Una mentira fascista sobre el palacio de Liria
Arturo del Villar*. LQS. Abril 2018
Los militares vencedores de la guerra en 1939 escribieron la historia a su manera. Las mayores falsedades se transformaron en verdades. Vamos a fijarnos ahora en una de ellas, la referente al palacio madrileño de Liria, propiedad de los duques de Alba. Entre sus muros se almacenan grandes tesoros artísticos, reunidos por la familia a lo largo de los siglos. Durante el asedio de Madrid estuvo protegido por el acuerdo común de todos los defensores de la capital, que lo incautaron por ser propiedad de un rebelde enemigo del pueblo, con la intención precisamente de que no sufriera ningún daño.
Se quería evitar que fuera asaltado, como represalia por saberse que el duque de Alba era el representante primero y después embajador de los rebeldes en Londres, en donde realizaba una gran campaña propagandística a favor, como es lógico, de los suyos, no sólo en la conocida como Corte de San Jaime, sino entre los aristócratas europeos.
Fue muy difícil custodiarlo, porque los aviones italianos que bombardeaban diaria-mente la capital tenían como objetivos los lugares más emblemáticos, como el Museo del Prado o el monumento a la Cibeles. Deseaban destruirlos para culpar a los madrileños asediados del desastre. Una táctica muy utilizada, por ejemplo en Gernika, en donde se lanzó la gran falacia de asegurar que la villa mártir había sido destruida por sus habi-tantes.
El ABC en su ruin papel
En el diario archimonárquico y protofascista ABC se encuentra una nota infame, en la página 16 del ejemplar correspondiente al 14 de abril de 1939, “Año de la Victoria”, como se dice en los muchísimos anuncios de comerciantes madrileños que en sus páginas vitoreaban al “Invicto Ejército Nacional y a su Caudillo”. Dice el suelto que el duque de Alba, de paso por Madrid antes de regresar a la Embajada en Londres, había visitado su palacio, “que, como se recordará, fue saqueado y casi destruido por la barbarie roja”. Es una inmensa mentira política, con la finalidad de presentar a los defensores de la llamada “Capital de la Gloria” como unos facinerosos dedicados al pillaje. El duque pudo comprobar que nada faltaba en su palacio, al que se había preservado de los bombardeos fascistas, a pesar de ser la morada de uno de los peores enemigos del pueblo.
En cambio, uno de los mejores poetas del pueblo, Rafael Alberti, escribió un romance sobre “El último Duque de Alba”, publicado en su libro El burro explosivo, impreso en 1938 al cuidado del glorioso 5.º Regimiento. En él, después de retratar con jocosos versos al infecto personaje, le explicaba así la defensa que los madrileños hicieron de su palacio:
Vuélvete de Londres, deja,
si te atreves a dejarla,
la triste flor ya marchita,
muerta, de tu aristocracia,
y asoma por un momento
los ojos por las ventanas
de tu palacio incautado,
el tuyo, el que tú habitaras;
……………………………..
y verás cómo tus ojos
ven lo que jamás pensaran:
palacio más limpio nunca
lo conservó el pueblo en armas.
Las Milicias comunistas
son el orgullo de España.
Verás hasta los canarios,
igual que ayer, en sus jaulas,
los perros mover la cola
a sus nuevos camaradas;
y verás la que contigo
servidumbre se llamaba,
ya abolidas las libreas,
hablar de ti sin nostalgia.
El poeta comunista retrató la realidad de los acontecimientos, mientras que el diario fascista los falseó, como era su costumbre desde su fundación, excepto durante el perío-do en que estuvo incautado, y continúa haciendo todavía. Ha cambiado la empresa edi-tora, pero no la ideología de sus empleados. Por eso es imposible esperar que hiciese una autocrítica, y pidiera perdón por las mentiras publicadas. Es el diario oficioso de la monarquía borbónica, no puede cambiar su estilo.
¡Viva la III República Española!
* Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio.
Más artículos del autor
Mp3. Movimiento por la III República – LoQueSomos
Síguenos en Facebook: LoQueSomos Twitter@LQSomos Telegram: LoQueSomosWeb