Joaquín Carbonell: Benditas y benditos*
Iñaki AlRui*. LQS. Septiembre 2020
Hoy nos enteramos de la muerte de Joaquín Carbonell a sus 73 años, en el Hospital Clínico zaragozano donde permanecía ingresado desde finales de julio a consecuencia de una grave neumonía producida por el coronavirus.
Joaquín Carbonell fue, entre muchas cosas, uno de los creadores de la canción popular aragonesa a finales de lo años sesenta. Algunos lo llamaron el movimiento de la Nueva Canción Aragonesa, al que se suman los nombres de José Antonio Labordeta, Tomás Bosque o La Bullonera.
El pasado año se cumplieron los cincuenta años de su debut en el teatro Marín de Teruel, cuando en 1969 fue invitado, junto a Labordeta a participar en un concierto benéfico navideño.
Nacido en 1947 en la localidad turolense de Alloza, dejo los estudios a los 15 años, y se fue a buscar la vida como camarero a las costas catalanas. Con 19 años volvió a Teruel y retomó los estudios en el Instituto Ibáñez Martín, donde tuvo como profesores a José Antonio Labordeta, Eloy Fernández Clemente (fundador de la revista Andalán) o José Sanchís Sinisterra (el dramaturgo)…
“Fue gracias a unos enseñantes jóvenes, arriesgados y entusiastas que, frente a una sociedad pacata y silenciosa, liderada por unos gobernantes grotescos y desconfiados, nos abrieron la puerta más portentosa que existe: la que da paso al mundo de los sueños. Todo sucedió entre 1966 y 1969, y fuimos conocidos como “La generación Paulina”.
Una puerta que nos mostró otros horizontes, otras dimensiones sociales; el acceso al enigma intelectual de los libros, el descubrimiento de unos autores musicales, como Georges Brassens, prácticamente desconocidos en España; la entrada libre a un teatro en el que nos convirtieron en protagonistas, con aquellos dramas de Shakespeare o Entremeses de Cervantes, junto al teatro vanguardista de Osvaldo Dragún y de Mrozek, o la audaz representación en el Marín de La zapatera prodigiosa, de García Lorca. También al hechizo de un cine fórum que proponía preguntas incómodas antes que respuestas masticadas…” (1)
Su primer LP, Con la ayuda de todos (RCA), se publicó en 1976, a este le han seguido dieciocho discos, con más de 150 canciones, siempre enraizadas en su querido Aragón y cargadas con la ironía que se permiten todos los devotos de Brassens.
Desde hacía varias temporadas integraba el grupo Los Tres Norteamericanos, con Gran Bob y David Giménez, con los que el pasado diciembre de 2019 celebró en el Teatro Principal de Zaragoza sus cincuenta años en la música.
Él mismo declaraba que era un “intruso en este oficio tan disparatado del arte”. Jamás se tuvo por un artista como aquellos a los que admiraba cuando de niño soñaba con pisar los mejores escenarios… pero con su música recorrió todos los rincones de España, aunque a pesar de su actividad y proyección en la música aragonesa, el turolense casi nunca vivió de la música.
Poeta, narrador, periodista, escritor, dirigió documentales… y esparció muchas semillas en la música, seguirán brotando. Gracias ¡¡Teruel existe!!
¡Música por favor!
Benditas manos que curan la tristeza
Cada vez que regalan ternura en su regazo
Benditas sean las que hacen la limpieza
Las que friegan el polvo que dejan los abrazos
Benditos sean los versos del poeta
Que cantan cuando todos perdieron la alegría
Benditos sean los de la furgoneta
Que llevan a los viejos el pan de cada día.
Benditos míos los niños peligrosos
Que disparan petardos al lado de la abuela
Benditos sean, benditos los patosos
Que se quedan dormidos para no ir a la escuela
Benditos todos, los de arriba y abajo
Que tocaron el cielo saliendo a los balcones
Benditos sean los que con su trabajo
Fabrican esperanza, regalan ilusiones
Benditos padres, benditos prisioneros
En dos palmos de angustia de un futuro desierto
Benditos sean los alcaldes de pueblo
Que lloran cada rosa que se seca en su huerto
Benditos mozos que limpian la miseria
Y benditos los guardias que patrullan al raso
Benditos sean los que ponen su vida
En sacarnos enteros de este enorme fracaso
Benditos sean los que venden patatas
los modestos luceros que amasan en el horno
benditos perros, benditas cuatro patas
los mejores abrazos ante los abandonos
Benditos todos, los de arriba y abajo
Que tocaron el cielo saliendo a los balcones
Benditos sean los que con su trabajo
Fabrican esperanza, regalan ilusiones
Notas:
-.- Imagen: Joaquín Carbonell acompañado por la guitarra de Javier Mas, durante una actuación en Zaragoza, 1972.
*.- El titulo “Benditas y benditos” es una de sus ultimas composiciones, cuya prosa se recoge en esta nota.
1.- Joaquín Carbonell, canta y escribe.
Más artículos del autor. Miembro del Colectivo LoQueSomos. En Twitter: @IkaiAlo
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