The Cove
Por Pepe Gutiérrez-Álvarez. LQSomos.
En la ajetreada campaña de los Oscar, trufada de cenas, encuentros y fiestas, The Cove, armados de tecnología punta y de cierto halo ecomesiánico, intentarán demostrar que en una remota cala de un pueblito japonés se matan delfines a miles, cuya carne luego se utiliza de alimento con altos índices de mercurio.
Grabado en secreto durante 2007, empleando micrófonos submarinos y cámaras de alta definición camufladas, y con el jefe de la policía local pisándoles los talones, The Cove se ha convirtió en el filme-campaña al que todo famoso de Hollywood se quiere adherir. Y un fenómeno que ha generado respuestas encendidas del Gobierno de Japón y reacciones en medio mundo occidental. El director no titubeó: “Se lo dije a mi equipo antes de empezar a rodar: No estamos intentando hacer una película, sino empezando un movimiento”, reconoce Psihoyos en conversación desde Los Ángeles. “Yo, más que un cineasta, soy un activista”, remata.
La película ha conseguido reunir más de un millón de acólitos a través de una página web desde la que se llama a la acción (takepart.com). Además, estrellas como Ben Stiller, Naomi Watts y Jennifer Aniston han participado en un vídeo que arrasa en la Red desde que se lanzó en el Día de la Tierra. En el plano político, la oposición ha sido firme desde Japón, donde las autoridades defienden la pesca de delfines como una tradición. La película se ha pasado en el Festival de Tokio acompañada de controversia y ante las amenazas que, según el director, han recibido exhibidores y profesores que la han proyectado en universidades, el realizador ha decidido colgar de Internet su película en japonés. También, dice, algo se ha conseguido: “Antes, la carne de delfín formaba parte de los menús de los comedores escolares del país. Esto ha dejado de ser así”.
Los primeros en emocionarse fueron los espectadores del Festival de Sundance de 2009, donde The Cove se hizo con el premio del público. Allí arrancó la carrera de críticas favorables de las principales cabeceras de EEUU, que llevan coincidiendo en los dos ganchos esenciales del filme: la presencia de Ric O’Barry como protagonista y la estructura a lo Misión imposible. El director apunta un tercero: el relato de terror. “El pueblo parecía sacado de una novela de Stephen King: externamente se mostraba un profundo respeto y amor por los delfines y las ballenas, pero lo que estaba ocurriendo en la cala secreta componía otra historia”, comenta.
La historia de O’Barry tampoco tiene desperdicio: en los sesenta, fue el adiestrador de los cinco delfines que se utilizaron para crear a Flipper. Así, el hombre que contribuyó a hacer del negocio de los delfines en cautividad uno millonario y popular, poco después convertiría su vida en un camino a la redención: O’Barry lleva tres décadas tratando de desmontar la industria que ayudó a crear.
El segundo atractivo era el thriller. “En principio, no habíamos pensado en hacer la película en clave de suspense, sólo queríamos contar la historia de Ric y la cala secreta. Todo el tema del equipo de especialistas era en realidad parte de los extras del DVD, algo así como un making of. Pero cuando volví al estudio y mi editor lo vio, me dijo que debía estar en el documental. Lo que no esperábamos es que se convirtiera en la película”, reconoce el realizador.
La ‘ficha’
The Cove. Año: 2009. Duración: 92 min. País: Estados Unidos.
Dirección: Louie Psihoyos. Guion: Mark Monroe. Música: J. Ralph. Fotografía: Brook Aitken.
Productora: Diamond Docs, Fish Films, Oceanic Preservation Society, Quickfire Films
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