51ª concentración Verdad, Justicia y Reparación
Exterminio y olvido.
No son humo, son historia tangible.
No se puede ignorar que entre las alambradas de espino electrificadas, el hambre, la enfermedad, los trabajos forzados, las vejaciones y humillaciones había antifascistas de todo el estado español, personas puestas al límite humano de resistencia que no debemos olvidar nunca. Los robaron su último aliento a la cámara de gas, con el disparo gratuito, con el agotamiento bajo el golpe de bastón, con experimentos perversos, con el suicidio inducido por la desesperación como última salida. La muerte les llegó a algunos como una liberación para escapar de un infierno indescriptible. Y los supervivientes son héroes anónimos, exponentes de la fortaleza humana hacia el odio de los que en sus carencias buscan culpables para sacrificar en nombre de sus propias miserias. La mayoría asesinada de una manera u otra por el fascismo que creció sin impedimentos en una Europa que tenía más miedo de la organización del pueblo contra la opresión que los mayores criminales de la historia moderna. Dentro de la abominable holocausto hay un genocidio antifascista silenciado.
Si hay un lugar de memoria destacado para nosotros en el mapa genocida europeo es el campo de Mauthausen y sus campos satélites de Gusen y Hartheim. Allí más de cinco mil antifascistas del estado español, que seguro subieron por su famosa escalera de la muerte, dejaron su vida. Para estos campos pasaron más de siete mil víctimas. La dictadura fascista española dejó que el brazo ejecutor fuera el de su aliado alemán, que le ayudó en su sangriento triunfo a cambio de ofrecerle un laboratorio perfecto, un ensayo general. Franco consideró apátridas a los prisioneros ahora de Hitler que lucharon contra su golpe de estado, pero estos tenían una patria mucho más grande que la “una, grande y libre”, la que lucía en la pancarta con la que recibieron los liberadores del campo.
En un momento histórico donde partidos y asociaciones de carácter fascista de una Europa insolidaria y ciega ante la subida de la extrema derecha es muy importante recordar el horror vivido. La memoria histórica universal debe ser reivindicada pero sin olvidar que aquí también hubo un exterminio del disidente y también existieron campos de concentración, cientos de ellos desconocidos por el grueso de la población, escondidos, tapados. Con esta ocultación se continúa señalando que estas cosas sólo ocurría con el nazismo y usando el término nazi de manera vergonzosa para insultar a aquellos que hicieron frente a este monstruo fascista, aquí y allá, ayer y hoy. Todo lo que no les gusta a los amparador del franquismo es tachado de fascismo, tergiversadora históricos. Esta distorsión se mantiene inalterable desde los consejos de guerra donde los rebeldes eran los que juzgaban y después asesinaban bajo esta acusación a los que defendieron la legalidad democrática republicana.
Por eso es tan importante tener presentes todas las víctimas que fueron engullidas por el avance del fascismo, hay que recordar que la historia se repite bajo la batuta de los que quieren aplastar las voces de libertad y de justicia social. No debemos olvidar que la conquista y la defensa de derechos se hace desde una posición activa y visible, que el no decir no en el momento oportuno es estar bajo la esclavitud del consentimiento aunque sea por omisión. La Mesa de Cataluña ha dicho no, dice no y dirá NO !No pasarán! por nuestra pasividad .
El próximo sábado 31 tendremos una nueva jornada de memoria militante y activa, recordaremos y reivindicar los antifascistas caídos en los campos de exterminio, los supervivientes y los resistentes que después de tanto sufrimiento se sobrepusieron para continuar luchando por sus ideales y contra la dictadura.
Dissabate 31 de maig a les 12:00 hores ala plaça de Sant Jaume
