6 de Zaragoza: presos políticos en “democracia”. Diálogo con Francho Aijón

Por Iñaki Alrui*
“Tenemos que salirnos del discurso democrático porque no responde a nuestras necesidades. Todos los puestos de poder están copados por personas dispuestas a defender sus privilegios a cualquier precio…”
Hablamos con Francho Aijón, padre de Javitxu, uno de los jóvenes de los “6 de Zaragoza” que lleva secuestrado en prisión desde el 21 de mayo del pasado año, uno más en la larga y silenciada lista de presos políticos que tiene la supuestamente intachable democracia española. Los 6 de Zaragoza fueron detenidos de forma aleatoria y sentenciados por un juez que dio como probatoria la palabra de la policía… la “justicia” en España.
Francho es un incombustible defensor de los derechos y libertades, siempre nos recuerda haber educado a su hijo Javitxu en valores de progreso. Su voz no calla y, a pesar del desgaste que conlleva tanto tiempo en lucha, no deja de acudir a todos los foros donde puede hacer su alegato en defensa de la Justicia (la de verdad), de las libertades y derechos que supuestamente deberíamos disfrutar. Precisamente en un acto antirrepresivo y solidario con el caso de las 6 de la Suiza nos encontramos con él.

Javitxu es otra víctima de la utilización perversa del sistema judicial, tremendamente extendida y practicada selectivamente por todo el estado español. El tiempo pasa y no se atisba ninguna solución o medida gubernamental, gobierno de progreso dicen. La realidad en febrero de 2025 es que Javitxu está secuestrado en prisión por ser antifascista, e insisto, es un suma y sigue de la larga lista de presos políticos que mantiene el estado español del régimen del 78 (herencia de dictadura).
Francho es directo en sus respuestas, ágil en los razonamientos, y estando cara a cara con él uno no puede quitarse de la cabeza el tremendo dolor de que te arranquen a tu hijo bajo una INjusticia tan descarada. ¿Democracia? ¿Dónde? ¿Cuándo?
Iñaki Alrui: ¿Nos puedes recordar que pasó el 17 de enero de 2019?
Francho Aijón: Ese día mi hijo salió a manifestarse y lo detuvieron. Dicho así… Permíteme explicarme mejor. No salió a corear consignas fascistas como «Cara al sol», ni a gritar «Fuera maricones de nuestros barrios», como ocurrió hace unos años en Madrid, en el barrio de Chueca. Tampoco rindió homenaje a los nazis de la División Azul, casos que, por cierto, se saldaron con pequeñas multas en el caso de los gritos homófobos, y sin que los tribunales admitieran denuncias por apología del fascismo en los demás casos.
Los seis de Zaragoza acudieron a una concentración ANTIFASCISTA, en mayúsculas, para que quede claro. Quizá así se entienda mejor lo que se les vino encima: una detención dos horas después de los altercados, unos atestados llenos de contradicciones, ninguna prueba que respaldara su culpabilidad —incluso algunas que demostraban su inocencia y que fueron inadmitidas—, un juez de primera instancia que dio por válida la versión policial sin más, pisoteando la presunción de inocencia y dejando en entredicho no solo al sistema judicial, sino también su propio prestigio como juez. Un prestigio que, por cierto, heredó de su padre, también juez, quien aplicó el código penal franquista. Luego vinieron los recursos y la sensación de que nos castigaban por alzar la voz en nuestra campaña por la absolución de unos chavales a los que se les equiparaban condenas máximas sin pruebas con las sentencias de Estados que no tienen democracia. ¿Eso demostraría que España no es un Estado democrático?
Esto ocurrió el 17 de enero de 2019, y desde entonces he aprendido que la protección del Estado es una ilusión. Para las personas de clase trabajadora, que no estudiamos en colegios pijos donde se conocen jueces y futuros ministros, queda claro que necesitamos otra forma de organizarnos. Un sistema que trate a las personas como iguales, especialmente en asuntos tan graves como la privación de libertad o quién porta armas y ejerce autoridad. Porque, hasta ahora, esos privilegios solo los tienen los hijos de los ricos y quienes están dispuestos a ser sus mayordomos.
Tenemos que salirnos del discurso democrático porque no responde a nuestras necesidades. Todos los puestos de poder están copados por personas dispuestas a defender sus privilegios a cualquier precio. Esto explica la relación directa entre la Policía Nacional y Desokupa, la legislación que criminaliza la protesta y el progresivo deterioro de los servicios públicos.
Ningún derecho se ha conseguido como una concesión de las democracias. La reducción de la jornada laboral, el derecho a una vivienda digna, el voto de la mujer, el matrimonio igualitario… todas estas conquistas fueron logradas a pesar de los Estados democráticos, no gracias a ellos. Fueron fruto de la lucha en la calle, del sacrificio de quienes dieron su voz, su tiempo y, en muchos casos, su libertad y su vida. Sin esa presión en la calle, cualquier derecho se pierde. Solo hay que mirar la actualidad para comprobarlo.
Por eso entiendo que, con mi hijo, quisieron hacer un aviso a navegantes. Pero, desde luego, no ha servido de nada. Seguimos en la calle, seguimos luchando, y ahora también lo hacemos por los seis de Zaragoza.

IA: ¿Cómo se encuentra Javitxu?
FA: Muy fuerte y entero. Aquellos que nos desean lo peor a través de las redes sociales, recurriendo a imaginarios dantescos como lo de las «pastillitas de jabón», quizá tienen algo en el subconsciente que no les deja dormir por las noches. Deberían sentirse tristes. La cárcel está llena de personas de clase trabajadora que, en la mayoría de los casos, cumplen condenas directamente relacionadas con su condición de clase.
Por eso, un líder natural como Javitxu está en el entorno adecuado, y así se le respeta dentro. No deja de reivindicar sus derechos dentro de prisión. Está estudiando, terminando su carrera de Filosofía, leyendo ávidamente y repartiendo su tiempo entre el gimnasio, los estudios, la lectura, sus compañeros de celda y, al parecer, también se ha aficionado a algún que otro reality… que Engels le perdone.
IA: ¿Y la familia?
FA: Tenemos nuestros días. Ir de visita tiene momentos maravillosos, como volver a abrazarle, sentir su olor, el timbre de su voz natural más allá de la que me llega a través del teléfono, mirar sus gestos… y otros momentos terribles, como cuando llega ese ruido atroz de los carceleros, abren la celda de la visita y le dicen que es la hora, y aún quedan tantas cosas por decir. Regresa el pánico, el miedo, la sensación de que todo ha fallado, porque si la persona más bella del mundo ha sido encarcelada, es porque afuera el mundo está podrido. Llegan las lágrimas, y no puedo asegurar que en ese momento tenga los mejores deseos para aquellas personas que están provocando este dolor y que todo saltase por los aires, no me importaría.
Pero luego llegan los otros días: las rutinas, las terapias, el acompañamiento, la plataforma Libertad 6 de Zaragoza, el apoyo mutuo. Y entonces el amor gana la partida a la dinamita.
“Si no empujamos, nos empujan. Si no resistimos, nos tiran al suelo y nos apalean. Y, de ser necesario, volverán a meternos en cal viva o en las cunetas.”
IA: Los 6 de Zaragoza protestaron contra el fascismo. ¿Es normal que esa acción se castigue en democracia? ¿Por qué crees que se toma la decisión de encarcelarlos?
FA: La democracia y el Estado no fallan. Te responderé que sí, que es normal que estas acciones se castiguen en democracia. De hecho, se castigan por las normas que permiten este fin. Por desgracia, las democracias están diseñadas para actuar así. La clase trabajadora no tiene acceso a ninguno de los poderes, y si alguien llega, es porque ha dejado su conciencia de clase por el camino. Cuando Montesquieu diseñó la separación de poderes, nunca habló de las clases más vulnerables. Es una separación que pretende conciliar el reparto de poder entre la burguesía, tres siglos después siguen repitiendo el mantra de «democracia» «separación de poderes» como si solo tuvieran connotaciones positivas. Supongo que para esquivar el debate. ¿Es la democracia representativa una mala praxis de lo que significa el poder de la mayoría y se gobierna a favor de esa mayoría? Recuerden los miles de millones a la banca y cada vez que tengan que apagar la calefacción porque no les llega este mes. ¿Es la separación de poderes una mejora en nuestras vidas? Teniendo en cuenta que es un reparto de competencias y, debido a que no accedemos a ninguno de ellos, no y no está pensado para ello.
Por eso hay épocas en las que aprietan menos y otras, como esta, en las que pretenden resolver con encarcelamientos la protesta y la disidencia, aplicando modelos que atentan contra las libertades. Da igual si se trata de protestas contra formaciones políticas fascistas, desahucios, sindicalismo del de verdad o grupos que nos alertan de los peligros del cambio climático en un mundo en manos de psicópatas.

IA: ¿Los 6 de Zaragoza son “presos políticos”?
FA: Lo son. Fíjate cómo será el caso que a mi hijo se le denegó el acceso a la revista de la prisión por su perfil político. Todos los funcionarios le han hecho ver que conocen su caso y ha recibido alguna amenaza por ello. Hay quien prefiere no verlo porque así puede seguir viviendo con una falsa tranquilidad, pero si no nos movemos para señalar las prácticas de los Estados, no solo en España, el fascismo —que nunca se fue de ningún sitio— recuperará todo con su habitual violencia.
IA: Parece que en vez de avanzar en derechos retrocedemos: 6 de la Suiza, 8 de Caixabank, Caso “Adri”, Futuro Vegetal, 18 de la Macarena, Pablo Hasel, casos del procés catalán… la lista empieza a ser demasiado larga. ¿Crees que todo esto forma parte de una misma estrategia del poder?
FA: La misma estrategia de siempre, pero antes se enfrentaban a mineros, a astilleros, a miles de personas que no daban un paso atrás. Ahora, en las manifestaciones, levantamos demasiado las manos para decirles que no vamos a hacer nada, bailamos con batucadas o esperamos, pataleando si es necesario, que el propio Estado reaccione, como si no fuera él quien instiga estas prácticas. Si no empujamos, nos empujan. Si no resistimos, nos tiran al suelo y nos apalean. Y, de ser necesario, volverán a meternos en cal viva o en las cunetas.
“Eso de decir que el PSOE es «la izquierda valiente» es de un cinismo que roza la arrogancia y el insulto, especialmente cuando hay familias con personas presas por cómo funcionan sus ministros.”
IA: Ante el caso de los 6 de Zaragoza, ¿cómo ha reaccionado la clase política, los partidos, las organizaciones?
FA: Algunas nos han apoyado desde el principio, casi todas organizaciones de colectivos como la Coordinadora Antifascista de Zaragoza, y todo tipo de colectivos antirrepresivos del Estado español, sin olvidar a COESPE, movimientos de la memoria democrática, distintos sindicatos como el SOA, la CNT y la CGT.
En cuanto a lo que llamamos clase política, Anticapitalistas han estado desde el inicio, poniendo recursos y compañeras para la plataforma Libertad 6 de Zaragoza. Miguel Urbán nos llevó a exponer el caso a Bruselas hasta en dos ocasiones. Se organizaron charlas en las que Javitxu recorrió el Estado español y pudo contar su caso de represión antes de su ingreso en prisión.

Recientemente, Ione Belarra visitó a mi hijo en la cárcel y PODEMOS ha organizado jornadas en el Congreso para visibilizar el caso, además de elevar nuestras peticiones al ministro Bolaños. También SUMAR organizó unas jornadas, impulsadas por CHA (Chunta Aragonesista) y Jorge Pueyo, solicitando el indulto. Contamos con el compromiso de ZeC (Zaragoza en Común), que llegó a solicitar la absolución de los 6 de Zaragoza en un pleno del Ayuntamiento de Zaragoza, aunque sin el apoyo del PSOE. Pedro Santisteve nos ha prestado asesoramiento desde el primer momento y ha arrimado el hombro como uno más.
En el camino conocí a Bel Pozueta, de EH Bildu y madre de uno de los jóvenes de Altsasu, con quien compartimos tanto en común; esa pena de banquillo a la espera de juicio, apartar todos los recursos para sobrevivir al coste del proceso…
IU Aragón nos apoyó en las Cortes de Aragón y en el Ayuntamiento.
La izquierda ha estado con nosotras, pero, por desgracia, ni cuando gobernaban unos ni ahora que gobiernan otros, nada cambia… contradiciendo el estribillo de la canción de Julio Numhauser que popularizó Mercedes Sosa. Y es que vamos con un discurso equivocado. Eso que decía unas líneas más arriba, «el Estado nos falla». No, la política no sirve para cambiar las normas, como mucho para redondear los cantos cuando les vienen mal dadas a quienes ponen y quitan jueces, mandos militares o policiales, y llegan a ser candidatos a la presidencia de los partidos mayoritarios.
Cuando no les queda más opción, pactan con la izquierda, y la izquierda cede porque, por fin, consiguen acceder a unos cuantos ministerios y justificar su existencia dentro del Estado. Pero son victorias de barro, con grandes costes personales como fue la persecución a Irene Montero y nada, o muy poco, ha mejorado desde que gobierna la izquierda, porque no se trata de gobernar en este Estado con las migajas que nos arrojan.
Por desgracia, las 6 de la Suiza entrarán en prisión o cumplirán penas desorbitadas, igual que los de la PAH de Guadalajara, los de la Macarena, Futuro Vegetal, Rebelión o Extinción… Y, después de dos gobiernos de izquierdas, seguimos sin haber conseguido derogar la Ley Mordaza ni las partes punitivas del Código Penal. Cambia, nada cambia… Entonces, ¿para qué?
Y no pretendo hacer antipolítica. La política se hace más allá de los edificios donde se toman decisiones sobre nuestro futuro, se hace política en muchos colectivos, y me parece mucho más político un acto de insumisión judicial, como proponen los compañeros de Guadalajara, que darle a un botón en el Congreso de los Diputados para votar una u otra ley. Por cierto, el Congreso es un edificio opulento que solo refleja la necesidad de estar fuera de él para que las cosas cambien de verdad.

IA: ¿Tenéis esperanzas de indulto?
FA: En un principio, lo presentamos para seguir el camino que marca el proceso y para que tengan que enfrentarse a sus propias contradicciones. Hace años que dejamos de esperanzarnos con el devenir de este procedimiento, por salud mental.
“Estamos en la lucha porque nos han metido en ella, pero nosotras ya no vamos a salir. Hay que indignarse ante las barbaridades que dicen Trump, Meloni, Milei, Abascal… y también ante las que dice tu vecino mientras se toma un café con porras.”
IA: ¿Hay apoyos, solidaridad popular ante este esperpento?
FA: Muchísimo. Hay una parte de la población que estamos en el lado correcto de la Historia y a la que no pueden engañar con medias verdades. Si mi hijo y los otros tres chavales están en la cárcel, es por culpa de los distintos gobiernos, de derechas y de izquierdas, y la gente se va enterando.
Eso de decir que el PSOE es «la izquierda valiente» es de un cinismo que roza la arrogancia y el insulto, especialmente cuando hay familias con personas presas por cómo funcionan sus ministros.
Muchos han venido —y no daré nombres— con la foto pensada de antemano, y cuando se han encontrado con una plataforma organizada y una familia con discurso, han tenido que tragarse sus palabras vacías y sus actos electorales. De hecho, después de ese día, no han vuelto a interesarse por el caso.
Es deleznable usar el sufrimiento ajeno como parte de una agenda política, ya sea para vilipendiarnos, como hace Alejandro Nolasco, o para salir en la foto de la prensa progre.
No queremos reuniones con miembros del gobierno para que nos den una palmadita en la espalda. Todos esos ministros y ministras son responsables directos de que mi hijo esté en prisión. Lo que tienen que hacer es trabajar para que salga de allí, él y todas las personas encarceladas por este tipo de atropellos.
IA: ¿Qué podemos hacer?
FA: Esto mismo. Darnos voz. Hacernos visibles. Que no se quede en el olvido. Salir a la calle. Hacer militancia todos los días y no dejar pasar ni un solo comentario racista, machista o que vulnere a cualquier colectivo. Que se lo tengan que pensar antes de dignificar su condición de saco de basura, al menos, en la vida real, en el cara a cara.
Antes, según qué cosas estaban mal vistas; ahora, parece que hay que escucharles y respetar su opinión. Pero cada vez que respetas la opinión de uno de esos fascistas, haces que los días que mi hijo pasa en la cárcel no tengan sentido.
Te dirán que estás polarizado. Yo lo digo con orgullo. Si en un polo de la esfera política están los racistas yo estoy en el otro polo. La polarización contra el fascismo es lo que urge. Dicen: «los extremos se tocan». No. Los extremos se caracterizan por no tocarse nunca. Frente a la extrema derecha, buenas dosis de extrema izquierda.
Estamos en la lucha porque nos han metido en ella, pero nosotras ya no vamos a salir. Hay que indignarse ante las barbaridades que dicen Trump, Meloni, Milei, Abascal… y también ante las que dice tu vecino mientras se toma un café con porras.
Militancia de calle y vecinal. Apoyo mutuo. Cada vez que veo eso, siento que la educación que le hemos dado a mi hijo merece la pena, aunque fuera detenido por su condición antifascista.
LQSomos: Pues ahí estamos y estaremos. La libertad de los 6 de Zaragoza nos atañe todas. Muchas gracias Francho!
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Realmente una gran entrevista. Un ejemplo de dignidad y de lucha por parte de Aijón, padre de Javitxu y desgraciadamente una exposición de la dura realidad en la que se encuentra la realidad ibérica de los explotados y perseguidos por defender una mínima dignidad. La demostración palpable de que sigue rigiendo el sacrosanto “principio de autoridad” de los sapientísimos dirigentes aplicada por sus privilegiados esbirros: FOP, boqueras, jueces, medios de desinformación y políticos. La actuación de la izda. domesticada vergonzosa. Hipócrita y deleznable. El franquismos institucional y psicológico sique primando en esta memocracia. Toda mi solidaridad con todos los represialid@s por mantener la dignidad de esta lucha de titanes. A sus familias y colectivos de apoyo. Son un ejemplo para tod@s. Teneis la razón de vuestro lado.No estais solos.