Nosotros en menos tiempo
Konstantín Cheresimov el 8 de agosto del 2011, en su artículo ¿qué hemos logrado y adonde hemos llegado? exponía, “en el país se inculcan unos valores morales anormales, que son los que crean el caldo ideal para que surja gente sin principios. El sistema creado, es un sistema que ha arrebatado a la gente el derecho al trabajo y a un sueldo digno. Un sistema que nos ha privado del derecho a una educación y salud de calidad y gratuita. Un sistema que ha dejado sin un futuro digno a nuestra juventud y ha dejado sin protección social a nuestros mayores. Un sistema, donde se presuponen la corrupción y el latrocinio. Un sistema que ha destruido la seguridad del estado y ha originado una escandalosa incapacidad de mando y una estructura de organización enfermiza. Crear un paraíso en la tierra es algo imposible. Y la justicia es un concepto intrínsecamente subjetivo, por eso siempre habrá descontentos. Pero lo criterios que deben guiar el funcionamiento eficaz de las estructuras de gobierno, deben ser en primer lugar la seguridad y un nivel de vida digno para la mayoría de la población”.
Se refería a los 20 años transcurridos desde la desaparición de la URSS, igualmente muchos otros ciudadanos de los antiguos países del llamado telón de acero, personas anónimas sin el peso político de Cheresimov, personas afincadas en España desde años por motivo de trabajo (polacos, rumanos, búlgaros, ucranianos) piensan igual, lo he podido constatar, echan de menos en su país todo lo expuesto anteriormente, por eso emigraron, y aquí ya están en la misma situación, pero retornan a sus países de origen porque al menos están con la familia.
Muchos de los que están leyendo estas líneas me están tachando de comunista como poco. No, me defino social republicano, defensor de lo social y en contra la sucesión monárquica de la jefatura del Estado español, más cuando esta monarquía fue abolida por la fuerza de los votos en 1931 por su corrupción generalizada, impuesta nuevamente tras cuarenta años de ruido de los sables y represión generalizada.
Volviendo al origen del artículo y al repasar los dos últimos años del actual gobierno, llego a la conclusión que tiene como divisa la corrupción y el latrocinio pre-estableciéndolo desde hace 20 años como parecen demostrar “los papeles”; la libertad que dicen que poseemos la han convertido en individualismo a ultranza; el derecho al trabajo y sueldo digno lo han transformado en precariedad laboral y de subsistencia; la educación y salud de calidad, privatizada; el fondo de la dependencia social para mayores, enfermos crónicos, parados de larga duración, abolida; igualmente algunas vacunas para recién nacidos por ejemplo, la antineumocócica contra la meningitis, neumonía (3 vacunas a 79 € c/u); la justicia se administra sin vendas ni balanza, condenan a cárcel por robar pan y a los políticos defraudadores les dilatan el proceso para la prescripción del delito en el peor de los casos, porque la financiación ilegal de los partidos políticos no es delito.
Responderán que en la URSS no había libertad ni democracia, ¿pero y aquí?, te dejan protestar moliéndote a palos, toda la población está contra de las privatizaciones y siguen adelante con ellas, los medios de comunicación están en manos de los poderes financieros que apoyan y financian sobre todo a este gobierno, solo tenemos los medios digitales libres, por supuesto que los hay de todo tipo y color pero al menos hay pluralidad; las TV y radio están copadas por la Iglesia o elementos del mismo color que el gobierno, si hay alguna que tiene un atisbo de libre, al tener algún programa realmente independiente y crítico, les llaman la atención como ha hecho José Manuel Lara pidiendo respeto con la derecha a sus medios, pero ¿por qué no respetan los otros medios a los que defienden los derechos de los ciudadanos, criticando los tejemanejes de los corruptos? Si a la trayectoria del actual gobierno y su partido se le añade la ambigüedad del mayor partido de la oposición, de los nacionalistas y de algunos minoritarios, no es de extrañar que cada vez más personas abracen el social republicanismo.
