Neil Young: “Harvest Time”
Por Mariano Muniesa. LQSomos.
“Harvest Time”, filmada en 1971, no es un documental convencional, no se ajusta a una estructura mínimamente guionizada ni sigue una cronología de los hechos, aunque guarda una coherencia interna bien estructurada tras cuyo visionado, queda explicado el dónde, el por qué y el cómo
Tras algunas premiéres muy seleccionadas, el 4 de diciembre pasado, se ha estrenado en diversos cines de todo el orbe una interesantísima película, a medio camino entre el documental y el cine experimental, algo muy característico por otro lado de la cinematografía de comienzos de los años 70. Esta cinta se titula “Harvest Time” y narra como fue el proceso de creación del legendario álbum “Harvest” de Neil Young y las circunstancias que lo rodearon a lo largo de dos horas de relato que hará las delicias de los fans del llamado “Padrino del Grunge”. Su disco de mayor éxito comercial.
“Harvest Time”, filmada en 1971, no es un documental convencional –lo cual me agrada sobremanera; no soporto los documentales actuales hechos con plantilla y a toda velocidad- no se ajusta a una estructura mínimamente guionizada ni sigue una cronología de los hechos, aunque guarda una coherencia interna bien estructurada tras cuyo visionado, queda explicado el dónde, el por qué y el cómo. Y ello lo convierte en un documento tan sorprendente como fascinante por muchas razones, siendo para mí una de las principales el desmitificar tópicos como que la génesis de “Harvest” hacía de este disco un álbum destinado desde el principio a ser una obra centrada en el folk-rock acústico. Varios metros de película nos muestran como también hubo varias melodías que recordaron el sonido más crepitante del amplificador enchufado y del rock en bruto de su trabajo con Crazy Horse, a saber, “Alabama” y “Words”.
La mayoría de las imágenes se filmaron en el rancho Broken Arrow de Redwood City, California, donde vemos a Neil y su banda de acompañamiento recién formada, los Stray Gators, compuestos principalmente por músicos de estudio de Nashville rockeando en un granero convertido en local de ensayo. Pero gran parte del metraje, dirigido por el propio Neil Young nos muestra otras localizaciones, incluidas escenas de Stephen Stills y David Crosby grabando coros para “Alabama” y Graham Nash y Stephen Stills grabando coros para “Words” en dos sesiones diferenciadas en un estudio de Nueva York. Y se nos ofrece la posibilidad de cruzar el Atlántico para ver a la Orquesta Sinfónica de Londres grabando su parte de “A Man Needs A Maid” con Neil en la misma habitación que la sinfónica completa, tocando el piano y cantando la canción al mismo tiempo. La antítesis de la actualidad, en la que la mayoría de los músicos construyen una melodía pista a pista o instrumento a instrumento, a menudo por imposición de sus productores.
Es cierto que no todo en ‘Harvest Time’ es fascinante y que hay momentos en los que la historia se recrea demasiado en escenas a las que evidentemente le sobra minutaje, como la secuencia del riff desconocido de tres o cuatro notas que se atasca una y otra vez, pero lo brillante definitivamente supera lo accesorio. Por ejemplo, otros aspectos destacados de la película que se disfrutan con interés son la entrevista en la radio de Neil Young con el DJ Scott Shannon en Nashville, imágenes de Neil siendo afectuoso con su entonces novia, la actriz Carrie Snodgress y sus confesiones, no lo olvidemos, en 1971, sobre que “había oído hablar” de Pink Floyd pero que no estaba familiarizado con su música y que se consideraba a sí mismo como un “hippie rico”, además de una interpretación de “Journey Through The Past”, que no aparecería en el álbum.
El difunto Ben Keith, uno de los músicos más determinantes de la banda de Neil Young durante muchos años y una de las personas que mejor le conoció tanto en lo musical como en lo personal, describió a su amigo en cierta ocasión como un “talento infernal”. Durante dos horas, “Harvest Time” definitivamente respalda esta afirmación.
Estoy seguro que será un placer absoluto para los fans presenciar estas imágenes nunca vistas antes de la creación del icónico “Harvest”, qué logro para un Neil Young muy joven, un “outsider” del rock de poco más de 20 años, crear esa obra maestra. “Harvest Time” destila sinceridad, honestidad, transparencia, cuenta una historia despojada de toda artificiosidad, que con toda seguridad se filmó sin la pretensión de estrenarla comercialmente y que en más de un momento, tiene el aire de aquellas películas caseras que se hacían en los años 70 con los primigenios tomavistas.
“Este es un gran álbum para mí. Hace 50 años que lo hice y pocos discos a lo largo de roda mi carrera han dejado una huella tan profunda en mí como en el público que me sigue. Tenía 24, tal vez 23 años y este álbum marcó una línea divisoria en mi vida. Toqué en él con algunos grandes amigos y es genial que este álbum haya durado tanto. Me lo pasé muy bien y ahora, cuando lo escucho, creo que realmente tuve suerte de estar allí y poder hacerlo de la forma en la que lo hice. Espero que disfrutéis de esta historia, que es ‘Harvest Time’, y que habla de todo lo que pasó. Ahora la gente de todo el mundo puede verlo en el cine. Genial ¿no?”, asegura Neil Young en declaraciones entresacadas de las conferencias de prensa en las cuales se le ha preguntado por los pormenores de esta película.
Felicitándonos por la buena noticia que supone que este trabajo se ponga en circulación, nos queda la amargura de preguntarnos porque este documento no se ha estrenado en España y si por desgracia, solo será posible verla a través de los consabidos Netflix, HBO o cualquiera de estas plataformas que se han apoderado en forma de implacable oligopolio de toda la producción cultural audiovisual de este momento en todo el mundo.
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