Ningún paso atrás
Carme Abril*. LQS. Febrero 2019
La práctica del feminismo pasa por nuestro protagonismo en la construcción de la organización de una nueva vida social, más justa, solidaria, igualitaria, horizontal, inclusiva, antiautoritaria
Estos últimos días corre por las redes sociales una cita de Simone de Beauvoir que dice así: “No olvidéis nunca que bastará con una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos. Debe permanecer vigilantes durante toda su vida”. Este mensaje se ha difundido porqué realmente los derechos de las mujeres y de todas las personas LGTBI están de nuevo amenazados por la extrema derecha (y la no tan extrema que disimula pero pacta), aquí y en todo, a pesar de que la lucha feminista es ahora más fuerte que nunca.
El año 2018 ha sido un año de lucha, lo que se demostró especialmente con la reacción contra la decisión judicial de la «manada» y la huelga feminista del 8 de marzo, cuando las calles y las plazas se llenaron de personas, mayoritariamente mujeres, reivindicando unos derechos que también son sociales y raciales. El feminismo trabaja y lucha por la igualdad y contra la violencia machista, las feministas hemos demostrado al patriarcado (o a quien ostenta el poder) que tiene delante un movimiento que se opone a un sistema injusto y que tiene un gran potencial social y discursivo.
Los herederos del fascismo han declarado la guerra al feminismo, ahora ya disponen de altavoces políticos y mediáticos, además están triunfando por las redes sociales, las peligrosísimas redes, y aquí pueden hacer mucho daño. No podemos dejar que se normalice su discurso ultra y fundamentalista, no podemos consentir ningún retroceso de nuestros derechos. Los avances ganados durante años deben continuar siendo avances, en ningún caso retroceso. En todo el mundo ha habido grandes manifestaciones, poderosas, hemos sido capaces de organizarnos, de progresar, de sentirnos juntas y fuertes. Esta fortaleza ahora topa con políticas conservadoras y reaccionarias que desgraciadamente están surgiendo en masa estados del mundo; nos encontrarán de cara y de pie, aquí y en todas partes.
Vuelvo a las palabras de Simone de Beauvoir que nos dice que “Deben permanecer vigilantes durante toda su vida”, y lo tenemos que estar porque el patriarcado que sustenta el poder se ha dado cuenta de que la lucha feminista puede hacerlo tambalear y se siente amenazado, por eso todos los gobiernos conservadores y los cada vez más reaccionarios han empezado la guerra sucia contra el feminismo, lo que dicen que toda revolución tiene su contrarrevolución. No hay soluciones rápidas para erradicar el patriarcado y para radicalizar la democracia. Promover el activismo, la capacidad crítica, y confiar, confiar en nosotras, porque sabemos que con tiempo, esfuerzo y alegría hay cambios profundos. La práctica del feminismo pasa por nuestro protagonismo en la construcción de la organización de una nueva vida social, más justa, solidaria, igualitaria, horizontal, inclusiva, antiautoritaria y, aquellos que quieren que seamos ciudadanas de segunda, sumisas y calladas, pobres , dominadas, criadas … son muy conscientes de nuestra fuerza, seámoslo también nosotras.
* Filóloga. Publicado en Setmanari l’Ebre
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