Grecia, Hollande y el futuro de la austeridad
Los dos partidos colaboracionistas y patrocinadores de la austeridad en Grecia han perdido las elecciones. El conservador Nueva Democracia, obtiene menos de 19% y el PASOK sólo un 13%. Pero el voto anti-austeridad, se reparte entre fascistas y nacionalistas de derechas, por un lado, y partidos de izquierda por otro (SYRIZA, comunistas e izquierda moderada que juntos suman cerca del 29%).
La prensa oficial ha puesto el acento en la entrada al parlamento de los fascistas. Se trata, ciertamente, de un asunto grave pero previsible: cuando se agudiza la lucha de clases, un sector de la burguesía se amedrenta, busca protección en los matones neonazis y los utiliza contra las organizaciones de las clases trabajadoras.
El ascenso de los fascistas no puede ocultar que el elemento central ha sido la derrota sin paliativos de las políticas de austeridad. El único argumento de los partidos colaboracionistas era y es que no hay otra alternativa. Pero si que la hay: SYRIZA ha presentado un programa completo y lleno de propuestas que tienen por objetivo central revertir las medidas de austeridad sin que por ello necesariamente se deba abandonar el euro.
La primera gran medida de un gobierno anti-austeridad debería ser sacudirse de la pesada carga de la deuda con los bancos y con los gobiernos de la Eurozona.
Últimamente el gobierno colaboracionista ya había conseguido una restructuración exigua de la deuda. Pero esta restructuración no evitaba que el país continuara endeudado durante toda la próxima década, incluso si llegaba a materializar las políticas de austeridad impuestas. ¡Satisfacer esta demanda era y es suicida!
Los dirigentes de la Unión Europea, tarde o temprano tendrán que decidir si siguen o no empeñados en cobrar la deuda y en imponer nuevas medidas de austeridad.
Curiosamente, quien tendrá la última palabra en este asunto no será únicamente Angela Merkel. En la decisión final también deberá participar Hollande. Este será precisamente un buen momento para comprobar si el nuevo Presidente "socialdemócrata" francés está realmente dispuesto a oponerse a las políticas de austeridad o si por el contrario apuesta por avalarlas y alargarlas de nuevo.
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