Entrevista a Manuel Blanco Chivite: “La literatura de quiosco es un mundo fascinante”
Garaje Negro es una nueva colección de novela policiaca y de intriga que ha lanzado Editorial El Garaje. Los primeros títulos de la colección son de autores tan reconocidos como Pérez Merinero, del escritor y editor Manuel Blanco Chivite, en la imagen, y del neófito en la escritura Arturo Seeber.
En los tres casos, se trata de novelas que tratan de recuperar el policial clásico, un tanto ajeno al tipo de investigador exótico, extravagante o anacrónico que últimamente se ha venido imponiendo. Se trata de historias “negras” (en el sentido de historias de crímenes o historias lindantes con los bajos fondos) sin aditamentos extemporáneos, sin ese afán, a veces grotesco, por querer construir un tipo de protagonista peculiar.
Hablamos con Blanco-Chivite, el impulsor de la colección y uno de los primeros autores publicados:
El Heraldo del Henares: No sé si estás de acuerdo con lo expuesto arriba, que “Garaje Negro”, en gran medida, es una reivindicación del clásico de serie negra…
Manuel Blanco Chivite: Ciertamente, si la colección tuviera un ideario filosófico-literario, tal reivindicación estaría en primerísimo lugar, lo que no quiere decir que los textos que publicamos reescriban a los clásicos. Buscamos puntos de vista nuevos respecto al género, tanto en los temas como en los tratamientos literarios. Beber en los clásicos es imprescindible, repetirlos es superfluo. Por otra parte, nuestra colección publicará tanto autores consagrados como, muy especialmente, nuevos valores siempre dentro del ámbito de la escritura en castellano; el género en España está sobrecargado de traducciones en muchos casos de autores y obras irrelevantes, dedicados a darnos continuamente más de lo mismo, con un fuerte aparato de promoción y publicidad por parte de los grandes grupos editoriales que explotan este palo.
El Heraldo del Henares:¿Qué tiene que tener una novela para ser considerada negra? Porque en la colección hay desde homicidios en ambientes casi rurales a escenas de boxeo que no conllevan, en sí, crímenes…
Manuel Blanco Chivite: Me resulta difícil poner reglas o condiciones para encuadrar una novela negra. Con todas las reservas, al menos en su origen en los EEUU, durante los años 20 y 30, la que después se denominaría novela negra (denominación que nos llegó de Francia) aportó: primero, un factor de realismo social y criminal, diferenciador de la hasta entonces llamada novela-enigma básicamente inglesa; segundo, una mirada crítica de la sociedad en la que surgía y, tercero, a mi entender el factor más importante desde el punto de vista literario, aportó una renovación estilística de la vieja novela policíaca, una renovación de la prosa y del lenguaje que tuvo algo que ver con el lenguaje cinematográfico, entre otras características.
El Heraldo del Henares:¿Qué opinas de la moda, que al parecer se ha impuesto últimamente, de presentar investigadores en diversas épocas de la historia, a veces en las épocas más insospechadas…?
Manuel Blanco Chivite: Creo que es consecuencia del propio éxito de la novela policíaca (policíaca, no negra) que ha hecho que sus métodos y estructuras narrativas hayan desbordado sus cauces originales para invadir territorios literarios de otros géneros, el de la novela histórica sobre todo. Y consecuencia también de la sobreexplotación comercial del género por parte de las grandes editoriales fabricantes de best-sellers que ven en esas vueltas de tuerca pequeños filones a explotar una y otra vez. Con todo ello, sucede a menudo que nos alejamos de la literatura para situarnos en el terreno exclusivo de lo comercial, de la moda efímera.
El Heraldo del Henares: También está la vertiente de tratar a la figura clásica de, por ejemplo, el detective privado o el inspector de policía bajo un prisma humorístico y a veces disparatado, gamberro, demencial…
Manuel Blanco Chivite: No es nuevo, el policial en clave humorística tiene cultivadores casi desde sus inicios, incluso en nuestro país, como alguna incursión de Joaquín Belda o, posteriormente, algún relato de Jardiel Poncela, algún otro de W. Fernández Flórez… Más cercanos tenemos, por citar a unos pocos, a Frederic Dard y Charles Exbrayat en Francia en los años 50-60; Richard Hull en Inglaterra, durante los años 30; Donald Westlake en EEUU en los 70-80 o P.García, también en los 80 en España. Como ves, el humor siempre ha tenido presencia en la narrativa policíaca y, como todo, la cuestión está en la calidad, ¿estamos ante una buena novela o ante un bodrio “gracioso” escrito como quien descubre el Mediterráneo para aportar algo “nuevo” al asunto?
El Heraldo del Henares: En todo caso, hay un auge incuestionable de la novela con trasfondo de intriga y misterio… Quizás se trate de una necesidad constante de los lectores, que se satisface de muy variadas formas.
Manuel Blanco Chivite: Esa novela en auge es sobre todo el trhiller: tensión, intriga, asesinos en serie por batallones, procedimiento policial, en realidad más ficticio de lo que se pudiera pensar, cantos al ADN y la huella digital, casos reales, en fin, toda una retahíla muy alejada de la literatura. Ahora bien, los géneros literarios populares, el policial, el terror, el western es su momento, el histórico, la Ciencia Ficción y hoy en día sobre todo el primero han tenido, tienen y seguirán teniendo aceptación por parte del gran público. ¿Por qué? Básicamente porque es un género codificado que da seguridad al lector, le sitúa en el mundo, le libra de las dudas, le aclara (de manera ideologizada, desde luego), dónde está el bien y dónde está el mal. Sitúan al lector, siempre, del lado del bien. Eso tranquiliza, da seguridad, como digo, y hoy en día no es poco; en consecuencia, se busca, se lee y sienta bien: el bueno gana; el malo pierde; el bien triunfa finalmente y yo lector pertenezco a las filas de bien, faltaría más, mi mundo es el del bien y la policía, el detective están ahí para defender el bien, ¡qué estupendo!
El Heraldo del Henares: Resulta inevitable preguntarte, como escritor, por tus influencias dentro del género negro clásico…
Manuel Blanco Chivite: Mi preferido es Dashiell Hammett y con él los Chandler, Thompson, Cain, Burnett, Goodis, Himes, McCoy,… En fin, no son pocos, por no hablar de la escuela francesa, a mi entender muy notable, desde José Giovani y Leo Malet, por ejemplo, pasando por Manchette hasta Daeninckx o F. Vargas,… ¡Ah!, y Simenon claro y cien más. Supongo que lo que escribo tiene detrás un inmenso poso de buenas lecturas del género. Siempre he dicho que la formación de un escritor debe basarse en dos conocimientos: el de los clásicos del género que quiere cultivar, conocimiento, por cierto, tanto más necesario cuanto más se uno proponga transgredirlo o renovarlo y, sobre todo, el conocimiento de la lengua en que el autor vaya a expresarse, que sólo puede venir de la lectura meditada de los correspondientes grandes clásicos, en mi caso, lógicamente, de los clásicos castellanos, desde Cervantes, Teresa de Ávila, Fray Luis de León, Gracián, Quevedo…. hasta Azorín, Baroja, Valle Inclán… De una u otra manera, con todo ese bagaje me pongo al teclado y escribo lo mejor que puedo. Los resultados, para bien y para mal, están ahí en mis libros.
El Heraldo del Henares: Sabemos que eres un gran admirador y defensor de la novela de quiosco, de esas novelillas que en el ambiente anglosajón se denominan “pulp”.
Manuel Blanco Chivite: Puede decirse que aprendí a leer con el Quijote, con Baroja y con las novelitas de quiosco, las de vaqueros y las policíacas. Pasado un tiempo supe que tras los nombres anglosajones que aparecían en aquellas portadas se escondían hombres y mujeres de nuestro país y no pocos republicanos que encontraron de esta manera su forma más o menos anónima de ganarse el pan. Desde finales de los ochenta he ido estudiando este tipo de narrativa y he conocido a muchos de sus autores. He dado conferencias sobre la novela de quiosco, he publicado artículos y hasta he publicado en mis aventurillas editoriales a algunos de estos autores. Es un mundo fascinante y con estos relatos se iniciaron en la lectura varias generaciones de españoles.
El Heraldo del Henares: Por último, ¿cuáles son los planes de futuro de “Garaje Negro”?, ¿quiénes serán los próximos en salir a la calle?
Manuel Blanco Chivite: Hemos inaugurado la colección con tres títulos, como sabes, La niña que hacía llorar a la gente, del ya clásico Carlos Pérez Merinero; Un paquete para el mánager, título con el que se estrena el argentino Arturo Seeber y una aportación mía, Laguardia negra. Tenemos en el horno tres títulos más para GARAJE NEGRO: dos de no ficción, producto de la labor investigadora de los autores, La bala que cayó del cielo. Crimen de Estado, el caso Fernández Quesada, de Rosa Burgos y Matadoras. Mujeres letales, de Diego Ávila y además la novela Secretos de confesión del periodista de El País Bonifacio de la Cuadra, una excelente primera novela sobre el asesinato de un sacerdote pederasta. En fin, platos suculentos, con sabor…
* Publicado en El Heraldo de Henares
Manuel Blanco Chivite en LQSomos
Artículo de Miguel Barquero