Cementerio Civil de Madrid: un museo al aire libre de arte e Historia
Por Javier Sáenz Munilla*
El 19 de agosto de 1877 el Ayuntamiento de Madrid convoca a concurso público a todos los arquitectos españoles para el diseño y construcción de un gran cementerio al este de la ciudad. El nuevo cementerio debía tener un cercado, varias entradas, calles interiores para el tránsito, mausoleo de hombres ilustres, capilla, sala de autopsias, depósito, oficinas y lugar para enterramiento de los no católicos…
Daniel Galán hizo su Doctorado en Historia contemporánea sobre el Cementerio Civil de Madrid, uno de los pocos que existen en España. Y se aprecia su amplio conocimiento del terreno que pisa, nunca mejor dicho, en el cuaderno que acaba de publicar en la UMER, la Universidad de Mayores Experiencia Recíproca, en la que colabora y en la que como tal pronuncia conferencias y dirige visitas guiadas a este interesante lugar, por lo demás tan poco conocido de la capital de España. Yo personalmente he acudido a alguno de los recorridos públicos que efectúa Daniel Galán y aconsejo la experiencia.
Y para empezar, leer este cuaderno, titulado “El Cementerio Civil de Madrid, un archivo de historia al aire libre”, que puede leerse aquí.
Por él sabremos de sus orígenes, en 1884, por aplicación de una ley que ilustra sobre la histórica intolerancia española y el dominio perpetuo de la Iglesia Católica, pues esta norma estableció en 1883 que todos los municipios de más de 600 habitantes debían habilitar un lugar para enterrar a los no-católicos.
Nace este cementerio en un momento de lucha por la laicidad, las libertades y los derechos. Hacía tan sólo diez años que en España había fracasado la Solución Republicana y se iniciaba la Restauración Borbónica con Alfonso XII, hijo de la Reina Isabel II, enviada al exilio parisino en 1868…
Habla el título de este cuaderno de Museo de Historia al aire libre, que lo es. Y en ese sentido y de forma particular es parte de la historia de los heterodoxos, entre ellos de grandes y valiosas figuras de nuestro pasado, también del muy reciente. Pero es también un museo de arte al aire libre, por la cantidad de mausoleos erigidos por algunos de nuestros mejores escultores, naturalmente laicos y republicanos.
Visitar este cementerio es aprender y recordar la historia y disfrutar del arte expresado en las tumbas de Salmerón, de Castelar, de Pi i Margal, los presidentes de la I República. La de librepensadores, como Antonio Rodríguez y García-Vao, por cierto vandalizada por los intolerantes. La de Pablo Iglesias, obra del gran escultor republicano Emiliano Barral, las de los krausistas de la Institución Libre de Enseñanza, la de Julián Grimau, la de Dolores Ibarruri o Marcos Ana, la del héroe del PCE(m-l) Ramón García Sanz, uno de los 5 últimos fusilados por el fascismo, Marcelino Camacho y Josefina Samper o Almudena Grandes.
Barral, el escultor con más obra en este cementerio y que tiene también aquí su tumba, falleció combatiendo por la República en la Defensa de Madrid frente al cerco franquista.
El profesor Daniel Galán que es además voluntario del Museo de los Orígenes de Madrid, del Museo de Historia de Madrid y del Museo Arqueológico Nacional, afirma en este valioso cuaderno que es necesario seguir investigando para escribir una Historia del Cementerio Civil de Madrid rigurosa y casi se compromete a llevarla a cabo. Este texto que ofrecemos aquí es una prueba de que él es el indicado para hacerla.
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* Miembro del Colectivo LoQueSomos. En Twitter: @pepitorias
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