen del país a través de sus sociedades en el extranjero.
Sin embargo, muchas de estas empresas, algunas de ellas líderes mundiales en su sector, han hecho posible los beneficios en su cuenta de resultados gracias a la explotación de sus trabajadores, el acaparamiento de tierras, la contaminación del medio ambiente o la elusión fiscal.
Un nuevo informe de la organización Intermón Oxfam, elaborado a través de investigaciones sobre el terreno en diferentes países durante el último año, evidencia las malas prácticas de algunas de estas empresas españolas en el exterior y denuncia la política de ojos cerrados del Gobierno que "se abstiene de hacer evaluaciones del impacto real de los créditos que ofrece".
Más allá de la mera crítica, la ONG dedica un amplio espacio en su documento a recoger una serie de recomendaciones tanto para las compañías, como para las administraciones y sociedad civil que pueden ayudar a mejorar el impacto que la actividad de estas empresas tiene sobre el medio ambiente y las comunidades locales donde operan.
Algunas de las malas prácticas más significativas recogidas por la organización y plasmadas en el documento se detallan a continuación:
EBRO FOODS
Esta empresa española es líder mundial en el sector del arroz y el segundo fabricante mundial de pasta. En España, es el primer grupo en el sector de la alimentación por nivel de facturación, beneficios y capitalización bursátil. Desarrolla su actividad en más de 25 países y entre sus marcas más conocidas se encuentran los arroces SOS, Brillante, La Fallera o La Cigala, por poner sólo algunos ejemplos.
Intermón Oxfam realizó una investigación en mayo de 2012 en la región de Larache, en Marruecos, donde Ebro Foods produce arroz desde 2001. Larache cuenta con recursos muy escasos y una tasa de pobreza rural del 10%, según señala el informe. Tras reunirse con las comunidades, autoridades locales y organizaciones sociales de la zona, la organización concluye que "Ebro Foods se ha beneficiado de mano de obra barata, tierras adecuadas y agua, sin que a cambio haya capacitado a los agricultores que producen el arroz ni haya mejorado la mecanización de sus tierras ni invertido en sus instalaciones, servicios ni sistemas de almacenamiento". También se hace eco de la queja más reiterada por las comunidades a causa de las nubes de mosquitos derivados del cultivo de arroz que "invaden sus casas y tierras" y por los pesticidas y fertilizantes que están "envenenando" sus animales y agua.
Ebro Foods argumentó haber aumentado el nivel de fumigaciones para evitar los mosquitos pero aseguró que el nivel de pesticidas en el agua es inferior al marcado por las autoridades.
Además, la ONG denuncia que los empleados temporales "no tienen contratos ni están dados de alta en la Seguridad Social". No obstante, añade que la empresa está implementando un sistema que permita identificar a los trabajadores que lleven dos años para reconocer su antigüedad.
Por último, el informe denuncia la precariedad de las mujeres que trabajan para Ebro Foods en esta zona de Marruecos. "A pesar de que realizan un trabajo más arduo que el de los hombres, según sus propias declaraciones, cobran menos por hora que ellos". Denuncia también que no cuentan con materiales adecuados y que el sistema que utiliza "puede ahondar en la discriminación e incrementar la vulnerabilidad de ciertos grupos de mujeres".
PESCANOVA
La mayor parte de su capital es español. Esta multinacional es la primera proveedora de pescado del mundo y tiene presencia en más de 25 países, según figura en el informe anual de la compañía en 2011. Las conclusiones recogidas en el documento de Intermón Oxfam se basan en las malas prácticas de la empresa documentadas por Greenpeace, Ecologistas en Accióny el Observatorio de Globalización de la deuda. La primera y más evidente es que la maquinaria de esta empresa "está causando daños medioambientales irreparables".
Por ejemplo, en Nicaragua su explotación pesquera "está dañando gravemente los manglares", sustento familiar de miles de personas en la zona del Estero. En Chile se han documentado casos de "sobreexplotación de especies, uso intensivo de la pesca de arrastre, mala gestión de los residuos de las plantas de tratamiento"; etc.
Quizás el caso más grave en las malas prácticas de Pescanova es el denunciado por el Tribunal Permanente de los Pueblos que señaló que, en Nicaragua, sus trabajadores "están obligados a cumplir jornadas de 12 horas sin descanso semanal. Las condiciones de salubridad son malas y los permisos para ir al baño son sólo una vez al día", cita el informe.
Un dato relevante aportado por el informe es que Pescanova recibió créditos del COFIDES, agencia del Ministerio de Economía, por valor de varios millones de euros; el último en junio de 2012 por 10 millones. "El Gobierno español está contribuyendo y agravando las vulneraciones de derechos humanos, y demuestra, además, que no tiene control sobre las agencias públicas y la actividad que desarrollan", concluye la ONG.
AGROGEBA
Es una empresa española que se instaló en Guinea Bissau en 2010 para producir arroz y que se ha convertido en la primera compañía agrícola del país africano. Aún así, no existe información pública sobre ella.
Intermón Oxfam realizó una investigación sobre el terreno en abril de 2012 con información aportada por las comunidades locales, trabajadores, autoridades, organizaciones sociales y la propia empresa. La conclusión es rotunda: "Pese al potencial de cambio que podría haber supuesto para la zona, lo que ha generado es pobreza".
Los trabajadores de Agrobeba no tienen contratos escritos, cobran tarde y mal.
"Con la llegada de la empresa, más de 600 personas fueron expulsadas de sus tierras sin recibir compensación alguna, teniendo quehuir y buscar nuevas tierras en las que cultivar. Ninguna de las personas que han perdido la tierra ha conseguido volver al nivel de producción de alimentos anterior a la expulsión", cita textualmente el informe.
Además de que los trabajadores de Agrogeba no tienen contratos escritos, cobran tarde y mal, la ONG refleja otra mala práctica quizás menos conocida pero igual de habitual: "Las comunidades se enteran de la llegada de las empresas porque ven camiones, trabajadores y materiales llegando a sus tierras". El tipo de acuerdo que firman empresas como Agrogeba le permite convertirse en una empresa exportadora de arroz en un país donde el 46% de mujeres y niños sufre desnutrición crónica.
"La mayor parte de las empresas son ajenas a las necesidades de la población"
"La mayor parte de las empresas no sólo demuestran que no consultan con las comunidades, sino que además son completamente ajenas a las apremiantes necesidades de la población", dice la organización.
La situación es preocupante, porque Agrogeba sólo ha ejecutado por el momento el 12% de sus objetivos. Según el documento, prevén producir 5.000 toneladas de arroz al año en 4.000 hectáreas de tierra.
* Artículo original: http://m.publico.es/457029