Notas rápidas sobre el fuerte crecimiento del PIB de China
Por Pedro Barragán*.
Durante los últimos meses hemos visto todos los medios occidentales llenos de noticias y comentarios sobre la “supuesta” crisis económica de China. Como ocurre siempre con las campañas occidentales de distorsión y difamación sobre China, la realidad termina poniendo las cosas en su sitio.
En esta ocasión se han juntado la campaña sistemática de negar el empuje de China, con la guerra comercial lanzada contra este país y el deseo de muchos medios occidentales de poder imaginar o hacer creer que el desacoplamiento norteamericano estaba logrando el declive económico chino, soñando quizás que este desacoplamiento occidental iba a hundir las exportaciones chinas y su economía.
Nada más lejos de la realidad.
El PIB de China crece con fuerza en 2023
La evolución del PIB chino en el primer semestre de 2023 ha sido la siguiente:
La rápida recuperación del sector servicios, el crecimiento positivo de la inversión en infraestructuras, la evolución del comercio exterior hacia productos de mayor valor añadido y un crecimiento minorista de los bienes de consumo del 8,2% empujan con fuerza el crecimiento de la economía china.
La economía se enfrenta a una agresión económica externa importante en la complicada situación geopolítica actual y mantiene debilidades tras haber pasado solo seis meses desde el final del COVID, tales como una demanda interna aún débil, una ralentización del crecimiento de la inversión y un crecimiento del comercio exterior también débil.
El proceso de digitalización de la manufactura china y el cada vez mayor peso de los sectores tecnológicos, junto con la apuesta por una economía verde son los ejes principales del impulso económico.
Y si comparamos la situación de China con EE.UU. y la UE observamos que mientras la primera muestra una fuerte resilencia frente a las agresiones comerciales occidentales, los segundos se encuentran, al mismo tiempo, en pleno estancamiento. Comparamos ambas economías a través de las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI):
Utilizamos las estimaciones del FMI ya que EEUU y la UE aún no han publicado los datos del PIB del segundo trimestre.
En estas previsiones el FMI anticipa un crecimiento para 2023 del 1,3 % para las economías avanzadas frente al 5,2 % para China, De acuerdo con el FMI, China es la economía que más aporta al crecimiento mundial, representando un tercio de todo el crecimiento económico mundial para 2023.
De acuerdo con El País, los economistas encuestados por la empresa de datos FactSet han estimado que el crecimiento anual de EEUU del segundo trimestre ascenderá a una tasa anualizada del 1%, muy por debajo del crecimiento chino.
Un fuerte crecimiento económico que se produce simultáneamente con una plena estabilidad de los precios en China:
Esta estabilidad de precios en China le permite desarrollar políticas expansivas del consumo privado sin riesgo de desatar un proceso inflacionario como el que vive Occidente. Políticas que anticipan un sostenimiento de la senda de crecimiento económico.
La evolución del sector exterior
La guerra desatada por EEUU con el apoyo de la Unión Europea y Japón contra China tiene por objetivo bloquear el crecimiento chino, provocando la quiebra de su economía, para evitar el “sorpasso” de la economía china sobre la norteamericana. Y se están utilizando dos tipos de estrategias. Por un lado se fractura la cadena de suministro internacional en aquellas materias en las que China es deficitaria para bloquear su industria (el caso de los semiconductores o chips) y por otro lado se busca el estrangulamiento de sus exportaciones con todo tipo de argumentos.
Veamos cual ha sido el impacto de estas estrategias en las exportaciones de China en el primer semestre de este año.
En el primer trimestre de 2023 las exportaciones de China han crecido el 8,40 % y las importaciones se han mantenido estables, mientras que en el segundo trimestre se ha producido un enfriamiento del comercio exterior generándose una reducción tanto de las exportaciones como de las importaciones en torno a algo más del uno y medio por ciento. El resultado del semestre es un crecimiento de las exportaciones del 3,70% y una ligera reducción de las importaciones, destacando la reducción de las exportaciones a los principales países occidentales (centrada fundamentalmente en EEUU) que se compensa con el mayor volumen de exportaciones al resto del mundo.
Es pronto para evaluar si esta ralentización del comercio exterior en el segundo trimestre va a continuar en los próximos meses. La OMC pronostica que la tasa de crecimiento del comercio mundial de carga será del 1,7 % en 2023, más lenta que el promedio del 2,6 % de los últimos 12 años. Aunque parece que las cifras de exportación de China siguen siendo mejores que las de los países vecinos.
No cabe duda que el efecto de la ralentización económica en Occidente y la guerra comercial norteamericana seguirán tensionando las exportaciones.
Por otro lado, hay que destacar que el sector exterior de China está experimentando una importante mejora estructural, con los productos de alto valor añadido tomando una parte cada vez mayor de las exportaciones. Las exportaciones de baterías solares, baterías de iones de litio y vehículos eléctricos han impulsado el capítulo de productos de maquinaria que ha aumentado un 6,3 % interanual y que ya representa el 58,2 % de las exportaciones totales del país. China es ya este año el mayor exportador de coches del mundo, tras desbancar a Japón a principios de año.
Da la impresión que la política de desacoplamiento de EEUU y Europa contra China solo está cosechando menguantes resultados que se contrarrestan con el crecimiento del comercio exterior chino con el resto del mundo.
Perspectivas para el segundo semestre
Las perspectivas de la economía china en los próximos meses se presentan optimistas, cautas desde el punto de vista siempre moderado de las autoridades chinas. La inexistencia de inflación, la capacidad del comercio exportador para mantenerse en un ambiente deprimido de las economías occidentales y en una situación geopolítica complicada, junto con las políticas de estímulo económico tanto del Banco Central como del Gobierno permiten augurar que China sobrepasará este año los objetivos de crecimiento.
La evolución de los precios se espera para final de año en torno al 1%, lejos de la deflación.
La economía es cada vez menos dependiente de las exportaciones, que solo representan ya el 19,82% del PIB.
La inversión extranjera en China sigue batiendo récords a pesar de la ligera devaluación del yuan frente al dólar. Y la inversión nacional en infraestructuras sigue creciendo a un ritmo razonable.
El consumo se presenta como el elemento principal para impulsar el crecimiento y en torno a su estímulo se mueve toda la política económica actual. Existe un debate en las instituciones económicas chinas sobre diferentes mecanismos de estímulo del consumo. Por una parte, la emisión de cupones o vales de consumo que podrían llegar a todos los residentes chinos. Por otra parte, se habla ya de reducir las limitaciones legales en las grandes ciudades chinas a la compra de vivienda y a la compra de coches. Estos dos sectores son los mayores motores del consumo.
En conclusión y en palabras de Liu Guoqiang, vicegobernador del Banco Popular de China (PBC), el banco central del país, “China acaba de recuperarse de la pandemia hace medio año y ha observado mejoras positivas en el sector económico, así como en los ingresos y el consumo de los residentes. Debemos tener paciencia y confianza en un crecimiento económico sostenido y estable”
* Pedro Barragán es economista. Miembro de Cátedra China, temática que deja reflejada en su blog personal. Es editor de la web Archivo de la Transición.
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