Pablo González. ¡Qué no gane el silencio!

Por Iñaki Alrui.

El próximo miércoles 25 de octubre es el Día Europeo de la Justicia, una fecha que a muchas nos encantaría celebrar como buen síntoma del funcionamiento democrático. Pero el 25 de octubre no hay nada que celebrar y mucho, muchísimo por conquistar

Ese mismo día, el periodista Pablo González cumplirá 605 días detenido en Polonia, en una situación difícilmente entendible en esto que algunos llaman “jardín” europeo. Pablo se encuentra en prisión preventiva, sin acusación formal ni aportación de supuestas pruebas. Prácticamente está en un régimen de aislamiento, 23 horas diarias en la celda de cinco metros cuadrados, con una hora de paseo en un patio diminuto, al que para acceder, como cada vez que sale de la celda, es cacheado y esposado. En todo este tiempo solo ha podido ver a su mujer en dos ocasiones y ni siquiera puede tener contacto telefónico con sus tres hijos. Su situación de indefensión, a pesar de ser un ciudadano europeo, es total: se le niegan los derechos más básicos desde hace veinte meses, tal vez por eso la prisión en la que se encuentra la llamen el “Guantánamo europeo”.

¿Dónde están las garantías de DERECHO de la Unión Europea? Aparentemente, toda la legislación europea supuestamente “garantista” es papel mojado; en días como este 25 de octubre, Día Europeo de la Justicia, quienes representan a las autoridades europeas se llenan la boca de falsas palabras en una Unión Europea que alardea de defender libertades que no cumple, o peor aún, en la que una élite de poder europeo (o no solo europeo) está decidiendo quién puede tener derechos y quién no.

El silencio de esta supuesta UE de las libertades es un silencio cómplice con la violación de los derechos Humanos que realiza el estado polaco. A pesar de iniciativas como la carta pública dirigida al ministro de Justicia de Polonia, Zbigniew Ziobro firmada por 14 miembros del Parlamento Europeo a principios de mes. A pesar de la recomendación, sin rango normativo, del comisario de Justicia, D. Didier J. L. Reynders, a propósito de la situación de Pablo González, recordando que la Decisión Marco 2009/829/JAI del Consejo permite que, dentro de la Unión Europea, un sospechoso sea objeto de “una medida de vigilancia” en su país de origen hasta que el juicio, en su caso, tenga lugar en otro país, en lugar de ser sometido a prisión preventiva en un país extranjero. A pesar de tantas otras iniciativas en estos veinte meses, sigue pesando el silencio.

Pesa el silencio, pero el que más pesa, y duele, es el del gobierno español, encabezado por su Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Porque Pablo González es ciudadano español. El estado español se limita a la protocolaria asistencia consular, y punto. En ningún momento ha intentado ir más allá, como sí hace en otras ocasiones, por ejemplo recientemente en los casos de Tailandia o Irán, donde hay ciudadanos españoles detenidos a quienes la diplomacia española ha respaldado, independientemente de los crímenes de los que estaban acusados o incluso que hubieran confesado, por el mero hecho de ser ciudadanos españoles. En el caso de Pablo, en cambio, reina el silencio gubernamental, como si no existiera. Y eso que el ministro no desaprovecha aparición pública para llenarse la boca con la palabra “derechos”, como en el reciente 75 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “España se sitúa a la vanguardia del reconocimiento y la protección de los Derechos Humanos […] avanzado en un ordenamiento jurídico ambicioso en la protección de derechos”.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español no ha hecho nada para que Pablo González pueda comunicarse, aunque solo sea telefónicamente, con su esposa e hijos, no ha hecho nada por incrementar las visitas familiares, o para que tenga una asistencia letrada plena, no ha hecho nada para que pueda cumplir la prisión provisional en España, y en ningún momento ha manifestado ninguna queja contra las condiciones inhumanas de prisión en las que se encuentra Pablo.

Ni una palabra, salvo en alguna rara ocasión en la que profirió mentiras en los platós de televisión, negando la presunción de inocencia a Pablo. Y eso que tuvo una oportunidad de oro en la reciente cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) en Granada, para hacer una declaración, una petición ante los mandatarios de Polonia. Nada.

A pesar de tantos silencios cómplices de la INjusticia, no solo del gobierno, sino de los mass media que practican la dictadura de la información manejada por grandes corporaciones, hay gente que sigue, seguimos, peleando por visibilizar el caso de Pablo González, con su familia, amistades, compañeros y compañeras de profesión, reclamando un pronto juicio y que se le apliquen desde ya todos los derechos que le corresponden.

Este miércoles 25, Día Europeo de la Justicia, volvemos sacar el caso de Pablo a las calles. El grupo madrileño de apoyo #FreePabloGonzalez acudirá Ministerio de Asuntos Exteriores, Plaza de la Provincia, s/n de Madrid, a las 11 horas, para entregar un escrito encabezado por Oihana Goiriena, esposa del periodista español Pablo González, que este día cumple 605 días encarcelado en el penal conocido como el Guantánamo europeo, sin acusación concreta y sin derechos plenos de defensa. En el escrito al ministro en funciones José Manuel Albares —que será el octavo, después de siete sin respuesta— pediremos que el Estado español exija a Polonia que deje de vulnerar los derechos de Pablo González y que se aplique la recomendación de la UE para que pueda cumplir en España la prisión provisional en espera de un juicio que debe celebrarse cuanto antes.

El actor Pepe Viyuela y la periodista Teresa Aranguren leerán ante la prensa el escrito y responderán, junto a Oihana Goiriena, a cuantas preguntas se realicen, ante la sede ministerial.

El mismo día 25, a las 19 horas en la Fundación Anselmo Lorenzo de Madrid, se celebrará una Acto por la Justicia, con la participación de Oihana Goiriena, Juan Teixeira, fotorreportero y compañero de Pablo durante años, y el periodista y escritor Fonsi Loaiza. El acto será presentado por Cristina Ridruejo, miembro del Grupo de apoyo #FreePabloGonzalez.

¡Acompáñanos! ¡Qué no gane el silencio!

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