Para el Gobierno de Sánchez no hay DDHH si se trata del Sáhara Occidental
Por Alfonso Lafarga*.
La represión en el Sáhara Occidental bajo ocupación marroquí ha sido intensa y permanente en septiembre con motivo de la visita del Enviado Especial de Naciones Unidas, Staffan de Mistura, para impedir que la población saharaui se expresase
El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, proclama constantemente la defensa de los Derechos Humanos. Las últimas ocasiones fueron el 25 de septiembre en Nueva York, y el 4 de octubre en Madrid con motivo de la conferencia de Alto Nivel por el 75 Aniversario de la Declaración Universal de los DDHH.
El mensaje es siempre rotundo: defensa de los Derechos Humanos, una, profundamente comprometido con los DDHH, cuya protección y promoción es un eje prioritario, como recoge la página Web del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (MAEC).
Pero en esta defensa de los Derechos Humanos del Gobierno siempre hay una excepción, un lugar que nunca se cita: el Sáhara Occidental, la excolonia española pendiente de descolonización bajo dominio marroquí, ocupación que desde marzo del pasado año apoya el Gobierno de Pedro Sánchez.
Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Fundación Robert F. Kennedy Human Rights, Asociación Pro Derechos Humanos de España, Liga Española Pro-Derechos Humano y Reporteros Sin Fronteras, entre otras ONG, y la Relatora Especial de la ONU sobre los defensores y defensoras de los Derechos Humanos, han denunciado las violaciones de los DDHH que Marruecos perpetra en el Sáhara Occidental.
El pasado mes de septiembre la represión en el Sáhara Occidental ocupado ha sido intensa y permanente para impedir que la población saharaui se expresase con motivo de la visita del Enviado Especial de Naciones Unidas, Staffan de Mistura, como se recoge en la relación adjunta a esta información, en la que figuran nuevos ataques a la expresa política saharaui y activista de Derechos Humanos Mahfouda Bamba Lefkiren El Aaiún, capital del Sáhara Occidental.
La reacción del Gobierno de España ha sido la de siempre si se trata del Sáhara Occidental: ni una palabra, en contraste cuando los hechos ocurren en otras partes del mundo, como en Palestina.
El 23 de abril pasado España deploró “el continuo deterioro de los Derechos Humanos y las libertades políticas en Rusia, y condenó enérgicamente la sentencia a 25 años de prisión contra el opositor ruso Vladimir Kara-Murza así como la injustificada detención del periodista estadounidense del #WSJ Evan Gershkovich. El MAEC pidió “una vez más la liberación de todas las personas injustamente encarceladas en Rusia”, y reafirmó su solidaridad con los defensores de Derechos Humanos y miembros de la oposición democrática.
Alto comisionado de la ONU aboga por los DDHH en el Sáhara Occidental
En cárceles marroquíes hay actualmente alrededor de 40 presos políticos saharauis, entre ellos varios periodistas, que cumplen graves penas, incluida la cadena perpetua, impuestas en juicios denunciados por juristas internacionales por falta de garantías y pruebas. Sobre ellos jamás se han pronunciado Pedro Sánchez ni José Manuel Albares.
Todos los lunes, a las 12.30, el Movimiento por los Presos Políticos Saharaui (MPPS) se concentra desde hace dos años y siete meses ante la sede de Exteriores de la plaza de la Provincia, en Madrid, para pedir al ministro que actúe por los reclusos saharauis, siendo, una vez más, el silencio la única respuesta.
El 25 de septiembre José Manuel Albares, camino del Ministerio, pasó andando junto a la concentración por los presos saharauis en la plaza de la Provincia y se negó a recoger la hoja informativa que los concentrados reparten a los transeúntes.
El educador saharaui Abderrahman Buhaia escribió el 30 de septiembre en El Independiente que los principios, los compromisos y el ser consecuente con la palabra dada son conceptos que definen la rectitud, la honestidad y la esencia de uno mismo como persona y que en una persona digna de credibilidad y de confianza, deben ser inamovibles. “Si la persona en cuestión (como es el caso de Albares y Sánchez) confunde ambos conceptos –o incita a su confusión– entonces se convierte en un vulgar truhan indigno de la confianza de nadie”, apuntó.
A esto, agregó: “El Sr Albares, en el que se personifican el cinismo, la hipocresía y la infamia, se atreve a decir, sin ningún pudor, que ´el espíritu de defensa de los derechos humanos anima su política exterior; y cuando le preguntan, en el Congreso, si tenía algún plan para `salvar la vida de Sultana Jaya´, se queda mudo o cambia de tema”.
Con motivo de su estancia en Madrid por el 75º aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los DDHH, Volker Turk, recordó en declaraciones a Europa Press la existencia del derecho a la autodeterminación a la hora de abordar la cuestión saharaui y abogó por poner los Derechos Humanos en el centro del proceso.
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