Todo va bien

El Financiero de El Garaje. LQSomos. Abril 2015

¿Han visto lo bien que va todo? Ya no se habla de Ucrania ni de la guerra en el Yemen ni de Siria o Irak. ¿El crash del Airbus de Germanwins en los Alpes?… todo el mundo tiene claro que el único culpable fue el copiloto. Por no hablar del ataque contra Charlie Hebdo o las misteriosas desapariciones de aviones en 2014. En realidad ya no se habla de nada. Los telediarios se reducen a crónicas de sucesos, y los periódicos… bueno, los periódicos no los lee nadie.

La paz en el mundo avanza. Vean como los USA e Irán (y otras potencias) llegan a un acuerdo y, por si no lo sabían, “la guerra fría ha terminado” al saludarse Obama y Castro.

¿Grecia? Nada, el tema está controlado, y la economía mejora, tanto a nivel mundial como en el Reino de España. ¿La deuda?: No es un problema.

Todo esto nos lo vamos creyendo porque sabemos que no debemos dar importancia a que el 70% de los medios de comunicación del planeta estén controlados por siete empresas. La mayor concentración “industrial” existente. Se trata de Fox News, Time Warner, Disney, Sony, Bertelsmann, Viacon y General Electric.

Bajo ese imperio mediático, se veía venir que en 2015 y puede que en 2016, nos iban a vender la película de la recuperación y de la mejora de las perspectivas. Así está siendo. Poco importa que los hechos desmientan este escenario. Tozudos, subterráneos y, por supuesto, sistemáticamente falseados y/o ocultados, pero siempre presentes.

El precio del petróleo no se recupera. La Producción industrial en Estados Unidos acaba de situarse al peor nivel desde 2012, y la producción de servicios básicos ha registrado la peor cifra, a pesar del frio invierno, desde hace 9 años. En 2014, China ha registrado su crecimiento más bajo (+7,4%) en 20 años, y sus exportaciones han caído en marzo sobre marzo de 2014 un 14,6% (contra una previsión del +8%). La economía mundial está estancada.

En el Reino de España, después de incluir todo lo que se les ha ocurrido al cálculo del PIB, este, lógicamente, sube. El empleo mejora y, como todo el mundo sabe, el paro va a desaparecer. Eso nos dicen, mientras el mercado laboral continúa degradándose y los problemas (quiebra del sistema de pensiones, sanidad, vivienda…) siguen ahí…y la deuda creciendo.

Y es que la economía es curiosa. Hace poco leí un acertado comentario de Santiago Niño Becerra al referirse al hundimiento de las retribuciones de los titulados universitarios españoles. Decía algo así como que ahora se entendía el acceso, casi “libre”, a las universidades españolas en los últimos treinta años.

Lo que era un “derecho”: el acceso de todos a la Universidad (y a sus títulos), pagado, claro está, con dinero público, de todos, se ha traducido años después en una devaluación de esos títulos, en beneficio de las grandes empresas privadas que son las que necesitan a (algunos de) los jóvenes formados. Oferta y demanda. Genial, ¿no? Un elemento más, y no el menor, de la devaluación interna a la que estamos asistiendo.

Se devalúa y se gana tiempo aquí, – es realmente como si hiciese falta ganar todavía más tiempo-, como parte de una evolución global.
¿Para qué? Cada vez más analistas, a la vista de las provocaciones de la OTAN contra Rusia, avisan del peligro de una guerra en Europa. También puede inquietar el traslado, favorecido por el acuerdo con Irán, de tropas USA de Oriente Medio a Extremo Oriente.

Cada jugador juega sus cartas. Zhou Xiachuan, gobernador del Banco Popular de China ha pedido en Marzo la apertura de discusiones en el FMI para la incorporación del Yuan en los Derechos de Tiraje Especiales (DTS), que son una moneda de reserva internacional (42% dólar, 37,3%euro, 11,3 libra y 9,4 yen). La realidad como vemos es que la hegemonía del dólar sigue amenazada. Su peso en las reservas de los bancos centrales había ya pasado del 70% al 60% en 13 años. Ahora, China pretende formalizar esta realidad nada menos que en uno de los mecanismos centrales del Fondo Monetario Internacional.

Los jugadores necesitan tiempo para desarrollar sus estrategias. Los movimientos son cada vez más complejos. Por ello, más allá de la discusión de tal o cual dato, conviene integrarlos en un marco conceptual más amplio, en una idea general de lo que está ocurriendo. Cada cual tendrá la suya.

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