Nicanor Parra: el mayor antipoeta de todos los tiempos
Una máquina de escribir, dos antipoemas, una frase que lleva el sello de un hombre que siempre mira un poco más allá y que salió de la boca de su nieto de 19 años: “Los premios son para los espíritus libres y para los amigos del jurado”.
¿Cuando las cosas llegan tarde valen igual que si arribaran en el momento preciso? Me contesto: sí, aunque llegue un día antes de la muerte, aunque sean dichas a segundos de la víspera. La bendición debe recibirse con los brazos abiertos. Hoy recibió a sus 96 años de edad, en ausencia, en la figura de su nieto de 19 años, el Premio Cervantes, máximo reconocimiento de las letras hispanas, dicen que el Nobel de la lengua hispana, el mayor poeta-antipoeta de todos los tiempos: el chileno Nicanor Parra.
Hace más de medio siglo puso patas para arriba los cielos, los mares y las tierras. 1954, fecha precisa del cisma de palabras. El causante, una obra necesaria, precisa, infaltable en cualquier estante, mesita de luz, o rincón de libros de una casa: Poemas y antipoemas. Lo garabateó con tinta espacial, a sus 40 años, demostrando que no hay edad para la audacia ni que la juventud es solo el tiempo de la rebeldía y la audacia.
Y contra todo canon corrió de frente Nicanor. Un profesor de física y mecánica avanzada y matemáticas y cosmología que azoraba a todos los círculos esquemáticos de las letras. Les blasfemaba “poetas burgueses”, “abuelos inmediatos”, en su Manifiesto (1963): “Para nuestros mayores / La poesía fue un objeto de lujo /Pero para nosotros / Es un artículo de primera necesidad: / No podemos vivir sin poesía. / A diferencia de nuestros mayores / -Y esto lo digo con todo respeto- / Nosotros sostenemos / Que el poeta no es un alquimista / El poeta es un hombre como todos / Un albañil que construye su muro: / Un constructor de puertas y ventanas”.
Mundo de escepticismos, cuchillas andantes y estelas.
Laberinto de ironías.
La corrosión en versos.
Irreverente a diestra y siniestra.
Un lunes 23 de abril de 2012 el cosmos tejió su cordón de plata entre Nicanor Parra y Miguel de Cervantes Saavedra, desde Alcalá de Henares hasta San Fabián. Leyó el nieto: “A propósito del discurso de agradecimiento al premio Miguel de Cervantes, mi abuelo me ha encargado que pida prórroga de mínimo un año, del 23 de abril del año 2012 al 23 de abril de 2013, para así poder pergeñar un discurso medianamente plausible”.
Dibujó un óleo de su territorio: “Lo cierto es que dejé a mi abuelo en su casa de Las Cruces, en la costa chilena, rodeado de libros. La mayoría de ellos son versiones y estudios del Quijote, pero hay también algunos libros de la biblioteca de Don Quijote, como, por ejemplo, los seis tomos de La araucana, de Alonso de Ercilla. Y hay varias enciclopedias abiertas sobre las mesas y los sillones, con las páginas más importantes señaladas con bolsitas de té en reciclaje”.
“Los premios son para los espíritus libres y para los amigos del jurado” y “Don Quijote no cabe en un fin de semana”, fueron dos de los estiletes del discurso. Su máquina de escribir estaba allí, fiel testigo de golpes geniales. También incluyó dos de sus antipoemas: El hombre imaginario y Soliloquio del individuo.
Dos diálogos de fina mordacidad:
– ¿Esperaba este premio?
– No.
– Los premios son como las Dulcineas del Toboso mientras más pensamos en ellas más lejanas, más sordas, más enigmáticas .
– Los premios son para los espíritus libres .
– Y para los amigos del jurado.
– Chanfle.
– No contaban con mi astucia.
Y un cierre que galopa hacia el futuro, a lo Parra:
– ¿Se considera usted acreedor al Premio Cervantes?
– Claro que sí.
– ¿Por qué?
– Por un libro que estoy por escribir.
Manifiesto (1963)
Señoras y señores
Esta es nuestra última palabra.
-Nuestra primera y última palabra-
Los poetas bajaron del Olimpo.
Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.
A diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.
Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.
Además una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.
Este es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón.
Nosotros repudiamos
La poesía de gafas oscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón.
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda.
No creemos en ninfas ni tritones.
La poesía tiene que ser esto:
Una muchacha rodeada de espigas
O no ser absolutamente nada.
Ahora bien, en el plano político
Ellos, nuestros abuelos inmediatos,
¡Nuestros buenos abuelos inmediatos!
Se refractaron y se dispersaron
Al pasar por el prisma de cristal.
Unos pocos se hicieron comunistas.
Yo no sé si lo fueron realmente.
Supongamos que fueron comunistas,
Lo que sé es otra cosa:
Que no fueron poetas populares,
Fueron unos reverendos poetas burgueses.
Hay que decir las cosas como son:
Sólo uno que otro
Supo llegar al corazón del pueblo.
Cada vez que pudieron
Se declararon de palabra y de hecho
Contra la poesía dirigida
Contra la poesía del presente
Contra la poesía proletaria.
Aceptemos que fueron comunistas
Pero la poesía fue un desastre
Surrealismo de segunda mano
Decadentismo de tercera mano
Tablas viejas devueltas por el mar.
Poesía adjetiva
Poesía nasal y gutural
Poesía arbitraria
Poesía copiada de los libros
Poesía basada
En la revolución de la palabra
En circunstancias de que debe fundarse
En la revolución de las ideas.
Poesía de círculo vicioso
Para media docena de elegidos:
«Libertad absoluta de expresión».
Hoy nos hacemos cruces preguntando
Para qué escribían esas cosas
¿Para asustar al pequeño burgués?
¡Tiempo perdido miserablemente!
El pequeño burgués no reacciona
Sino cuando se trata del estómago.
¡Qué lo van a asustar con poesías!
La situación es ésta:
Mientras ellos estaban
Por una poesía del crepúsculo
Por una poesía de la noche
Nosotros propugnamos
La poesía del amanecer.
Este es nuestro mensaje,
Los resplandores de la poesía
Deben llegar a todos por igual
La poesía alcanza para todos.
Nada más, compañeros
Nosotros condenamos
-Y esto sí que lo digo con respeto-
La poesía de pequeño dios
La poesía de vaca sagrada
La poesía de toro furioso.
Contra la poesía de las nubes
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firme
-Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos-
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social.
Los poetas bajaron del Olimpo.