Pan de azúcar
Estamos en el África tropical. Helminto nos ha invitado a las fiestas patronales de tu pueblo, dedicadas a santa Cestoda, patrona de parásitos con sueldo y otros insectos larvales que se vanaglorian porque asumen su identidad de fasciolidos ,viendo en sus playas, bañistas y nudistas tomando el sol más bellaco a lo gilipollas., donde un toro bragado y meano ha caído de cuernos al ser perseguido por energúmenos y sus vectores.
A un mozo que trabaja las puertas de madera se le oye decir “que entre los reyes cafres se visualiza la sangre parásita con aforados edemas localizados en la caquexia progresiva y terminal de una nación en somnolencia supina aplicada a la ignorancia, tontería y necedad de un pueblo que le hace marchar en fila india a intervalos regulares como el frotis y la gota gruesa en el primer estadio de las fiestas populares en que corren el vino peleón y las tapas basura al tercer toro de la tarde, donde los toreros tifoideos con fiebre en la fase crónica de su cuadro artístico aparecen como carniceros con ganglios linfáticos, abrazando un toro al que van lamiendo la sangre y matando a lo burro dejando la misma sangre en periferia donde se mira el respetable carcamal, viejo, bestial y de poco viso.
En período de crisis, como la que vive el mundo, donde las alteraciones vitales vienen producidas por períodos de incubación y tensión de las distintas cepas cristiano fascistas haciendo aumentar la hematíes nazional que se pierde en el esquizonte horizonte presegmentado y segmentado, siendo su acervo más grave y pernicioso por culpa de los políticos plasmodios que se pierden en los capilares y viscerales de la nazión abrazados a sucesivas invasiones hemáticas del ser parásito inclinado al toque de carga de la mística diaria y la misa mayor, donde las mujeres prometen como gametocitos en forma de media luna reflejada en los anillos en la nariz o la oreja de los bueyes maduros y esquizontes, con irregularidades debidas a la cepa del plantel de vino de misa, cuyos sarmientos bailan imágenes de yeso o madera santa cual trofozoitos adultos, aplastados y con cola bifurcada en bolas copuladotas, vemos que las mujeres que les acompañan Brugia, Loa, Onchocerca, son mucho más largas que ellos, pero poseen unas “Clavelinas”, sencillo ovario y útero, “dignas para los machos que tienen una sencilla o ausente espícula2, como repite Helminto en el cardal de feligreses o careo religioso, donde a la cara del pan de azúcar se le quita la suciedad que ha dejado el barro con la lengua.