Retrato de un poeta antifascista
Por VVAA*
El próximo 27 de septiembre se cumplen cuarenta y nueve años de los últimos asesinatos del franquismo que, en alguna de sus composiciones, inspiraron al poeta…
Cumplió cien años hace unos días. Pero una vida no son sólo los aniversarios. Y sobre todo: la gran escritura no tiene fecha de caducidad. Es un gozo grande recorrer desde siempre -y más en este tiempo de tanta desmemoria- el itinerario que Vicent Andrés Estellés y su obra literaria cumplieron a rajatabla para que este país no fuera un desierto cultural y humano, como ha pasado y sigue pasando en tantas ocasiones cuando hablamos de cultura en general y en particular cuando es la poesía la que ocupa el centro de nuestras reflexiones.
Los cien años del poeta de Burjassot nos han llevado este año de un sitio a otro, como en los viajes interminables que dejan huellas imborrables. Ciudades grandes y los pueblos donde apenas llega la luz eléctrica han llenado sus calles y sus espacios culturales con la vida y los versos de uno de los mejores poetas que ha dado la literatura universal.
Y la llamamos así porque sería injusto reducirla a un localismo que para nada es lo que identifica en verdad su poesía. La dignidad de un pueblo la expande la gran literatura que surge de sus entrañas a veces más desconocidas. Ahí, en esa universalidad, incluimos pues la escritura inmensa de Vicent Andrés Estellés.
De ahí, de esas intenciones, surge lo que con toda la humildad del mundo -pero también con la misma firmeza- hemos querido añadir a lo ya tan extensa y justamente publicado estos días y todo el año que ya llevamos acompañando al poeta en su viaje esperamos que interminable.
El añadido tiene que ver con el carácter que pocas veces sale reseñado cuando se habla de su obra literaria: el antifascismo. Tuvimos ocasión, hace muchos años, de conocer a Vicent Andrés Estellés, de compartir con él tiempo y complicidades que iban más allá de la literatura. Tuvimos ocasión también, cómo no, de ahondar en eso que tantas veces ha salido en estos días llenos de su memoria: su condición de hombre bueno, de persona que miraba con esa ternura que tanto lo identifica pero también de persona que se enfrentaba duramente a las violencias del franquismo.
Hablamos de sus crímenes, de los crímenes de una dictadura que hoy tanto nos está costando reconocer y aún más de llevar a los tribunales. En el colectivo Al Alba, del que forman parte, entre otros, los nombres que aparecen al pie de esta página, andamos empeñados precisamente en eso: la necesidad de que los criminales franquistas sean llevados a la justicia. Está siendo difícil -casi imposible-, pero ahí andamos con mucha otra gente que persigue los mismos objetivos de verdad, justicia y reparación para las víctimas de la dictadura. En ese trance descubrimos ‘otro’ poeta, no distinto al que conocemos ancha y largamente, sino al poeta que se posicionó frontalmente -él mismo y su escritura- frente a las violencias del fascismo. Fue el poeta de nuestro pueblo y también el poeta de nuestro antifascismo.
Hay ejemplos sobrados de estas afirmaciones. Los versos, no hace mucho recogidos en el VIII volumen de Obra Completa (Ed. 3 i 4), dedicados a Salvador Puig Antich, joven anarquista asesinado a garrote vil el 2 de marzo de 1974: «Puig Antich / jo t’invoque / i cride / des de la murada / el teu silenci / la teua mort / la teua amarga matinada / i espere la irrupció / de la teua mort / cruel com no n’hi ha altra». O el magnífico Estat d’excepció (Edicions de la Guerra), una respuesta al último Estado de Excepción promulgado por Franco en agosto de 1975. Un poema dedicado, por cierto, a ese también enorme poeta que es Jaume Pérez Montaner: «Qui guanyarà? I ho pregunteu encara? / Guanyarà el foc que palpita a la cendra».
Es aquí, en este registro claramente antifascista, donde encontramos un libro del que sin ninguna duda nos sentimos profundamente orgullosos: Versos per acompanyar una esperança (Vanguardia Obrera 1986). En este libro están publicados por primera vez dos de los cinco poemas que escribió en memoria de los cinco últimos asesinados por el franquismo el 27 de septiembre de 1975. Existen tres poemas más que aparecieron años después, pero ignoramos si fueron editados en algún sitio.
Ya decimos que eran cinco los poemas, como los cinco jóvenes asesinados pocos meses antes de la muerte del dictador: José Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz (FRAP) y Juan Paredes Manot, Txiki, y Ángel Otaegui (ETA): «Company, volgués acompanyar-te, / però, no et puc acompanyar. / Et debateixes dins d´un laberint. / Jo reste a la porta». No falta en esta edición, de la que nos sentimos personalmente partícipes, la invocación al asesinato de Joan B. Peset, rector de la Universitat de València, el 24 de mayo de 1941: !Vora el barranc del Carraixet / vora els difunts del nostre poble, / les flassades de pobra terra / i, de postres, el tir de gràcia…». Otros poemas dedicados a la denuncia de la represión fascista, como el dedicado a Teófilo del Valle, un joven asesinado por disparos de la policía en una manifestación convocada con motivo de la huelga del calzado en Elda. Fue en los inicios de la Transición, el 24 de febrero de 1976: «Fosques pistoles / de matinada, fosques, / fosques pistoles / han acabat la vida, / preciosa com era».
Un largo etcétera completaría varias páginas como esta y serviría para acompañar una práctica poética y humana de compromiso político. Siempre estuvo dispuesto a ese compromiso. Nunca permaneció al margen de los acontecimientos políticos del momento. Se sensibilizó con el sufrimiento de los represaliados por la dictadura y en la misma Transición y lo reflejó en sus poemas. Y en su activismo claramente antifascista.
Un activismo que quienes escribimos esta columna acompañamos durante todos aquellos años. En ese sentido, fue miembro de la Promotora para rendir Homenaje a las Víctimas del Franquismo, colaborando en numerosos mítines y actos públicos. Participó en el Segundo Encuentro Internacional Antifascista en el Saler en 1979. Apoyó las candidaturas de Unidad Popular Republicana. Intervino en el mitin anti OTAN celebrado en Vivers el 17 de octubre de 1981…
Un año y un día a día llenos de la memoria del poeta Vicent Andrés Estellés. Aquí sólo queríamos añadir a esa trayectoria, tan fielmente reflejada en este diario y en tantos otros sitios volcados en su vida y en su obra literaria, un rasgo que compartimos con él durante mucho tiempo: su escritura de denuncia radicalmente política.
El próximo 27 de septiembre se cumplen cuarenta y nueve años de los últimos asesinatos del franquismo que, en alguna de sus composiciones, inspiraron al poeta. De ahí, y para profundizar en su marcado carácter antifascista, que saquemos aquí una cita con esa versión del poeta que hemos subrayado: el próximo 26 de septiembre, con el apoyo de la Plataforma Cent d’Estellés de Benimaclet y la coordinación de la librería Primado de València, celebraremos un acto de homenaje a Vicent Andrés Estellés en la librería Primado, con la intervención de Jaume Pérez Montaner, Miguel Morata, Alfons Cervera y Rosana Pastor. Ahí nos vemos.
* Firman este artículo Miguel Morata, Lucila Aragó, Alfons Cervera y Fernando Sierra. (Colectivo Al Alba) Publicado en Levante
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