Comisario Villarejo
Patxi Ibarrondo*. LQSomos. Junio 2017
El caso del comisario Villarejo resume a la perfección la teoría de colgajos que exhibe con suprema cutredad la política de este país. Villarejo suena a Contreras, a calabozos insalubres, sin ventanas al exterior, con olor estomagante a sudor rancio, a orines viejos, a humanidad derrotada en una transición de baratillo. Hedor de prisioneros que se han meado y cagado encima después de las sesiones de torturas…
Pues el comisario Villarejo es la estrella de la cadena de televisión más progre, la Sexta, donde se ha entrevistado con el ambiente de las grandes solemnidades. En exclusiva ¡tacháaan! El espectáculo esta listo. Se abre el telón catódico.
El comisario Villarejo. Sus amiguetes son individuos de la categoría de Inda el ¿periodista? del libelo OK, Marhuenda de la Razón, los cabecillas y testaferros de la Trama Gürtel, un ex ministro poseído por el Opus, el pequeño Nicolás y otros extravagantes personajes de la mala vida nacional.
Comisario Villarejo, un “freak” funambulista del esperpento permanente español. Una figura del momento en un país de cuatreros de tres al cuarto es portada de la prensa nacional. Cómo será la cosa que, después de cinco horas de entrevista, el periodista entrevistador confiesa ignorar si Villarejo le ha dicho alguna verdad o si todo es patraña.
Villarejo me ha traído el recuerdo de un tal Francisco Paesa, espía del Estado y desfalcador en los años más mercenarios de la guerra sucia contra ETA. Ese escurridizo personaje se las arregló para irse y difuminarse lo más lejos posible, y además que se le diera por muerto. Más tarde resucitaría en un país de Extremo Oriente. Se llevó un montón de pasta injustificable por los servicios prestados a la razón de Estado.
Detrás de todo este ruido actual y continuo está la España negra y ladrona del casino del viejo Régimen. Una tela de araña apenas castigada: los procesados “corleones” de la Gürtel y demás entramado de financiación ilegal del PP. Algo tan evidente que no es materia de discusión; ni siquiera de duda razonable, sino de banquillo y de reos de una Justicia seria.
Ramón María del Valle-Inclán estaría en su salsa en esta España carpetovetónica de ruedo ibérico. Las crónicas y teatros esperpénticos le saldrían de su pluma a pares.
La tapadera de la cloaca está abierta de par en par y las arcadas insufribles de una delincuencia soez se expanden por toda la geografía de la corrupción. El gobierno bajo sospecha quita y pone fiscales anticorrupción con empresas en paraísos fiscales. No hay quien se fíe de nadie. Esto es OK Corral y no hay sheriff que ponga orden en línea con la lógica elemental de una democracia.
#CloacasDelEstado #ComisarioVillarejo
Querido Patxi,
Por favor, no nos engañes ni te engañes. Dices: “no hay sheriff que ponga orden en línea con la lógica elemental de una democracia.” Este régimen no tiene cura ni reforma posible. La única solución y la sola alternativa es cambiar de régimen, restablecer la legalidad republicana que destruyeron y que es la única legalidad real que existe en España. Todo lo demás es derecho de conquista, como dijo el muerto.
Indudablemente ese país no necesita ningún sheriff, ya ha tenido que soportar a bastantes a lo largo de su historia.
Salud y República