Revolucionar la palabra
Por Fabiola Calvo. LQSomos.
Hace 15 años, un puñado de mujeres emprendimos en Colombia una propuesta para aportar en la revolución de la palabra y la imagen, dirigida a los medios de comunicación, periodistas, facultades de comunicación y periodismo.
Se trataba de un grupo de jóvenes que aún no terminaban la universidad (algunas periodistas reconocidas no le dieron importancia ni vieron ni sintieron la necesidad de hacerlo), pero se sumaron a la urgencia de transformar la mirada con la cual se nombra a las mujeres: hermosas, sumisas, en la cocina, en el lugar privado, sin autonomía y a la sombra de un varón.
Nuestro referente fue y sigue siendo uno de los 12 capítulos de la Plataforma de Beijing, el Capítulo J, ese gran desconocido que ya salió de su escondite para dignificar a las mujeres sobre las cuales hablan los medios y sobre el lugar de las mujeres periodistas a quienes Estados y gobiernos deben apoyar para que sean propietarias de medios, para que tengan participación donde se toman las decisiones ¿Lo cumplen?
Como Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género iniciamos vuelo en 2007 y en loca carrera organizamos y coordinamos el III Encuentro de la Red Internacional, en Bogotá en 2009, en el que participaron 16 países de cuatro continentes y periodistas de diferentes lugares del país.
Culminamos un proceso de un año en Tunja con funcionarias y periodistas, lo cerramos con un Congreso latinoamericano; nos embarcamos en un diplomado con la Universidad Nacional, así mismo, talleres aquí, tertulias allá, y conferencias acerca del enfoque de género y un lenguaje incluyente y no discriminatorio.
Es reconfortante darnos un paseo por los jardines de nuestra creación como el programa “Ni reinas Ni cenicientas”, emitido por Canal Capital y que sigue siendo material didáctico en colegios, universidades y organizaciones sociales, y si nos aburrimos podemos entrar en el eduentretenimiento con la radionovela “Lazos invisibles” sobre violencias. Buena trama y el final…
Tanto, “Otras miradas para construir, comunicar y analizar la información” como “Enrédate con las mujeres de Tunja: En busca de mis derechos” son publicaciones que dan elementos para hacer un periodismo con enfoque de derechos y no sexista.
Si queremos mirar otras joyas podemos buscar “Aportes para el ejercicio profesional: un buen periodismo incluye la visión de género y los derechos de las mujeres”, un decálogo para informar casos de violencias contra mujeres; estrategias para garantizar los derechos de las mujeres en el cubrimiento de la paz, o tips para noticias deportivas incluyentes
¿Qué más hemos logrado en estos 15 años? Darle un enfoque de género al diagnóstico al daño a periodistas en el conflicto armado mientras participamos como Red en el Comité de Periodistas Víctimas en la Unidad de Víctimas.
¿Quiénes somos? Mujeres enamoradas de nuestro trabajo, que danzamos para estirar el día, conversar entre nosotras, resolver asuntos de la cotidianidad, de nuestra vida laboral, atender los terremotos familiares, tomar tinto con amigas, leer y encontrar un huequito para nuestra Red, organizada en cinco nodos (Barranquilla-Caribe, Bogotá, Cali-Valle, Medellín-Antioquia y Tunja-Boyacá).
Sumamos el tiempo de una, otra y otra. Cuando hay discrepancias…hablar, escuchar, acordar, o no, y le agregamos respeto y mucha sororidad. Todo esto hace parte de lo que somos: Una escuela que genera impacto.
Hacemos magia con nuestra economía para llegar de una ciudad a otra, reunirnos y trazar estrategias para seguir y seguir con la compañía de los pocos colegas comprometidos, aliados de la causa que nos acompañan, proponen y hacen.
Desde hace cinco años presentamos aquí y allá la propuesta para investigar las violencias contra periodistas a partir de la campaña Periodistas sin acoso. Por fin nos llegaron aliadas y financiadores y el resultado fue un estudio, dado a conocer en agosto 2021.
Para seguir con el entusiasmo, en febrero 2022, para iniciar nuestra celebración de los 15 años presentamos el informe sobre los avances y carencias en la aplicación del Capítulo J en Colombia y, en marzo realizamos un conversatorio “Las periodistas narran el pos-acuerdo” con un enfoque de género, étnico y territorial.
Estamos con el compromiso de continuar en la consolidación de la “Alianza por la igualdad de las mujeres en los medios” que integramos además de la Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género, la Fundación para la Libertad de Prensa, Consejo de Redacción, Karisma, Sentiido, Colnodo, la Red Colombiana de Periodismo Universitario y la Línea del Medio.
Para terminar la historia vivida hasta hoy, junto a la Red, nació la Fundación Acción Comunicar. En una red las personas entran y salen (de esta no se han ido), es flexible, pueden seguir sin actuar (no es lo mejor) y en nuestro caso nos dimos una estructura sencilla, mientras que una fundación es un ente jurídico que tiene una junta directiva, existe en Cámara de Comercio, en la temida Dian y en otros embelecos burocráticos. Ella nos representa jurídicamente y tiene su autonomía.
¡Ah! Otra cosita: Insistir en escribir con la A, sin caer en el infantilismo, es una de nuestras tareas, a las mujeres debemos visibilizarlas nombrándolas porque lo que no se nombra es como si no existiera porque existir existimos. Queda en el tintero conversar sobre la imagen, pero un artículo no da para tanto. Queda pendiente.
Colofón: Gracias, gracias. Gracias a quienes se embarcaron en este sueño posible, a nuestros aliadas y aliados (personas, organizaciones, medios, instituciones, cooperación internacional, instituciones gubernamentales…).
Un cambio cultural es largo, de mucho trabajo, estrategias, dinero, paciencia… Es posible, hemos avanzado.
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@fabicalvoocampo
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