El Chotacabras Rosillo
“Que nos gobierna un chotacabras
Es una puta verdad”
Nos dice un grosero y licencioso mozalbete
De Huete, en tierra de Cuenca
Diciendo que son palabras
De una aldeana viuda
A quien los francofachas asesinaron a su marido
Junto a Cadalso de los Vidrios
Una localidad de Madrid
En el límite con las provincias de Toledo y Ávila.
Al chotacabras le gusta empollar
En las ventanas redondas y caladas
Con adornos y vidrios de colores
Que se abren en las fachadas
Y en los muros que cierran los ábsides
De cualquier catedral
Con un color rosado suave
Y luminoso de aurora boreal
O As de Oro, culo.
De color o pelo de bestia
Mezcla de blanco, negro y castaño
Le alegra ver venir a la oración
Y a los ritos sacrosantos
A todas esas vacas marinas
Con rosquillas en sus manos
Larvas de algunos insectos
Que se enroscan con facilidad
Y al menor peligro
Cantando en gregoriano:
“Así son las almas de los vivos, larvas
Mientras no estén muertos”
También
Le hacen gracia los leones marinos, rostrituertos
Que manifiestan enfado, enojo
Pesadumbre en el semblante
Pues se congelan los sueldos
Y no comulgan con ruedas de molino.
Algunos se arrascan la caspa
Con un bastón hecho de tallo de brota, planta
Soñando que el ordinario les beatifique
Pues han sido graduandos
En la antigua Universidad de Alcalá.
Mientras el chotacabras reía
Admiraba la cruz negra
Grabada en la punta de su capullo
Por el tribunal de la corte pontificia.