A esa señora…
iempre me encantaron las mancebas
Convenidas en ese punto real del Orgasmo
De aquellos y estos reyes
Expertos en marrullerías y manejos ocultos
Practicados con astucia
Que no en balde amor Rebuznaron
Astutos, diestros, experimentados
Cual ladrón de caminos, cuatreros
Como el padre que les engendró
Maula, haragán, embustero
Y la madre que les pariera
Por muy matrona corpulenta y grave fuera
Que a la plebe produce buen efecto
Esto de los amoríos y lances del sexo
Entre la realeza, estadistas, artistas o literatos
Muy buen efecto en las mujeres
Ávidas de Rebuznos
En páginas rosas de sucesos
Y en la tele, sin alguna diferencia
En cuanto al Rebuznar
Entre los pueblos en que rige la monogamia
Y que creen que
“Matrimonio y mortaja del cielo bajan”
Para lograr o no lo que se desea
Echado a cuarto de espadas de contrabando
Burlando los reglamentos
Que por eso dicen:
“cuanto más que es necedad correrse
Por solo un Rebuzno
Referido al matrimonio religioso y solemne
Teniendo que salir al campo
A sitio de querencia de venados
A buscar sujetas eminentes por su pectoral
Y su erudición carnal
Adoradoras del palo
Que sale de la piedra de la tahona
O del molino de aceite
Y que lleva siempre tras de sí la bestia
Que los mueve
Y que las mueve.
-Hay que bien se desgrana el centeno
Golpeándolo, dijo Alfonso IX
Mientras beneficiaba
A esa señora del siglo trece.