Del aburrimiento y la muerte como jolgorio
Mauricio Antón*. LQSomos. Diciembre 2017
Despeñar jabalíes, mola
Estos días circula por las redes sociales un vídeo que muestra a una turba embrutecida de supuestos senderistas despeñando a un jabalí vivo por un precipicio en la ruta del Cares, entre vítores y grititos de excitación de los asistentes. Ante este espectáculo se pregunta uno cómo hemos llegado a tal degradación de la condición humana. En tiempos se solía creer que las manifestaciones de violencia respondían en última instancia a injusticias y desequilibrios materiales, y nos cuesta entender qué oscuros impulsos convierten a un grupo de personas aparentemente normales, que disfrutan de un sano esparcimiento en la naturaleza, en una horda sedienta de sangre.
La razón es tristemente obvia: hay otras fuentes de violencia que no están ni en la miseria de unos ni en el afán opresor de otros, si no que provienen de un profundo vacío mental y de la percepción más o menos borrosa de la propia inutilidad. El aburrimiento puro y duro se ha convertido en una de las causas fundamentales de la destructividad en el ciudadano occidental. Décadas de paz y prosperidad han traído, irónicamente, una proliferación de individuos cada vez más infantiles e irresponsables. Personas que han olvidado el privilegio que significa tener un plato de comida en la mesa se indignan con furia visigoda ante humillaciones y agravios imaginarios, pero si se les enfrenta a problemas serios como la debacle medioambiental, entran en pánico y miran a otro lado negando la evidencia.
Tenemos un déficit de humanidad y una deuda educativa importantes, pero todos los esfuerzos que se hagan por inculcar valores a las nuevas generaciones se ven saboteados por el ejemplo que dan las clases dominantes. Actividades recreativas como los toros y la caza de trofeos son señas de identidad de nuestras presuntas élites, y al margen de todos los disfraces culturales con que se las quiera vestir, estas “aficiones” envían un mensaje simple y contundente a la ciudadanía: MATAR MOLA. Esta contradicción entre la educación y el ejemplo causa una especie de cortocircuito neuronal, y las personas simplemente vuelven a la casilla de partida de la evolución mental, es decir al planteamiento cavernario de toda la vida: “chico, tú abusa antes de que otros abusen de ti”.
Por si este vídeo poco edificante no fuese bastante, las redes nos obsequian hoy con otra imagen en la misma línea: el hijo del presidente actual de los Estados Unidos posa en algún país africano frente a un elefante recién abatido, y exhibe ante la cámara la cola recién cercenada del paquidermo. Incluso este acto de ostentación no basta al joven heredero, que querría llevarse el macabro despojo de vuelta a casa para presumir ante la clase de amigos que valoran semejante hazaña. Pero la ley actual en su país prohíbe la importación de esos trofeos y el joven exigió la ayuda de su todopoderoso padre, que ahora se ha propuesto modificar la ley para permitir la importación de fragmentos amputados de elefantes a los Estados Unidos.
De vuelta en España, pocas actividades resumen tan bien la sed de muerte y el abuso de poder como la caza de lobos como trofeos. Las autoridades de nuestro país, en vez de defender nuestro patrimonio natural, tocan una y otra vez a la puerta de Europa para pedir que el lobo sea declarado especie cinegética en territorios en que la ley comunitaria establece su protección estricta. De este modo entregarían el regalo más codiciado para aquellos a los que les pica el dedo en el gatillo con sólo pensar en disparar al rey de los depredadores ibéricos. Los niños mimados de nuestro sistema nos están enviando un mensaje claro de violencia y dominación, y lo malo es que ni siquiera nos damos cuenta de que ese mensaje está calando. Es urgente desterrar de nuestra sociedad pasatiempos anacrónicos basados en la violencia gratuita que sólo contribuyen a embotar la sensibilidad de las personas. Y es que la sensibilidad, como la cultura, es algo que enriquece nuestra vida y nos hace libres. No dejemos que una minoría ociosa nos la arrebate.
Cinco activistas de Lobo Marley, absueltos en el caso de las ‘casetas de la muerte’
http://www.eldiariocantabria.es/articulo/espanha/activistas-lobo-marley-absueltos-caso-%E2%80%98casetas-muerte%E2%80%99/20171211172238038138.html
Los cinco activistas del colectivo Lobo Marley que hace tres años destrozaron con motosierras dos casetas que habían sido instaladas para matar lobos en un coto de caza de la Sierra de la Culebra (Zamora) y para los que la acusación particular pedía dos años y seis meses de prisión, multa de 18 meses con una cuota diaria de 12 euros y una indemnización de 5.323 euros por los daños causados y de 12.255 euros por los “perjuicios irrogados de la imposibilidad de llevar a cabo la actividad cinegética” han resultado absueltos, según ha anunciado este lunes, 11 de diciembre, uno de ellos, el naturalista Luis Miguel Domínguez.
“Lobo Marley ha sido absuelta del delito que se nos intentaba imputar”, ha anunciado Domínguez en un vídeo compartido en su perfil de Twitter. “Hemos sido absueltos y el lobo ibérico celebra hoy con nosotros esta gran noticia, que significa que no han podido aportar ni un solo dato sobre esas casetas, porque son ilegales”, ha añadido el naturalista en el vídeo. En el tuit en el que ha compartido el vídeo, Domínguez ha asegurado que “lloramos de alegría” y que “hoy el lobo ibérico” está “más cerca de su protección total que nunca”.