Y llegó… “el Preparao”, reprimiendo el republicanismo en las calles
Ya lo dijo el mentor político de su padre, el Caudillo de España (y de todos los españoles) en la expresiva e indubitada foto que hay al final de esta entrada: apoyad al Rey…. que juró lealtad a los Principios Fundamentales del Movimiento, al isidorismo, al suarismo y al carrillismo. Felipe VI ya corona por designación divina, bajo la sombra del dictador y la dictadura neofranquista que estamos padeciendo en este país, la cual ha puesto el cerrojo al republicanismo para que no abra la boca ni tampoco para que muestre enseñas republicanas en un día donde todo tenía que estar “atado y bien atado”, que dijo, también, el Criminalísimo. Se ha detenido a quienes llevaban banderas republicanas y a quienes han proferido gritos de “Viva la República”. Sintomático del grado de vileza fascista de quienes están al frente de un régimen que debería agonizar, aunque fuese a marchas forzadas. El pastelazo monárquico-franquista de 1976 ha dado paso al contubernio de un atrabiliario bipartidismo en horas bajas, aunque no tanto, puesto que el margen de maniobra de los dos partidos que han pisoteado a los trabajadores durante décadas sigue siendo amplísimo.
Al margen de que la causa republicana entiende uno que está todavía verde y no trabajada lo suficiente para dinamitar el engendro monárquico, se hace necesario fagocitar, más que nunca, la causa democrática de la República, porque lo que nos están vendiendo o traficando los mercaderes del borbonismo es la continuación, lisa y llanamente, de la corrupción, de la ilegitimidad sucesoria impuesta por un dictador que gobernó sobre miles de cadáveres. Felipe VI es también un legajo del fascismo, dejando claro que las monarquías, las vistan como las vistan, de constitucionales, de parlamentarias o de objetos decorativos son una perversión histórica, un anatema contra eso que llaman representatividad popular.
La ocurrencia dictatorial-policial del partido en el poder ha sido la de negar el derecho a manifestarse así como a portar banderas republicanas en el día de la putrefacción real, argumentando presupuestos tan franquistas como una presunta “alteración del orden público”, por lo que se había instado a la policía a que persiguiera a las personas que hiciesen uso de banderas o símbolos republicanos o expresasen (sic) “mensajes antimonárquicos”. Dicho y hecho. ¿No tendrán la desvergüenza estos delincuentes monárquicos de clamar contra países como Venezuela o Cuba por las detenciones allí practicadas…verdad? Lo hoy visto en Madrid constituye la ejemplificación de un Estado que ha puesto en práctica un verdadero Estado de sitio con miles de policías, uniformados y secretos, francotiradores, “anacletos” del CNI y, supongo, que la división acorazada Brunete, todo ello para dar cobertura represiva al evento fasci-monárquico. Una completa exhibición pinochetista por parte de un régimen antidemocrático que enseña los dientes fascistas a quienes les estampan democracia real en la cara.
Felipe VI ya reina por decreto militar del Generalísimo Rajoy, el alfeñique RuGALcaba y el IBEX35, los bufones bastardos zarzueleros. Dicen que el pueblo estuvo allí (la verdad es que poco, pero poquísimo pueblo ví yo, eso sí, algo más en la plaza de Oriente….como con Franco, cuando éste bendijo los fusilamientos; sería por la nostalgia). Allí estaban, cual cortesanos indigentes, plebeyos marujeando, chismorreadores profesionales, damas de alta cuna aristocrática y baja cama monárquica (parafraseando a la gran cantante Cecilia), “guiris” y ociosos jubilatas….convencidos algunos de que Felipito Tacatún será tanto o más campechano que su padrecito franquista, quien, por cierto, reinó exactamente los mismos años que su antecesor en el cargo, el genocida paticorto. Mientras tanto, el resto seguimos esperando que, algún día, la democracia republicana se escenifique en las calles de una forma algo menos hortera, más democrática y menos totalitaria.