¿Qué es la economía de mercado socialista de China?

¿Qué es la economía de mercado socialista de China?

Por Pedro Barragán*

La economía de mercado socialista de China es un modelo único que combina elementos del socialismo y del mercado capitalista. Con una fuerte presencia de empresas estatales y una planificación económica centralizada, el país ha logrado un crecimiento económico espectacular, reduciendo la pobreza y fomentando la innovación tecnológica, mientras enfrenta el reto de equilibrar el sector público con la flexibilidad del mercado.

China: Un modelo económico híbrido que combina la eficiencia del mercado con los principios socialistas de planificación y redistribución.

¿Es socialismo, es capitalismo…?

La economía de mercado socialista es, como su nombre indica, un sistema económico que combina elementos del socialismo y del mercado. En este modelo, se busca equilibrar la eficiencia y la competitividad del mercado con principios de igualdad y justicia social propios del socialismo, favoreciendo ambos a través de la planificación económica. Algunos de los rasgos que podemos intuir de una economía de mercado socialista incluyen:

Propiedad Mixta: En una economía de mercado socialista, existe tanto empresas de propiedad pública como de propiedad privada. Las empresas y recursos clave, la tierra por ejemplo, pueden ser propiedad del estado o colectivas, mientras que otras empresas pueden ser de propiedad privada.

Planificación y Mercado: Aunque coexiste con el mercado y la competencia, el estado desempeña un papel significativo en la planificación económica. Esto facilita la distribución de recursos y la inversión en sectores estratégicos.

Redistribución de la Riqueza: El estado implementa políticas para redistribuir la riqueza y reducir las desigualdades económicas, tales como impuestos progresivos, programas de bienestar social, servicios públicos como la educación y la salud, y reequilibrio del mundo rural y el urbano.

Erradicación de la pobreza: El gobierno interviene en la economía para corregir fallos del mercado, proteger el medio ambiente, y garantizar el bienestar social. El ejemplo más patente de ineficacia del mercado se da en la erradicación de la pobreza. Para conseguirlo es necesario que el estado identifique claramente cada bolsa de pobreza y establezca un plan para garantizar una solución habitacional adecuada para ese grupo humano, unos medios de trabajo propios que les permita la autosuficiencia y el acceso a la educación y a la sanidad.

¿En qué se diferencia la economía china de las economías capitalistas?

La mayor parte de los países capitalistas también tienen propiedad mixta de las empresas, planificación estatal y redistribución de la riqueza, ¿donde está, entonces, la diferencia?

La diferencia se encuentra, hoy, en el grado, en la importancia de las empresas de propiedad estatal y en la capacidad de planificación económica del estado.

Las empresas públicas

Si nos fijamos en las empresas de propiedad pública, SOEs por sus siglas en inglés (state-owned enterprises) y tomamos como referencia de comparación la lista Fortune Global 500 de 2023 de las mayores empresas del mundo (tanto públicas como privadas, que la lista no distingue), nos encontramos dentro de los primeros 100 puestos mundiales a numerosas SOEs chinas que destacan por su tamaño, influencia y presencia en sectores estratégicos:

Energía

  •  State Grid Corporation of China: Ocupa el tercer lugar en la lista global mundial. Es la mayor empresa de servicios   públicos del mundo, responsable de la transmisión y distribución de electricidad en China.
  • China National Petroleum Corporation (CNPC): Quinta en la lista global mundial. Una de las mayores empresas de petróleo y gas del mundo, involucrada en la exploración, producción, refinación y distribución de productos petroleros.
  • China Petrochemical Corporation (Sinopec): Puesto 6. Se centra en la refinación de petróleo y la producción de productos químicos y derivados del petróleo.
  • China National Offshore Oil Corporation (CNOOC): Puesto 58.

Infraestructura y Construcción

  • China State Construction Engineering: Puesto 8. Esta empresa de construcción, una de las más grandes del mundo, cuenta con una vasta experiencia en proyectos de infraestructura.
  • China Railway Engineering Corporation (CREC): Puesto 42. Esta empresa es uno de los mayores contratistas de construcción del mundo, involucrada en grandes proyectos de infraestructura, incluyendo la construcción de vías férreas, carreteras, y puentes.
  • China Railway Construction Corporation (CRCC): Puesto 45. Implicada en la construcción de infraestructuras ferroviarias y de transporte, tanto a nivel nacional como internacional.
  • China Communications Construction Company (CCCC): Puesto 72. Se especializa en la construcción de puertos, carreteras y otros proyectos de infraestructura.

Tecnología y Telecomunicaciones

  • China Mobile Communications Corporation: Puesto 57. El mayor operador de telecomunicaciones del mundo por número de suscriptores.

Finanzas

  • Industrial and Commercial Bank of China (ICBC): Puesto 23. Uno de los mayores bancos del mundo por activos, ofreciendo una amplia gama de servicios financieros.
  • China Construction Bank (CCB): Puesto 27. Otro de los principales bancos de China, centrado en la financiación de proyectos de infraestructura y construcción.
  • Agricultural Bank of China: Puesto 30.
  • Bank of China (BOC): Puesto 60. Uno de los bancos más antiguos y grandes de China, con una presencia significativa en los mercados financieros internacionales.

Metalurgia y minería

  • China Minmetals Corporation: Puesto 65. Una de las mayores empresas de metales y minería del mundo, involucrada en la extracción y procesamiento de metales.

Junto con estas SOEs chinas en el top 100 de mayores empresas mundiales, existen otras muchas que, aún cuando no están entre las 100 mayores mundiales, cuentan con liderazgo mundial en sus sectores económicos. También hay que señalar que China no solo cuenta con empresas públicas en la lista Fortune Global 500 de 2023, sino también con numerosas empresas privadas (BYD, Alibaba, JD.com, Contemporary Amperex Technology Co. (CATL), Meituan, etc.).

Si comparamos las empresas de propiedad pública chinas (SOEs) en la lista de las 100 mayores empresas del mundo en 2023 con el resto de empresas públicas de otros países en dicha lista nos encontramos con estas cinco empresas:

  • Saudi Aramco (Arabia Saudita): Puesto 2: Es la compañía nacional de petróleo y gas de Arabia Saudita, conocida por ser una de las empresas más rentables del mundo.
  • Volkswagen Group (Alemania): Puesto 15: Aunque es una empresa parcialmente estatal, es uno de los fabricantes de automóviles más grandes y reconocidos globalmente.
  • Gazprom (Rusia): Puesto 43: Esta es la mayor empresa de extracción de gas natural del mundo y juega un papel crucial en el sector energético de Rusia.
  • Rosneft Oil Company (Rusia): Puesto 50: Otra gigante del sector petrolero en Rusia, con una considerable participación estatal.
  • Enel (Italia): Puesto 64: Una de las mayores empresas de energía en Europa, operando en la producción y distribución de electricidad. Propietaria, entre otras, de la “privatizada” española Endesa (70,10 %).

La importancia de las empresas del sector público chinas tanto en su país como en el resto del mundo ha quedado patente.

Shenzhen, China.

La evolución de estas empresas estatales en los últimos años ha sido significativa y ha venido marcada por reformas estructurales, modernización, y una orientación hacia una mayor competitividad en el mercado global. El gobierno chino ha promovido la fusión de empresas estatales para crear conglomerados más grandes y competitivos a nivel mundial y ha habido una disminución en el número total de empresas estatales a nivel central con el objetivo de que sean más eficientes y menos redundantes. Se han introducido consejos de administración más independientes y la adopción de prácticas de gestión alineadas con las empresas privadas. Las empresas públicas compiten en el mercado en igualdad de condiciones respecto a las empresas privadas.

Pero, fundamentalmente, las empresas públicas chinas están jugando un papel determinante en el aumento de la inversión en investigación y desarrollo (I+D) para impulsar la innovación. Esto es particularmente notable en sectores estratégicos como la tecnología, la energía y el transporte.

El número de empresas corporativas de propiedad estatal en China en 2022 es de 361.996 frente a las 31.491.401 empresas corporativas de propiedad privada, esto es las empresas de propiedad pública son el 1,1 por ciento de las empresas privadas.

El número de personas empleadas en unidades de propiedad estatal era en 2022 de 56,12 millones de personas, reduciéndose constantemente desde los 63,12 millones en 2014; frente a los 405,24 millones de personas ocupadas en empresas privadas y trabajadores autónomos (cifra de 2019, última disponible con este criterio y que no se refiere a la totalidad de trabajadores de China que en 2022 eran 768,6 millones). Las personas empleadas en las empresas públicas son el 13,8 por ciento de las personas ocupadas en empresas privadas y trabajadores autónomos.

El salario medio de las personas empleadas en unidades de propiedad estatal era en 2022 de 123.623 yuanes, frente a los 65.237 yuanes del salario medio de las personas empleadas en unidades privadas urbanas. Esta diferencia salarial es fruto principalmente de las características altamente tecnificadas de las empresas públicas.

Respecto a la participación en el PIB no hay datos estadísticos en la Oficina Nacional de Estadísticas de China, pero la última consulta realizada al Banco Mundial estima la aportación de las empresas de propiedad pública al PIB nacional entre el 23,1 por ciento y el 27,5 por ciento.

Hay que remarcar que las empresas de propiedad pública en China no son del tipo de monopolio como las que hemos tenido en España (Telefónica, Endesa, Renfe, etc.) u otros países, sino que se encuentran compitiendo en el mercado abierto tanto con las empresas privadas chinas como con las multinacionales a nivel nacional e internacional.

La tendencia natural es que el peso de las empresas públicas en la economía se reduzca paulatinamente como consecuencia del menor beneficio a nivel de empresa respecto a sus competidoras privadas, al tener que atender inversiones en Investigación y Desarrollo (I+D) y en áreas estratégicas para el país con resultados a largo plazo y que la competencia no soporta.

La planificación económica

La planificación económica en China ha sido un proceso centralizado y dirigido por el gobierno, basado en los principios del socialismo de mercado. A lo largo de las últimas décadas, este modelo ha evolucionado significativamente, combinando aspectos propios con elementos de mercado.

Durante la época Maoísta (1949-1976) se estableció el Primer Plan Quinquenal (1953-1957) enfocado en la industrialización pesada y en la colectivización agrícola. La economía estaba altamente centralizada y dirigida por el estado. Posteriormente, el Gran Salto Adelante (1958-1962) fue un intento fallido de acelerar el crecimiento económico mediante la industrialización rural y la agricultura colectiva, que resultó en una hambruna masiva.

A partir de 1978 con Deng Xiaoping se introdujeron las reformas económicas que permitieron la inversión extranjera y la creación de zonas económicas especiales (ZEE) como Shenzhen. Y se avanzó en la descentralización, con mayor autonomía para las empresas estatales y las provincias para tomar decisiones económicas.

Hoy en día la Planificación Económica Moderna en China se asienta en cuatro elementos clave.

Los Planes Quinquenales que siguen siendo una herramienta importante para guiar el desarrollo económico, aunque con un enfoque más flexible que en el pasado, y que establecen metas de crecimiento, de desarrollo de infraestructura, de innovación tecnológica, y de sostenibilidad ambiental.

Las Zonas Económicas Especiales (ZEE) que han sido fundamentales para atraer inversión extranjera directa (IED), experimentar con reformas económicas y fomentar el crecimiento industrial.

Las Empresas Estatales (SOEs) que juegan un papel crucial en sectores estratégicos como energía, telecomunicaciones y transporte.

La inversión en Innovación y Tecnología que esta permitiendo a China dirigir grandes recursos hacia el desarrollo de tecnologías avanzadas, que la han convertido en líder mundial en áreas como inteligencia artificial, 5G y energías renovables.

La planificación económica en China y en los países occidentales presenta diferencias significativas en términos de enfoque, de estructura y de objetivos. Veamos algunas de las principales diferencias:

En ambos sistemas las empresas privadas actúan con total autonomía y es el mercado quien dinamiza y regula la economía.

En China el gobierno mira al medio y largo plazo y establece metas específicas a nivel nacional, abarcando sectores estratégicos como infraestructura, tecnología y medio ambiente. Por su parte, Occidente se centra fundamentalmente en el corto plazo, utilizando políticas macroeconómicas que tratan de actuar sobre el ciclo económico para amortiguarlo.

La estructura de la planificación económica de China ya la hemos analizado y está centrada en los objetivos, en el desarrollo de Zonas Económicas Especiales y en la innovación. Occidente se enfoca hacia la regulación como mecanismo para limitar a las empresas privadas y hacia las políticas fiscal y monetaria (políticas macroeconómicas) como herramientas para actuar sobre el mercado, mientras que la inversión en investigación y desarrollo es principalmente impulsada por el sector privado. Esto último podría estar cambiando como consecuencia del impacto sobre Occidente del éxito económico chino.

Los objetivos de la planificación económica de China están centrados en el crecimiento y la modernización económica, en la reducción de las desigualdades regionales y urbanas-rurales y en la sostenibilidad ambiental. Occidente se enfoca hacia el control de la inflación y el desempleo (problemas que de momento la economía china no conoce) y la protección de los derechos de propiedad y de la iniciativa individual. La sostenibilidad ambiental, ante el liderazgo chino en las industrias de las energías renovables (coches eléctricos, eólica, solar) parece estar pasando a un segundo plano.

¿Por qué la economía de mercado socialista de China es socialista?

El milagro económico chino no es solo consecuencia del trabajo de las empresas de propiedad pública y de la planificación económica. Este milagro económico que ha permitido a China y a sus 1.400 millones de habitantes, pasar en muy pocos años de ser uno de los países más pobres del mundo a su situación de vanguardia actual, no habría sido posible sin un elemento de cohesión nacional, integrador de los objetivos nacionales y con la estructura para coordinarlos en todos los niveles. Nos referimos al Partido Comunista de China (PCCh) que desempeña un papel fundamental en la economía de mercado socialista del país, actuando como el principal arquitecto y guía del desarrollo económico y social. Su influencia se extiende a todas las áreas de la vida económica y política, asegurando que las políticas y objetivos se alineen con la visión y los intereses de la nación.

El Partido Comunista de China es el motor y guía de la economía de mercado socialista del país. Su capacidad para combinar la planificación centralizada con elementos de mercado le permite a China perseguir un modelo de desarrollo único que maximiza la eficiencia y la estabilidad. A través del control estratégico de empresas estatales, la formulación de políticas económicas, el énfasis en la estabilidad social, el impulso a la innovación tecnológica y la expansión global, el PCCh asegura que los objetivos de la nación se traduzcan en resultados económicos y sociales tangibles.

Esta estructura permite a China adaptarse rápidamente a los desafíos y oportunidades globales, manteniendo un crecimiento sostenido y mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos. Un modelo que también enfrenta desafíos, como la necesidad de equilibrar el sector público con la flexibilidad del mercado, de garantizar la equidad de mercado para las empresas privadas, de abordar las desigualdades regionales y sociales, y de garantizar la sostenibilidad ambiental en el largo plazo. A medida que China continúa su camino de desarrollo, el papel del PCCh seguirá siendo crucial para moldear el futuro económico del país.

* Pedro Barragán es economista. Miembro de Cátedra China, temática que deja reflejada en su blog personal. Es editor de la web Archivo de la Transición.
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