Ucrania y la paz de los mercaderes

Por Acacio Puig
La última semana nos trajo crispadas noticias que confirman la aberrante paz de los mercaderes que no es más que la máscara de negocios bélicos criminales y latrocinios a gran escala encubiertos por una tormenta de palabras gastadas que poco a poco, van perdiendo credibilidad
Trump decidido a cobrarse las deudas pendientes, en su papel de zafio hombre de negocios y exigiendo explotación de tierras raras, la UE amagando con una alternativa de “soberanía y paz duradera”, con objeto de encontrar silla en el banquete…y el actual presidente de Ucrania, Zelenski, volviendo contento al primer plano del noticiero, exhibiendo su eterno disfraz de combatiente, a la par que de turista vocacional. El conjunto da mucho asco. En realidad, todos decididos a llegar a acuerdos -a los dos lados del océano- porque están ansiosos de dar más aire a su business. Poco cabía esperar de semejante banda de delincuentes de guante blanco, aunque un mínimo de pudor e inteligencia debiera ir en el sueldo.

Los encuentros de Washington dieron la mísera talla de loritos repitiendo su discurso y sus anhelos: ¡la pasta y más armas! El encuentro del domingo en Londres: Previsible. Con un primer ministro como Starmer que aboga por que el Reino Unido asuma el liderazgo de la OTAN y sea el enlace fetén con Trump, un Macron avaro del protagonismo perdido en Francia y una Von der Layen que recita incansable la cantinela de “más presupuesto de defensa en la UE”. Todos han cubierto su papel ante un Zelenski satisfecho, que desborda corruptelas y gastos suntuarios (al angelito le van también los coches y recientemente adquirió, por más de un millón de dólares, el vetusto mercedes de Hitler).

Todos quieren cobrarse deudas de guerra, saquear lo que queda en Ucrania tras su profunda colonización por Blackrock e incentivar el comercio de armas, sustituyendo el gasto público por gastos de defensa. (Conviene dar un vistazo a los estudios del Instituto de Investigación por la Paz de Estocolmo). El resto de líderes van de palmeros del proyecto de “soberanía y paz”: desde los nórdicos a los polacos, de los italianos a Rutte, el imaginario jefecillo de la OTAN… (añadiendo a Felipe VI y el gobierno de España, con discreto bla-bla-bla). De modo que todos asumen, por ahora, este común denominador:
Mantener el flujo de ayuda militar a Ucrania mientras la guerra continúe y aumentar la presión económica sobre Rusia Cualquier paz duradera debe garantizar la soberanía y seguridad de Ucrania, y Ucrania debe estar presente en cualquier negociación de paz. En caso de un acuerdo de paz, los líderes europeos trabajarán para disuadir cualquier futura invasión de Rusia en Ucrania. Se establecerá una “coalición de países” para defender a Ucrania y garantizar la paz en el país.
El discurso es tan conocido como ajeno a los hechos desde el origen de la operación especial Rusa en tierras de Ucrania y obvia tanto las conocidas declaraciones (de Merkel y resto de cipayos) sobre los acuerdos de Minsk, firmados no cumplirse sino para armar a Ucrania, como el sabotaje de Boris Johnson al acuerdo de Estambul en marzo de 2022 (por mucho que lo nieguen los medios al uso).
Así las cosas lo que sigue faltando es una amplia movilización social europea contra la guerra, que desenmascare la sangrienta farsa y obligue a estos “lideres” a rectificar. Es penoso que la bandera de la paz y la diplomacia haya quedado en manos de la feroz ultraderecha que la provecha para ganar espacios institucionales y que las minoritarias corrientes pacifistas de izquierda (a las que, sin rigor y con desvergüenza, se caracteriza como “roji-pardas”) no acierten a ganar peso y credibilidad. De modo que una vez más aquí, que es lo que tenemos próximo: Sí a la negociación y No a la guerra. ¡OTAN No y Bases Fuera!
* Miembro del Colectivo LoQueSomos.
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Compañeros Gregorio y Antonio. Hace décadas que los imperialismos se transformaron en «la fase superior del capitalismo», sin embargo en el caso de Rusia, las fronteras sufrieron la amenaza de una Ucrania que se postulaba también como otra base de la OTAN, alterando acuerdos de no expansión de ese ente militar que debería haberse disuelto desde el fin del Pacto de Varsovia y dar paso a un mundo multipolar. El hostigamiento a las poblaciones ruso-ucranianas se aceleró desde hace años y también las ofensivas post Maidan (unos 14 0 16 mil muertos en Donbas). El imperialismo occidental descarta la legitimidad de los referendums que allí -como en Crimea- tuvieron lugar. Yo les otorgo suficiente legitimidad y legalidad.
La pregunta es: en un conflicto interimperialista, un país capitalista como Rusia ¿tiene derecho o no lo tiene a defender sus fronteras? Mi respuesta es que sí, que tiene derecho a defender sus fronteras. Y básicamente eso fue el detonante último de este cruel conflicto.
Como escribía hace tiempo, ningún comunista autogestionario -como muchos de nosotr@s- considerará a Rusia su modelo de sociedad emancipada, pero eso no me impide evaluar los burdos intereses que llevan a la expansión de la OTAN ni tampoco, a escamotear el derecho a defender fronteras ni poblaciones que fueron y son agredidas. En cualquier caso, ni comparto la personalización en Putin de la Federación Rusa (y la CEI) ni ningún deslizamiento hacia la rusofobia. Salud y Amistad.
Y aquí: OTAN NO y Bases Fuera.
Compañero Acacio, me parece triste, muy triste, que un comunista autogestionario se adhiera y defienda las tesis de un imperio autocrático orwelliano y expansionista como es la Rusia de Putin, sinceramente, te desacredita política y moralmente.
Invadir un país soberano y bombardearlo, incluyendo matanzas regulares de civiles no tiene épica ni gloria, solo es eso: invadir y bombardear un país, y matar civiles. No tiene ninguna excusa ni justificación, ni antes, ni ahora, ni nunca. Como no la tenía en Irak o en Afganistán, ni tampoco en Gaza, igual pasa en Ucrania.
Secundar los cálculos y validar las excusas geoestratégicas o geopolíticas de los Imperios te convierte en un lacayo imperialista o, si consideras que la invasión/’Operación especial’ merece la pena por confrontar al ‘demonio’ de la OTAN, entonces es aún peor: te convierte en un especulador, un utilitarista o un cínico, con una doble vara de medir las guerras y los conflictos.
El resto, como el hostigamiento del Donbas post Maidan (la misión de la OSCE solo tiene acreditadas 1.539 víctimas civiles entre heridos y muertos desde el 2016 al 2021), o darle ‘legitimidad y legalidad’ a los referéndums celebrados en Donetsk, Lugansk o Crimea por el mismo Imperio expansionista, tradicionalista y autocrático que los organiza, es un puro ejercicio de voluntarismo ciego (de nuevo moralmente cuestionable, por la doble vara: ¿te valdría un referéndum organizado por Marruecos en el Sáhara ocupado?) o de simple fe (y adhesión) a la propaganda imperial putinista.
https://www.osce.org/special-monitoring-mission-to-ukraine/511327
Lo dicho, muy decepcionante, porque el comunismo autogestionario termina resultando una cáscara vacía, guiada solo por no se sabe bien qué criterios o estrategias, sospechosas y cuestionables (¿putinistas?), en cualquier caso, nunca éticas, ni morales, ni universales.
Acacio es de los que predica el mantra “putinar” de la ‘operaciòn especial’. Con ese sesgo solo se permite criticar el imperialismo yanqui, y no el ruso. Como si el intolerable imperialismo expansionista ruso fuera de mejor calidad, o más presentable, que el otro, y como si ese régimen autoritario, tradicionalista, oligárquico y confesional, fuera un modelo alternativo que mereciera la pena.
Si señor, OTAN no, bases fuera.
Ok, OTAN no, bases fuera, pero según este artículo, Rusia no tiene nada que ver con la invasión de Ucrania. Vamos que Rusia se menciona como si fuera un país víctima de presión económica