Oriol Junqueras, he tenido un sueño (en blanco y negro)
Por Lluís-Ignasi Pastrana Icart*. LQSomos.
Oriol, estabas en el púlpito de la Catedral de la Santa Creu i Santa Eulàlia de Barcelona, dando un sermón. ¿Te lo imaginas, Oriol? En el corazón de la Catedral, escuchándote con atención, había un montón de canónigos, alguno de ellos conocidos por mí y otros no (Pere Aragonès, Josep M. Terricabras, Lluís Salvadó, Raül Romeva, Joan Tardà, Sergi Sabrià…), y canónigas (Carme Forcadell, Anna Simó, Alba Vergés, Marta Vilalta, Dolors Bassa, Marta Rovira, Meritxell Serret…).
Oriol, me recordabas a los curas de cuando era pequeño, que no creían en lo que predicaban y a los que les gustábamos los niños y querían hacernos creer que era solo por aquello de Marcos 10, 13-16: “Dejad que los niños se acerquen a mí”. Y que cuando te confesabas te ponían la cortina por detrás de la espalda y te acercaban a ellos, poniendo tu mejilla contra la suya. Y que les apestaba tanto el aliento que intentabas que acabasen pronto para poder respirar.
Pero, te lo explico, Oriol, porque era muy extraño. No hablabas del evangelio. En tu sermón hablabas de la independencia de Catalunya y decías que querías la independencia y cuando lo decías, todos los canónigos y canónigas se echaban a reír a carcajadas, y los feligreses, unos no entendían nada, otros también reían y otros, enfadados, se marchaban de la Catedral.
Pero de repente decías cosas raras. Decías “Tenemos que pactar con Satanás” y el Coro de la Catedral, lleno de canónigos y canónigas, repetía “Satanás, Satanás…” y a pesar de estar en lo alto del púlpito se te veía cogiendo con la mano izquierda una bolsa como la que lleva Judas, llena de monedas, y que se ve en las imágenes de la santa cena. Y decías “Aquel de vosotros que no vote a ERC se condenará y acabará en el fuego del infierno por siempre jamás. Arrepentíos y seréis salvados, arrepentíos y entraréis en el Reino de los Cielos”.
Y después yo ya no entendía el porqué de las cosas que decías ni de las que respondían los canónigos y canónigas y algunos feligreses. Parecía realmente una misa. Decían: … En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, Padre Santo, siempre y en todo lugar, por Oriol Junqueras, tu Hijo. Por ello, con los ángeles y los santos, cantamos el himno de tu gloria diciendo: Que tremoli l’enemic en veient la nostra ensenya. Com fem caure espigues d’or, quan convé seguem cadenes. Bon cop de falç!… (*)
Entonces se producía un terremoto y tú, el púlpito y la Catedral os rompíais en pedazos y… de repente, ¡plof!, ¡me he despertado!
¡Buf!, ¡Qué pesadilla, Oriol!
(*)-Palabras de la última estrofa del himno de Catalunya, “Els Segadors”
* Doctor en Derecho Penal. Portavoz del colectivo Silenci… Plantem cara
Más artículos del autor
– Traducido para LoQueSomos por Leticia Palacios
Nota original en Diari La República Checa
Síguenos en redes sociales… Mastodon: @LQSomos@nobigtech.es Diaspora*: lqsomos@wk3.org Telegram:LoQueSomosWebTwitter: @LQSomos Facebook:LoQueSomos Instagram: LoQueSomos